lunes, 30 de marzo de 2015

NTRA. SRA. DE LOS DOLORES, TERCERA ESTACIÓN


Tres primaveras, tres salidas procesionales
Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Cuando la flor del naranjo se abrió para herirnos con el aroma del deseo y habían pasado seis días de lluvia y frío desde que explosionó la   primavera, el incensario de la memoria, como péndulo del reloj de marzo,  marcó el día 27 como Viernes de Dolores.

Primera tarde plena de luz desde que comenzó el equinoccio, Plaza de la iglesia,  Banda Municipal de Música de Villalba del Alcor. Un pueblo impaciente, agolpado junto  la rampa que baja de la Parroquia, espera anhelante la Cruz de guía. En la torre, testigo del paso del tiempo, el reloj marcaba las 19:30 horas. Se oyen tres golpes del martillo, se hace el silencio en la plaza.
En el interior del templo los capataces dan los últimos consejos a sus costaleros, de ellos, 24 corazones ya están en  las trabajaderas y esperan el momento para cargar con los dolores de la Madre de Dios. -¡A esta es, mis valientes! -¡Al cielo! --Contestan todos a una voz que sale del respiradero-, y el costal cruje respondiendo a la llamada del capataz.
Poco a poco, la luz decadente de la tarde entra por las celosías de la parihuela conforme el paso se acerca a la puerta. -¡A tierra los dos costeros por igual! –Dice el capataz sobre un murmullo  de los fieles que llega hasta el costal-. La rodilla ya está en las tablas y el paso comienza a rachear. Debajo ya no hay nervios ni improvisaciones, solo amor y trabajo para poner en la calle a Ntra. Sra. de los Dolores.
Los compases de la marcha Estrella de Chucena recibe  a la Señora que, cargada de dolor y humildad, llega hasta la plaza para fundirse  con el vecindario que le reza y la arropa. Eran las 19:45 horas.

Ntra. Sra. de los Dolores, con un pañuelo de seda en su mano derecha y el rosario que cuelga de la izquierda,  vestía para la procesión saya de terciopelo negro bordado de oro y estrenó un precioso pecherín-tocado blanco en una sola pieza cuyo tejido ha sido donado por Lola Ramírez Bravo. También de estreno es el fajín, del mismo tejido que la saya, adornado con encajes dorados. La confección de las dos prendas ha sido gentilmente realizada  por el incomparable vestidor de la Virgen Antonio de Rita.
Destaca sobre el pecho un corazón de plata, atravesado de puñales, como símbolo de los siete dolores de la Virgen. Sobre el fajín, una pequeña cruz de oro con incrustaciones cedida, igual que el rosario, por Elías Moisés López y al lado derecho de la saya  un broche de plata con el nombre de su advocación: Dolores.
Se cubre con manto liso de terciopelo negro sobre el que destaca una magnífica toquilla de malla y brocados en oro, cedida para la ocasión por la Real, Ilustre, Antigua y Fervorosa Hermandad de Cofradía de Nazarenos de la Gloriosa Resurrección de Ntro. Señor Jesucristo y Pureza de María. Santo Entierro de Cristo y María Santísima  de la Soledad, de Benacazón. Cesión concedida gracias a la gestión de Mª Jacinta Ramírez Bravo, hermana de la referida Hermandad y una de las personas que componen la Agrupación Parroquial Ntra. Sra. de los Dolores.


Bajando la cuesta del Palacio, La Banda de Música, que en este día estrenada nueva uniformidad, interpreta Soledad Franciscana. Y fue allí donde la Virgen se encuentra con uno de sus dolores en la tierra, los dolores de sus hijos: los mayores, los enfermos, los impedidos. A todos ellos y ellas que encuentre a su paso se detendrá un momento para mirarles de frente. Con antelación a la procesión, a la hora del Ángelus, como si de un embajador de Ella se tratara otro responsable Juan Antonio Luque Criado, visitó a cada una de estas 16 personas con un ramito de flores, el cariño, el amor y el aliento de la Agrupación en nombre de la Virgen.

Don Manuel Martin Riego presidió la procesión en todo su recorrido, en calidad de Párroco y como primer responsable de la Agrupación, acompañado de  Ángel Medina Monge, Mª Jacinta Ramírez y Juan Antonio Luque. En representación de la Hermandad del Santísimo Sacramento San Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del Buen Suceso, el Hermano Mayor Miguel Ángel Rodríguez Luque y otros miembros de su Junta de Gobierno. Este año, solamente fueron ocho las señoras, que vestidas con la mantilla española, acompañaron a la también Señora y Madre de Dios. ¿Dónde aquellas 17 del pasado 2013?

