jueves, 17 de diciembre de 2020

ESE TORO QUE A CASTILLEJA ENAMORA (y2)

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

El Toro de Osborne ha adquirido con el tiempo una naturaleza radicalmente diferente de la que tenía en el momento de su nacimiento. Creado por el diseñador publicitario Manolo Prieto como un anuncio, muy pronto se puso en camino hasta alcanzar ser objeto cultural y manifestar su vocación de monumento artístico.

El 13 de noviembre de 1996, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía resuelve inscribir con carácter específico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Monumento, las estructuras publicitarias denominadas Toros de Osborne, situadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La orden  imponía una serie de obligaciones a los propietarios de los terrenos protegidos, conforme determina el artículo 8 de la Ley 11/1991, de 3 de julio, sin perjuicio de las obligaciones generales.

El propietario de una finca afectada en Santa Elena, Jaén, denunció ante la Justicia que la calificación de la Junta de Andalucía, a la estructura del Toro Osborne en su propiedad, limitaba los derechos que sobre ella poseía y, su vez, se le imponían una serie de deberes de conservación de la misma. Prohibiciones y obligaciones que señalan al propietario de lo que puede y lo que no debe hacer en su propiedad.

El abogado del anterior recurrió la Resolución de 13 de noviembre de 1996 alegando, como motivo de impugnación, la caducidad del expediente, o la nulidad por la defectuosa calificación de monumento y por la infracción de los derechos de propiedad.

La Sentencia del Tribunal Supremo del 11/04/2006 falló en favor del propietario de la finca, ratificando la emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el 27 de mayo de 1999. En ella se anulaba la Orden de 13 de noviembre de 1996, por la que se resolvió inscribir con carácter específico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Monumento, las estructuras publicitarias del Toro de Osborne, ubicados en la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Años más tarde, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía emitió los decretos 149, 150 y 151, de 3 de mayo de 2011, por los que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, las estructuras publicitarias denominadas Toro de Osborne, situadas en las provincias de Almería, Córdoba y Jaén. Las tres estructuras declaradas monumentos se sumaban a otras 17 localizadas en Andalucía, cuya protección estaba tramitando la Consejería de Cultura.

Tanto los inscritos como los desprotegidos, aquellos toros continuarían siendo un símbolo de España, de Andalucía y, en particular, de Castilleja del Campo. En este sentido, el Ayuntamiento local consideró conveniente llevar  a cabo la declaración del  “Toro de Osborne de Castilleja del Campo”, situado entre la carretera A-472 y el Camino Viejo de Sevilla, como bien de interés cultural, con la tipología de Monumento, de conformidad con lo establecido en la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía. Por ello, en la sesión del 1º de septiembre de 2017, el Pleno del Ayuntamiento adoptó por unanimidad el acuerdo de solicitar a la Consejería de Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía la declaración del “Toro de Osborne” de Castilleja del Campo, bien de interés cultural y su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Un proyecto enmarcado en el Plan General de Ordenación Urbanística, aprobado provisionalmente por la Corporación en su sesión celebrada el 15 de junio de 2018.

Por todo lo dicho y ante el intento de Osborne de retirar el toro de nuestro pueblo,  el alcalde D. Narciso Luque Cabrera, continuaría las gestiones  manteniendo una reunión con D. Juan Carlos Paz Clavijo, propietario del terreno donde está ubicada la valla publicitaria. Este, en proceso de  negociaciones con responsables de la firma Osborne, le traslada al Ayuntamiento la voluntad de estos últimos de llevarse el toro de su finca, ya que les resulta más rentable ubicarlo en la autovía Sevilla a Huelva (A49), por el mayor flujo de vehículos que soporta. Al ser conocedor de sus intenciones, el Consistorio insta a la propiedad y a Osborne a mantener una reunión a tres bandas para negociar algún acuerdo que contente a las tres partes y no pase por el traslado del astado de Castilleja del Campo a otra localización.

Tras varios encuentros entre el primer edil y los propietarios de la finca en cuestión, a su vez interlocutores de la marca publicitaria, se llegó a un principio de acuerdo por el cual el Toro de Osborne se quedaría en nuestro pueblo. Una vez trasladada la propuesta del mismo al seno de la Corporación Municipal, esta dio el visto bueno y legitimó al Alcalde para cerrar el acuerdo y actuar en consecuencia.

En la negociación, Osborne no ha considerado para nada la vinculación de su apellido con Castilleja del Campo, ya que doña Cecilia Osborne Böhl contrajo matrimonio en 1849 con D. García de Porres y Castillo, VIII marqués de Castilleja del Campo y conde de las Atalayas (1851), Le sucedió el primogénito de ambos, D. José de Porres y Osborne, IX marqués (1893). Título que pasó a su hermana doña Elisa de Porres y Osborne, X marquesa de Castilleja del Campo.

El pasado verano de 2019, el problema suscitado parecía encontrar una solución que contentaba a todas la partes y que pasaba por ubicar una nueva figura del toro junto a la A-49, mantener donde está el de nuestro pueblo y compensar por parte del Ayuntamiento a la propiedad con una pequeña cuantía económica anual para compensar la minoración de la renta.  Y así, finalmente, el conflicto quedó solucionado. Ese toro que a Castilleja enamora, continuará siendo el vigilante guardián de la localidad, por solo 400 € anuales.

El Toro de Castilleja del Campo, nuestro toro, es el símbolo de identificación colectiva para los vecinos del pueblo y la comarca con valores históricos, artísticos y paisajísticos. Convertido en un potente icono, sus múltiples registros de significación continuarán viajando por nuestra memoria cultural, reavivando, a cada encuentro con él, sentimientos claves en la historia de nuestras tradiciones.

Crónica 157. Castilleja del Campo, jueves 17 diciembre de 2020