Tres primaveras, tres salidas procesionales
Por Juan Carmelo Luque Varela,
Cronista oficial de la Villa
Cuando la flor del naranjo se abrió para herirnos con el aroma del
deseo y habían pasado seis días de lluvia y frío desde que explosionó la primavera, el incensario de la memoria, como
péndulo del reloj de marzo, marcó el día
27 como Viernes de Dolores.
Primera tarde plena de luz desde que comenzó el equinoccio, Plaza de
la iglesia, Banda Municipal de Música de
Villalba del Alcor. Un pueblo impaciente, agolpado junto la rampa que baja de la Parroquia, espera
anhelante la Cruz de guía. En la torre, testigo del paso del tiempo, el reloj
marcaba las 19:30 horas. Se oyen tres golpes del martillo, se hace el silencio
en la plaza.
En el interior del templo los capataces dan los últimos consejos a sus
costaleros, de ellos, 24 corazones ya están en las trabajaderas y esperan el momento para
cargar con los dolores de la Madre de Dios. -¡A esta es, mis valientes! -¡Al
cielo! --Contestan todos a una voz que sale del respiradero-, y el costal cruje
respondiendo a la llamada del capataz.
Poco a poco, la luz decadente de la tarde entra por las celosías de la
parihuela conforme el paso se acerca a la puerta. -¡A tierra los dos costeros
por igual! –Dice el capataz sobre un murmullo
de los fieles que llega hasta el costal-. La rodilla ya está en las tablas
y el paso comienza a rachear. Debajo ya no hay nervios ni improvisaciones, solo
amor y trabajo para poner en la calle a Ntra. Sra. de los Dolores.
Los compases de la marcha Estrella de Chucena recibe a la Señora que, cargada de dolor y humildad,
llega hasta la plaza para fundirse con el
vecindario que le reza y la arropa. Eran las 19:45 horas.
Ntra. Sra. de los Dolores, con un pañuelo de seda en su mano derecha y
el rosario que cuelga de la izquierda, vestía
para la procesión saya de terciopelo negro bordado de oro y estrenó un precioso
pecherín-tocado blanco en una sola pieza cuyo tejido ha sido donado por Lola
Ramírez Bravo. También de estreno es el fajín, del mismo tejido que la saya,
adornado con encajes dorados. La confección de las dos prendas ha sido
gentilmente realizada por el
incomparable vestidor de la Virgen Antonio de Rita.
Destaca sobre el pecho un corazón de plata, atravesado de puñales,
como símbolo de los siete dolores de la Virgen. Sobre el fajín, una pequeña
cruz de oro con incrustaciones cedida, igual que el rosario, por Elías Moisés
López y al lado derecho de la saya un
broche de plata con el nombre de su advocación: Dolores.
Se cubre con manto liso de terciopelo negro sobre el que destaca una
magnífica toquilla de malla y brocados en oro, cedida para la ocasión por la
Real, Ilustre, Antigua y Fervorosa Hermandad de Cofradía de Nazarenos de la
Gloriosa Resurrección de Ntro. Señor Jesucristo y Pureza de María. Santo
Entierro de Cristo y María Santísima de
la Soledad, de Benacazón. Cesión concedida gracias a la gestión de Mª Jacinta Ramírez
Bravo, hermana de la referida Hermandad y una de las personas que componen la
Agrupación Parroquial Ntra. Sra. de los Dolores.
Bajando la cuesta del Palacio, La Banda de Música, que en este día estrenada
nueva uniformidad, interpreta Soledad Franciscana. Y fue allí donde la Virgen
se encuentra con uno de sus dolores en la tierra, los dolores de sus hijos: los
mayores, los enfermos, los impedidos. A todos ellos y ellas que encuentre a su
paso se detendrá un momento para mirarles de frente. Con antelación a la
procesión, a la hora del Ángelus, como si de un embajador de Ella se tratara otro
responsable Juan Antonio Luque Criado, visitó a cada una de estas 16 personas
con un ramito de flores, el cariño, el amor y el aliento de la Agrupación en
nombre de la Virgen.
Don Manuel Martin Riego presidió la procesión en todo su recorrido, en
calidad de Párroco y como primer responsable de la Agrupación, acompañado
de Ángel Medina Monge, Mª Jacinta
Ramírez y Juan Antonio Luque. En representación de la Hermandad del Santísimo
Sacramento San Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del Buen Suceso, el Hermano Mayor
Miguel Ángel Rodríguez Luque y otros miembros de su Junta de Gobierno. Este
año, solamente fueron ocho las señoras, que vestidas con la mantilla española,
acompañaron a la también Señora y Madre de Dios. ¿Dónde aquellas 17 del pasado
2013?
