miércoles, 23 de diciembre de 2020

2020: UNA NAVIDAD CON RESTRICCIONES

 

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

Con el miedo a la tasa de alarma y al toque de queda; a las restricciones, limitaciones y a las normas impuestas para luchar –en una guerra sin armas– contra el coronavirus, finalizamos, por fin, este 2020 contagiado de covid-19. Un año bisiesto, tan negro como un cielo cubierto de nubes de tormentas, que toca a su fin sin que a la pandemia se le vea el fin. Un año para olvidarlo, en el que se ha vivido un momento único en la historia y muchas situaciones dolorosas y tristes por la enfermedad y la pérdida de seres queridos. Con este panorama nos acercamos a la Navidad, fiesta entrañable, de amor y felicidad para celebrarla en familia, que este año se vivirá en obligado y recortado recogimiento.

Ante la llegada de estas atípicas fiestas y cumpliendo todas las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias, el Ayuntamiento de Castilleja del Campo desde sus áreas de  Cultura, de Juventud e Infancia, de Educación e Igualdad, ha puesto en marcha proyectos culturales, didácticos, educativos, recreativos y musicales para levantar el espíritu de la ciudadanía a vivir con alegría las fiestas que se aproximan. Con la luz y el color del alumbrado navideño y la música del concierto “Esencia Flamenca en Navidad”, celebrado el domingo 13, comenzó la precampaña de Navidad. Por su parte, el “Aula Municipal de Música” presentó, el pasado miércoles 16, los avances alcanzados por sus alumnos en el primer trimestre del curso. Un encantador concierto, enmarcado en el tiempo de Navidad, desarrollado por niños y niñas de 3 a 8.años.

Por otro lado y ante la masiva compra de juguetes que se hace en las fiestas de Navidad y Reyes, el Consistorio, continuando con sus proyectos de coeducación dirigidos a la población, ha colocado pancartas en las fachadas de los centros escolares, del ayuntamiento, parada del bus escolar, etc., con el fin de promocionar los juguetes no sexistas ni violentos. El programa se complementó con una actividad dirigida a niños de 3 a 5 años, alumnos y alumnas del colegio “Juan de Mairena”. Actividad que finalizó con la entrega de juguetes no sexista ni violento a los participantes.

Otro de los personajes del entorno navideño que ha estado ausente este año es “El Cartero Real”. Y aunque los niños no hayan disfrutado con él de forma presencial, su imagen entró en los colegios en forma de vídeo para dejarles el mensaje de que, sus ilusionadas cartas a los Reyes Magos, las depositen en el buzón situado en la fachada del C.E.I. “Juan de Mairena”. Y hablando Reyes, esa cabalgata que cada año recorre calles y plazas llenándolas de alegría y satisfaciendo ilusiones, en 2021 tendrá un nuevo sentido. Porque será otro año donde nada es igual a los anteriores, no veremos los Reyes en la calle, pero vendrán y como son “Magos” no sabemos cómo llegarán, aunque han asegurado que visitarán a todos los niños y niñas de Castilleja del Campo. Este año los Reyes Magos llamarán a tu puerta. ¡Espéralos en tu casa!


Aprovechando estas noticias sobre las fiestas navideñas, el Cronista de la Villa desea a todos sus paisanos, a los de aquí y a los ausentes, ¡Felices Pascuas! Que el nuevo año sea el principio del fin de la pandemia y nuestro pueblo continúe libre de contagios.  Por mi parte continuaré trabajando por la cultura, la historia, las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo y ponerla al servicio de sus vecinos.

Noticias 114. Castilleja del Campo, miércoles 23 de diciembre de 2020

jueves, 17 de diciembre de 2020

ESE TORO QUE A CASTILLEJA ENAMORA (y2)

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

El Toro de Osborne ha adquirido con el tiempo una naturaleza radicalmente diferente de la que tenía en el momento de su nacimiento. Creado por el diseñador publicitario Manolo Prieto como un anuncio, muy pronto se puso en camino hasta alcanzar ser objeto cultural y manifestar su vocación de monumento artístico.

El 13 de noviembre de 1996, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía resuelve inscribir con carácter específico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Monumento, las estructuras publicitarias denominadas Toros de Osborne, situadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La orden  imponía una serie de obligaciones a los propietarios de los terrenos protegidos, conforme determina el artículo 8 de la Ley 11/1991, de 3 de julio, sin perjuicio de las obligaciones generales.

El propietario de una finca afectada en Santa Elena, Jaén, denunció ante la Justicia que la calificación de la Junta de Andalucía, a la estructura del Toro Osborne en su propiedad, limitaba los derechos que sobre ella poseía y, su vez, se le imponían una serie de deberes de conservación de la misma. Prohibiciones y obligaciones que señalan al propietario de lo que puede y lo que no debe hacer en su propiedad.