Con las marchas Madre Inhiesta y Esperanza Marinera llega al <<Prao>>, acompañada de su devoto pueblo, la Virgen de Castilleja. Allí, en la Avenida de Andalucía, los capataces Samuel Ruiz y Antonio Jesús Miranda ofrecieron al vecindario dos <<reviras>>, una en levante y en poniente la otra, que sus costaleros bordaron a los compases de las partituras Santo Cristo del Desamparo y Abandono y Costalero. A las 21:10 horas, cuando la procesión enfila la subida por la calle Cuatro de Diciembre, la Banda interpretaba Madre de los Gitanos.

El paso de la Virgen, exquisitamente decorado por Antonio de Rita y su colaborador Elías López, presentaba un exorno ornamental donde el blanco como protagonista se adornaba con detalles verdes. Liliun, claveles y paniculata ingeniosamente combinados conformaban los ocho conos, cuatro a cada lado y las dos pinceladas florales de la delantera. Rematando los límites del paso un adorno en  forma de cenefa con dos hileras de claveles blancos y alma de verde  paniculata. Los 4 jarrones altos y los 4 de vasos, soportes de los conos florales, fueron cedidos por la Hermandad Sacramental, de San Miguel y Ntra. Sra. del Buen Suceso. Para terminar con otro símbolo: el lazo de luto que se abrazaba a la manigueta delantera izquierda.

En su andar se nota la devoción y en la mecía el cariño, no hay cuadrilla que lleve mejor a una Madre sin su Hijo. Mientras tanto, sigue  avanzando el cortejo con seriedad y compromiso, de costero a costero, muy despacio, para apaciguar  otros dos de sus dolores que se han hecho presentes en estos días, uno en el trágico accidente aéreo donde perdieron la vida 150 de sus hijos, entre ellos 51 españoles, y otro por el dolor y desconsuelo de sus familiares.


Suena Virgen de las Aguas al son del izquierdo para llegar al Ayuntamiento. Paso de racheo bajo los balcones vestidos con colgaduras de gala, pero ¿Dónde está el pueblo, donde su gente,  que se están perdiendo esto?
-¿Cómo vas costalero? –Pregunta alguien en un costero-, instante mágico donde se mezcla el amor y la añoranza de nuestros abuelos, la unión de los hermanos y la emoción por vivir estos momentos.
Aunque en familia, la procesión sigue por la calle San Miguel con Hermanos Costaleros, para llegar al encuentro con una plazoleta que le trae recuerdos y sus pocos vecinos que aún la esperan, la Cruz del Plato. Una chicotá sin solución de continuidad a los compases de la marcha Mi Amargura, rodeó la explanada del monumento  para terminar en el indefinido espacio donde la plaza  se hace calle. Fue en este momento cuando Miguel Ángel Rodríguez, en nombre de la Hermandad Sacramental y como viene siendo costumbre desde que salió por primera vez, dedica una ofrenda floral a la Virgen de los Dolores.
De allí mismo arranca Virgen del Buen Suceso, calle donde María, en su advocación de Dolores entra en dirección a su templo. Poco a poco los vecinos se van incorporando a la procesión, mientras la Banda Municipal de Música de la localidad Onubense de Villalba del Alcor, desgrana magistralmente tres partituras con las que llegaran  a la plaza de la Iglesia. Virgen del Valle, Hosanna y Candelaria.


En la zapata de la plaza, la última revira que dejará la Madre de Dios de cara a sus hijos. Más Ella no se marcha está siempre en su altar como el vecino más cercano, allí espera tu visita, tu oración y tu dolor, que de dolor ella lo sabe todo. 
Se acerca la recogida y el caminar se hace más lento. –La lleváis con mucho amor y respeto. -Se escucha por el respiradero. 
-Es que sabe a poco después de la espera de un año entero. –Responden desde abajo.
Poco a poco, muy despacio, la Virgen  entra en su iglesia acompañada de las plegarias de los hombres de costal. –Gracias Madre mía por el privilegio de haberte podido llevar-.
Eran las 23:20 horas. Viernes de Dolores.


Crónica 065. Castilleja del Campo, lunes 30 de marzo de 2015