miércoles, 16 de septiembre de 2020

PINCELADA ARQUEOLÓGICA DE TEJADA LA VIEJA (2)

Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
En la actualidad son muchas las personas que se han acercado a visitar este enclave de interés, tan peculiar como desconocido para la mayoría de los que acuden al lugar. Para los vecinos de los pueblos  del Campo de Tejada y los del entorno, visitar este protohistórico hábitat de los tartessos es más que recomendable. Tejada la Vieja, catalogada como BIC en la categoría de zona arqueológica, bien merece una escapada para valorar la histórica  y el pasado de aquella cultura.
Si estás interesado en visitar este espacio arqueológico con 3000 años de historia, la Asociación Ecologista Ituci Verde organiza visitas guiadas gratuitas. Solicite su reserva en  la dirección email: ituciverde2003@gmail.com

En el yacimiento arqueológico tartésico de Tejada la Vieja se descubrió un edificio que, hasta la fecha, destaca sobre los demás. (En la foto marcado con la letra A).
El astrólogo César Esteban y el arqueólogo José Luis Escacena, son los autores de un análisis arqueoastronómico de la orientación de seis santuarios y edificios de carácter público protohistóricos, situados en el mediodía de la Península Ibérica (Coria del Río, El Carambolo, Saltillo, Mesa de Setefilla y El Oral), estudiaron también la orientación de un edificio de carácter público situado en Tejada la Vieja (1).
El análisis, realizado sobre una muestra de santuarios del Hierro Antiguo en esta área geográfica, se basa en la medida precisa de las orientaciones definidas por los edificios y el análisis del horizonte que les rodea y revela claros vínculos astronómicos. En particular, en los edificios de culto, las regularidades encontradas parecen sugerir la posible existencia de credos y rituales religiosos relacionados con posiciones singulares de los astros  visibles a simple vista: el Sol, la Luna o Venus.

El estudio de campo se centró en la medida de la orientación de las paredes de varias estancias de una estructura, al parecer de uso público, situada en la terraza superior de la población. Un edificio que corresponde a la tercera fase del hábitat, esto es, desde mediados del siglo VI hasta mediados del IV a.C. –Como  vimos en el artículo anterior, Fernández Jurado, en su trabajo de 1987, ya  describió este edificio como una construcción singular–. En el plano de la superficie excavada de la ciudad vemos mayor grado de regularidad en este complejo arquitectónico que en las demás construcciones exhumadas: paralelismo entre las paredes enfrentadas y perpendicularidad de los muros en las esquinas, que también se distribuyen de forma más aleatoria por este sector del hábitat. Hacia el oeste linda con una calle de unos 7 m de anchura. Cabe señalar que las paredes del edificio y el resto de estancias, que en la actualidad se encuentran en superficie en esta zona de la acrópolis, corresponden a la época final de la ciudad, siglo IV a.C.
Debido a esta cronología se ha dado siempre este momento por turdetano, por tanto de una construcción más tardía que el resto de las descubiertas.
Según el estudio de Escacena y Esteban, <<…Las medidas de la orientación de los distintos muros se obtuvieron con la brújula de precisión, mientras que la declinación magnética se determinó a partir de observaciones de la posición del Sol con el teodolito>>.
Del resultado de tales cómputos se puede deducir que el edificio público aludido se orienta de una forma muy precisa con relación a los ejes determinados por los puntos cardinales. Esto contrasta ya con el resto de otras estructuras estudiadas, que pertenecen a siglos anteriores. La única entrada aparente al complejo está en su fachada sur. Desde aquí se accedería a un espacio subdividido en dos pequeñas estancias, y más adelante a un patio interior. El fondo aparece de nuevo compartimentado, en este caso en dos habitaciones alargadas y paralelas entre sí, de similar diseño y extensión, con accesos independientes desde el patio.
Considerando la dirección meridional como la relevante, ya que hacia ella abren los vanos del edificio, encontramos que el eje mayor de la estructura apunta, justamente, hacia el sur geográfico. Esta estructura, que se ha considerado de posible uso público, es de gran regularidad y mayor calidad en relación con las del entorno inmediato. Este rasgo, unido a su orientación, sugiere que su localización en el espacio fue un elemento determinante en su diseño y construcción, lo que refuerza su carácter de edificio singular.
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1.- ESTEBAN LÓPEZ, César y ESCACENA CARRASCO, José Luis. Arqueología del Cielo. "Orientaciones astronómicas de edificios protohistóricos del sur de la Península Ibérica". (2013).

Historia 075. Castilleja del Campo, miércoles 16 de septiembre de 2020