El abogado del anterior recurrió la Resolución de 13 de noviembre de 1996 alegando, como motivo de impugnación, la caducidad del expediente, o la nulidad por la defectuosa calificación de monumento y por la infracción de los derechos de propiedad.

La Sentencia del Tribunal Supremo del 11/04/2006 falló en favor del propietario de la finca, ratificando la emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el 27 de mayo de 1999. En ella se anulaba la Orden de 13 de noviembre de 1996, por la que se resolvió inscribir con carácter específico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Monumento, las estructuras publicitarias del Toro de Osborne, ubicados en la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Años más tarde, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía emitió los decretos 149, 150 y 151, de 3 de mayo de 2011, por los que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, las estructuras publicitarias denominadas Toro de Osborne, situadas en las provincias de Almería, Córdoba y Jaén. Las tres estructuras declaradas monumentos se sumaban a otras 17 localizadas en Andalucía, cuya protección estaba tramitando la Consejería de Cultura.

Tanto los inscritos como los desprotegidos, aquellos toros continuarían siendo un símbolo de España, de Andalucía y, en particular, de Castilleja del Campo. En este sentido, el Ayuntamiento local consideró conveniente llevar  a cabo la declaración del  “Toro de Osborne de Castilleja del Campo”, situado entre la carretera A-472 y el Camino Viejo de Sevilla, como bien de interés cultural, con la tipología de Monumento, de conformidad con lo establecido en la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía. Por ello, en la sesión del 1º de septiembre de 2017, el Pleno del Ayuntamiento adoptó por unanimidad el acuerdo de solicitar a la Consejería de Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía la declaración del “Toro de Osborne” de Castilleja del Campo, bien de interés cultural y su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Un proyecto enmarcado en el Plan General de Ordenación Urbanística, aprobado provisionalmente por la Corporación en su sesión celebrada el 15 de junio de 2018.

Por todo lo dicho y ante el intento de Osborne de retirar el toro de nuestro pueblo,  el alcalde D. Narciso Luque Cabrera, continuaría las gestiones  manteniendo una reunión con D. Juan Carlos Paz Clavijo, propietario del terreno donde está ubicada la valla publicitaria. Este, en proceso de  negociaciones con responsables de la firma Osborne, le traslada al Ayuntamiento la voluntad de estos últimos de llevarse el toro de su finca, ya que les resulta más rentable ubicarlo en la autovía Sevilla a Huelva (A49), por el mayor flujo de vehículos que soporta. Al ser conocedor de sus intenciones, el Consistorio insta a la propiedad y a Osborne a mantener una reunión a tres bandas para negociar algún acuerdo que contente a las tres partes y no pase por el traslado del astado de Castilleja del Campo a otra localización.

Tras varios encuentros entre el primer edil y los propietarios de la finca en cuestión, a su vez interlocutores de la marca publicitaria, se llegó a un principio de acuerdo por el cual el Toro de Osborne se quedaría en nuestro pueblo. Una vez trasladada la propuesta del mismo al seno de la Corporación Municipal, esta dio el visto bueno y legitimó al Alcalde para cerrar el acuerdo y actuar en consecuencia.

En la negociación, Osborne no ha considerado para nada la vinculación de su apellido con Castilleja del Campo, ya que doña Cecilia Osborne Böhl contrajo matrimonio en 1849 con D. García de Porres y Castillo, VIII marqués de Castilleja del Campo y conde de las Atalayas (1851), Le sucedió el primogénito de ambos, D. José de Porres y Osborne, IX marqués (1893). Título que pasó a su hermana doña Elisa de Porres y Osborne, X marquesa de Castilleja del Campo.

El pasado verano de 2019, el problema suscitado parecía encontrar una solución que contentaba a todas la partes y que pasaba por ubicar una nueva figura del toro junto a la A-49, mantener donde está el de nuestro pueblo y compensar por parte del Ayuntamiento a la propiedad con una pequeña cuantía económica anual para compensar la minoración de la renta.  Y así, finalmente, el conflicto quedó solucionado. Ese toro que a Castilleja enamora, continuará siendo el vigilante guardián de la localidad, por solo 400 € anuales.

El Toro de Castilleja del Campo, nuestro toro, es el símbolo de identificación colectiva para los vecinos del pueblo y la comarca con valores históricos, artísticos y paisajísticos. Convertido en un potente icono, sus múltiples registros de significación continuarán viajando por nuestra memoria cultural, reavivando, a cada encuentro con él, sentimientos claves en la historia de nuestras tradiciones.

