Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Han
transcurrido 35 días de la España
confinada. Cinco largas y sufridas
semanas en la que todos los ciudadanos -con la excepción puntual e irresponsable de algunos-, conscientes de la virulenta pandemia que nos
está afectando, estamos cumpliendo con la disposición del Real Decreto 463/2020
del 14 de marzo que aplicó la situación de emergencia nacional ante la pandemia
del coronavirus (civid-19), y lo que nos queda. De momento, en plena Semana Santa, el Congreso prorrogó
por segunda vez el estado de alarma y el
confinamiento hasta el 26 de abril. Más adelante habrá más.
Cronista
de la Villa, aprovechando este obligado paréntesis de inactividad y
confinamiento global, con el único fin de aportar su humilde colaboración para hacer
más llevaderas las largas horas de confinamiento, ha recurrido a su archivo para publicar unos artículos sobre la
trayectoria de los Reyes Magos de Castilleja del Campo. Con ellos refrescaremos la memoria de los
vecinos y sacaremos a la luz la historia de la Cabalgata en la última década
del pasado siglo XX.
LOS REYES
MAGOS DE 1990 y 1991
Tras el paréntesis sin Cabalgata en el
año 1989, el Ayuntamiento retoma la iniciativa. Gracias a una partida económica
Municipal, que puso a disposición de las personas colaboradoras con la
cabalgara de Reyes y la mano de obra del
Plan de Empleo Rural para el montaje y decoración de las carrozas. Esto hizo
posible organizar la Cabalgata de 1990.
Estas carrozas, a las que se les incorporaron algunas variantes en su
estructura y decoración, eran las mismas que salieron el último año. Los
atuendos y demás enseres para vestir reyes y pajes, adquiridos y confeccionados
a mediados de los años 80, se adecentaron y limpiaron para ser aprovechados en
esta y siguientes cabalgatas. En resumen que, aunque con precarios medios,
nuevamente se retoma una incipiente tradición, que sumaban 18 años de
trayectoria, de celebrar la festividad de los Reyes Magos.
La
Cabalgata de Reyes Magos de aquel viernes 5 de enero de 1990, la componía el alcalde,
Vicente Zaragoza Alcocer en la figura de Melchor; Antonio Rodríguez Herrero
como Gaspar, y José Mª Ramírez Bravo, como el mago Baltasar. Ellos fueron los
elegidos por sorteo de entre las personas que se inscribieran para ser reyes y
ocupar trono en la Cabalgata Real. Nadie ha podido citar el nombre de la
persona que como Estrella guió, en su recorrido por las calles de Castilleja
del Campo, a los primeros reyes de la
última década del siglo XX.
Desde
principios de la década, aunque no se implicó con decisión de futuro, el Excmo.
Ayuntamiento, realiza algunas gestiones, destina alguna partida económica y
continúa aportando la mano de obra con cargo al empleo rural.
Uno
de los años que más temprano salieron los Reyes fue éste de 1991.
Siendo
las 16 horas del sábado 5 de enero
aparecía por la portada del Palacio y abriendo la Cabalgata, la carroza
de la Estrella. A continuación las carrozas reales. Jorge Cuevas Fernández,
Antonio Gómez (de Agustín) y Amador Muñoz Rivera dieron vida a Melchor, Gaspar
y Baltasar respectivamente. La señorita Manoli Peláez que encarnaba la Estrella
de Oriente, estaba acompañada de las jóvenes Cynthia Luque Sáez, las hermanas
Raquel y Nuria Luque Monge y Olga
Garrido, como sus damas.
Las
cuatro carrozas, todas vestidas de blanco, mantenían el mismo estilo artístico
de la última modificación que diseñara Antonio de Rita en 1988.
El
recorrido por las calles y plazas se efectuó acompañado de un espléndido día y
se llegó a la plaza de la iglesia a la puesta de un sol que brilló toda la
tarde. Como de costumbre, los reyes Magos, ocupando los tronos bajo la torre
procedieron al consiguiente reparto de los juguetes y regalos a los niños. Nuevamente
una cabalgata de Reyes Magos dentro de la normalidad y destinada a su única finalidad: hacer felices
a los más pequeños.
Las
posibilidades que se ofrecen a la imaginación, a los sueños y, sobre todo, a la
infancia, parecen ser tantas como las constelaciones entre las que se desplazaba
aquella Estrella que, desde Oriente llegaría a Belén. Ante esto, pensemos en el
mejor regalo que nos deben dejar los Reyes Magos a los mayores: el delicado
cuidado para que nada adormezca la imaginación ni la sensibilidad de nuestros
hijos. Los niños y niñas de Castilleja del Campo.
Historia 068. Castilleja
del Campo, sábado 18 de abril de 2020