Con las marchas Madre Inhiesta y Esperanza Marinera llega al
<<Prao>>, acompañada de su devoto pueblo, la Virgen de Castilleja.
Allí, en la Avenida de Andalucía, los capataces Samuel Ruiz y Antonio Jesús
Miranda ofrecieron al vecindario dos <<reviras>>, una en levante y
en poniente la otra, que sus costaleros bordaron a los compases de las
partituras Santo Cristo del Desamparo y Abandono y Costalero. A las 21:10 horas,
cuando la procesión enfila la subida por la calle Cuatro de Diciembre, la Banda
interpretaba Madre de los Gitanos.
El paso de la Virgen, exquisitamente decorado por Antonio de Rita y su
colaborador Elías López, presentaba un exorno ornamental donde el blanco como
protagonista se adornaba con detalles verdes. Liliun, claveles y paniculata ingeniosamente
combinados conformaban los ocho conos, cuatro a cada lado y las dos pinceladas
florales de la delantera. Rematando los límites del paso un adorno en forma de cenefa con dos hileras de claveles
blancos y alma de verde paniculata. Los
4 jarrones altos y los 4 de vasos, soportes de los conos florales, fueron
cedidos por la Hermandad Sacramental, de San Miguel y Ntra. Sra. del Buen
Suceso. Para terminar con otro símbolo: el lazo de luto que se abrazaba a la manigueta
delantera izquierda.
En su andar se nota la devoción y en la mecía el cariño, no hay
cuadrilla que lleve mejor a una Madre sin su Hijo. Mientras tanto, sigue avanzando el cortejo con seriedad y compromiso,
de costero a costero, muy despacio, para apaciguar otros dos de sus dolores que se han hecho
presentes en estos días, uno en el trágico accidente aéreo donde perdieron la
vida 150 de sus hijos, entre ellos 51 españoles, y otro por el dolor y desconsuelo
de sus familiares.
Suena Virgen de las Aguas al son del izquierdo para llegar al
Ayuntamiento. Paso de racheo bajo los balcones vestidos con colgaduras de gala,
pero ¿Dónde está el pueblo, donde su gente, que se están perdiendo esto?
-¿Cómo vas costalero? –Pregunta alguien en un costero-, instante
mágico donde se mezcla el amor y la añoranza de nuestros abuelos, la unión de
los hermanos y la emoción por vivir estos momentos.
Aunque en familia, la procesión sigue por la calle San Miguel con Hermanos
Costaleros, para llegar al encuentro con una plazoleta que le trae recuerdos y
sus pocos vecinos que aún la esperan, la Cruz del Plato. Una chicotá sin
solución de continuidad a los compases de la marcha Mi Amargura, rodeó la
explanada del monumento para terminar en
el indefinido espacio donde la plaza se
hace calle. Fue en este momento cuando Miguel Ángel Rodríguez, en nombre de la
Hermandad Sacramental y como viene siendo costumbre desde que salió por primera
vez, dedica una ofrenda floral a la Virgen de los Dolores.
De allí mismo arranca Virgen del Buen Suceso, calle donde María, en su
advocación de Dolores entra en dirección a su templo. Poco a poco los vecinos
se van incorporando a la procesión, mientras la Banda Municipal de Música de la
localidad Onubense de Villalba del Alcor, desgrana magistralmente tres
partituras con las que llegaran a la
plaza de la Iglesia. Virgen del Valle, Hosanna y Candelaria.
En la zapata de la plaza, la última revira que dejará la Madre de Dios
de cara a sus hijos. Más Ella no se marcha está siempre en su altar como el
vecino más cercano, allí espera tu visita, tu oración y tu dolor, que de dolor
ella lo sabe todo.
Se acerca la recogida y el caminar se hace más lento. –La lleváis con
mucho amor y respeto. -Se escucha por el respiradero.
-Es que sabe a poco después de la espera de un año entero. –Responden desde abajo.
-Es que sabe a poco después de la espera de un año entero. –Responden desde abajo.
Poco a poco, muy despacio, la Virgen
entra en su iglesia acompañada de las plegarias de los hombres de
costal. –Gracias Madre mía por el privilegio de haberte podido llevar-.
Eran las 23:20 horas. Viernes de Dolores.
Crónica
065. Castilleja del Campo, lunes 30 de marzo de 2015