Desde
el Prado a la Velá
Por Juan Carmelo Luque, Cronista oficial de la
Villa
Quienes nos visiten para disfrutar de
nuestras tradicionales fiestas Patronales de agosto, se encontraran con un
recuperado y monumental arco de entrada al final de la calle Cuatro de
Diciembre. Una portada que invita al caminante a internarse por un largo,
sinuoso y colorista recorrido que, sin solución de continuidad, le llevara
hasta la plaza de la Iglesia. Este será nuestro primer paseo por la ruta de la
efímera arquitectura del papel de seda.
Tres personas, Mari Carmen Rodríguez
Luque, Antonio Rodríguez Sánchez y Guadalupe Sánchez Romero, son las implicadas
y responsables de los más de 250 metros
de calle engalanada que van desde el arco de portada en Cuatro de Diciembre,
para continuar por las calle Constitución, hasta la entrada de la
<<Velá>>. Llegado al acuerdo entre los tres en el colorido, el
diseño y el presupuesto, Guadalupe y Carmen visitan casa por casa del
vecindario y algunas de la periferia, solicitando la aportación económica para
su capitalización que este año ascendió a 527,00 €. Encargan la compra del
papel de seda a Miguel Ángel Rodríguez y Francisco Manuel Rivera que se ofrecen
voluntariamente para suministrarlos en todas las calles.
Y comienza el esfuerzo y la lucha pero con mucha
ilusión. Antonio Rodríguez es el encargado de cortar y picar todo el papel, para que las
manos de Maruja, Consuelo, Catalina, Guadalupe, Tere, Carmen, Leo, Antonio,
Nati, Rafaela, Sara, Mª Jesús, Nico y Chari transformen los colores en rosas y
florones. Juguetonas flores soñadoras de
misteriosas, bellas y pasadas primaveras. De este manipulado saldrá toda la
decoración para los 30 postes (vulgo palos),
unas 60 tiras de guirnaldas, elaboradas con las flores que ataron Ana
Gómez Lepe, Mª Jesús Luque y Consuelo García. El material para vestir el arco
de portada es cosa de Antonio Rodríguez quien también lo decora en la intimidad
de su casa. Aquí, desde este arco,
arrancan dos guirnaldas por lado, que cubrirán la carrera a todo lo largo de
las dos calles. Para almacenar el material manipulado, la organización está utilizando la casa
desocupada que gentilmente les cede el farmacéutico, mientras que los palos se
guardan en casas particulares durante el año.
Ya
es tradición y tiene nombre cuando, llegado el momento, el vecindario se hace
colaboración es: <<La noche de vestir las calles>>. Aquí, en este
sector que todos conocen como <<El Prao>>, la noche se hace día para
sacar a la luz y dar lucimiento a dos meses de trabajo, donde todos los vecinos
se movilizan de forma voluntaria. Solo es asalariado el trabajo del montaje y
tensado de los alambres que unen los postes al arco de entrada.
-Arcos
triunfales que esperan el alegre paso de todo un pueblo que arde en fiestas-.
La calle de la Velá
Cuando llegues
en tu paseo descubridor a la altura de la calle Antonio Machado, encontrarás a
tu izquierda el lumínico arco que señala el comienzo de la Velá. Algunos se
preguntarán: ¿porqué colgar guirnaldas en lo que está engalanado con luz
artificial? -Seguramente quien así
pregunta no es de la localidad, ¿verdad usted? -Pues por eso, porque es
artificial, vamos, que un alumbrado de feria nada tiene que ver con el milagro de fantasía, el color y la tradición de la flor
de papel de seda. Precisamente por eso también se viste la velá, mire usted-
Mª José Rodríguez Herrero és la única persona que
organiza y se responsabiliza de vestir la calle donde se celebran los actos
lúdicos, la diversión, el ocio y los festejos populares. Ella se encarga de
comprar todo el material y el papel de seda que este año combina en 4 colores;
para ello, recaba el importe necesario entre los vecinos que quieran colaborar
en sufragar el presupuesto de 140 € aproximado.
Pacientemente recorta todo el papel que después repartirá entre las
colaboradoras que se encargan de la confección de las flores. Ellas: Bernardi
Moreno, Mª José Reinoso y Mª José Gómez Domínguez son las que soporta la mayor
parte de la fabricación de rosas y moñitos, tanto para las guirnaldas –aquí se
le dicen tiras- que adornaran de arco a arco del alumbrado, dos a cada lado;
como el forrado de los pilares o soportes de dichos arcos.
Poco a poco, aquellos papeles de colores que
repartió Mª José, les van llegando transformados en flor por el milagro de unas
manos de mujer. Unas flores que ella,
atándolas una tras otra, conformará las 25 guirnaldas necesarias para cubrir la
calle. Mientras tanto en los sobraos de Isabel Fernández y de Mª José, se
van almacenando el resultado del trabajo
a la espera de la noches de vestir la calle. Este grupito de personas es el
primero que comienza la labor, ya que Mª
José, por su cargo en la Junta de la Hermandad, tiene que tener finalizado el
trabajo de su calle para primeros de julio.
Llegada la noche de vestir la calle, el
Ayuntamiento como un vecino más, colabora poniendo un hombre para realizar el
trabajo de colocar, tensar los alambres y atar las guirnaldas. Para la
decoración de los pilares de los arcos, colgar las tiras y demás labores del
engalanado casi todo el vecindario colabora, -cuasi-.
Costumbres y tradiciones 022
Castilleja del Campo, sábado 6
de julio de 2013