Crónica 157. Castilleja del Campo, jueves 17 diciembre de 2020

miércoles, 9 de diciembre de 2020

ESE TORO ENAMORADO DE CASTILLEJA (1)

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

Del medio millar de aquellas vallas publicitarias de Osborne, -95 toros, 95- continúan dando su imagen por las carreteras españolas Nació en 1957 como publicitaria de una bebida alcohólica y terminó siendo un símbolo patrio que, en algunos lugares de España, está catalogado “Bien de Interés Cultural”. Las vallas se encuentran repartidas a lo largo de la geografía española, de forma general junto a carreteras y sobre cerros para favorecer de ese modo su visión. Aunque la función inicial era publicitaria, con el paso del tiempo y el arraigo cultural se ha convertido, traspasando los límites de la marca comercial de esta empresa, en un símbolo cultural de España y también de nuestra localidad. En nuestro caso se localiza en el kilómetro 27, en el margen izquierdo de la carrera  A 472 dirección Sevilla a Huelva, a 1.500 metros antes de llegar a Castilleja del Campo

El viernes 31 de mayo de 2019, una llamada al ayuntamiento local dispara las alarmas. <<Junto al “Toro de Osborne” que preside el cerro de la zona conocida como “Verdejo Alto”,  se encuentran unos individuos, al parecer tomando medidas>>. El alcalde de Castilleja del Campo D. Narciso Luque Cabrera y el concejal D. José Francisco Reinoso, se personaron  en el lugar y abordaron a las dos personas  que inspeccionaban aquella valla publicitaria, ubicada en el  término municipal de la localidad. Tras  identificarse, los ediles se interesan por la presencia de los mismos junto al toro. Ellos, dos operarios de la empresa “Trillo” (publicidad visual), les informan que tienen órdenes de Osborne para desmontar y llevarse la valla a otra carretera, concretamente a una autopista. El Sr. Luque se interesa por el futuro de la valla y les propone detener la ejecución mientras realiza unas gestiones sobre el asunto. Según ellos, se limitan a cumplir las directrices de su cliente, en este caso de la empresa Osborne y ahí terminan sus competencias.

Dado el arraigo y seña de identidad de este icono para la ciudadanía de Castilleja del Campo, el primer edil, Sr. Luque comienza a realizar gestiones para contactar con Osborne sin obtener un resultado positivo. Si conseguir contactar con la empresa resultó  poco menos que fallida, concertar son ellos un encuentro sería imposible. Se le auguraban las malas noticias de un futuro incierto y negro como su piel. El toro de Castilleja del Campo tenía los días contados.

¿Cuántas veces en mis viajes de vuelta para visitar a la familia anhela la presencia de aquella imagen, también familiar, que me daba la bienvenida a mi ansiada localidad? Años después volvería con mis hijos. De Sanlúcar la Mayor bajamos por la cuesta “Las Doblas”, atravesando el río “Guadiamar” y su afluente “Molinillo”. Después un zigzag a izquierda y derecha de la carretera y un cambio de rasante. Desde allí se avista el toro en el horizonte a tres kilómetros de recto asfaltado. ¡Mamá, papa, el toro de Castilleja! Ya estamos llegando a casa de los abuelos.

Las más de 500 cabezas “de esta otra ganadería” de Osborne, tuvo sus más y sus menos en su singladura por los pastos de la piel de toro que es nuestra península.

En 1987, el Gobierno de Felipe González decretó la prohibición de las vallas publicitarias en las carreteras por seguridad vial. Osborne intentó sortear la ley eliminando todo mensaje publicitario de la superficie del toro, que quedó pintado por completo de negro. En 1994 el Gobierno, a través del Reglamento General de Carreteras, ordenó la retirada de todos los toros. Osborne, tras pagar una multa  por mantener las célebres siluetas, consideradas publicidad subliminal, comienza a desmontar parte de su “ganadería” que pastaba junto a las carreteras españolas.

El clamor popular que consideraba la silueta del astado como un símbolo nacional no tardó en hacerse oír hasta el punto de que, tres años más tarde, el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor de su permanencia, asegurando que “El Toro de Osborne ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje como un elemento de ambientación ajeno al mensaje propagandístico de una marca”.

Un año después  el Tribunal Supremo falló a favor de la firma comercial tras el recurso que había presentado esta, por considerar que su popular publicidad se había “integrado en el paisaje”, y argumentaba para su conservación “el interés estético”. Así, el toro de Osborne fue indultado y en 2017 se pudieron celebrar los 60 años de la primera figura, levantada a las afueras de Madrid. Algunos de aquellos toros que sobrevivieron gracias al indulto, como los de Andalucía, están protegidos por su interés paisajista y cultural y reconocido, como hemos indicado a principio de este artículo, “Bien de Interés Cultural”.

Crónica 056. Castilleja del Campo, miércoles 9 diciembre de 2020