Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Este
2020 pasará a la historia de España y quedará en la memoria de los españoles,
como el año aciago del “Coronavirus”.
<<Tenemos
un nombre para la enfermedad: es "covid-19">>, dijo el director de la Organización
Mundial de Salud, el doctor Tedros Adhanom, el 11 de febrero de 2020. Así dio a
conocer una enfermedad que comenzó a propagarse en la ciudad de Wuhan (China) y
se ha extendido por más de 160 países, desconcertando a los expertos en salud.
La
OMS, informada del brote el 31 de diciembre de 2019, esperó hasta el jueves 11 de marzo de 2020, para elevar la
situación de emergencia de salud pública, ocasionada por el Covid-19, a pandemia internacional.
España,
donde el número de infectados y fallecidos sube cada día, se encuentra en
estado de alarma, según Real Decreto 463/2020 del 14 de marzo. Situación que
supuso el confinamiento de la población hasta el 30 de marzo y una serie de
medidas que paralizaron el país.
Han
pasado dos semanas del estado de alarma y han sido varias las comparecencias en
televisión del presidente del gobierno
Sr. Sánchez, del presidente de la comunidad andaluza, Sr. Moreno y una del rey
Felipe VI. Pero las medidas, como la expansión del virus, no terminaron aquí, según
conocemos por las intervenciones y ruedas de prensa del Comité de Gestión
Técnica del coronavirus.
Nuevas
normas y ordenanzas han venido
complementando algunas condiciones del estado de alarma, como ampliar la prórroga de dos semanas el estado
de alarma ―aprobado en el Congreso el 26
de marzo ― y con ello la confinación de los ciudadanos hasta las 00:00 horas
del próximo 12 de abril.
Desde
el real decreto de 14 de marzo, con unos 8.000 afectados de coronavirus, la
pandemia afecta, a fecha de hoy, a más de 57000 personas y 4.300 fallecidos.
Cuando
el viernes 20 de marzo de 2020, a las 04:50 horas, entró el nuevo equinoccio, los
españoles llevaban seis días confinados
en sus domicilios. Una primavera que nació bajo el mal augurio de un año
bisiesto. <<Año bisiesto, año de siniestro>> ―dice un antiguo
refrán― y, desgraciadamente, la pandemia del coronavirus se ha hecho realidad
en primavera.
Esa,
que vestida con la inocencia del azahar, le sirvió a Juan Ramón para enamorarse
de la poesía. Primavera de naranjos y limoneros, que cada marzo abren sus
flores como los corazones de jóvenes que se enamoran sin saberlo. Flores
blancas sobre verdes hojas que Luis Cernuda
entrelazaba con la música y la luna.
Pero
esta es otra primavera, la que nació huérfana de domingo de Ramos. La que trasminado el aire de azahar, se perderá por calles desiertas,
pasarelas de arte barroco sin la majestuosidad de las procesiones de Semana
Santa. Una estación de luz y color, alegría de ferias, romerías populares y
fiestas primaverales, que este año no celebraremos.
Así
se presenta la primavera de 2020. La del coronavirus, ese mal que aisló en sus
casas a las familias y a los vecinos en sus
pueblos, como a todos los ciudadanos
de Andalucía y España. Pero, a su vez, nos ha unido contra el "covid-19" en una lucha común. ―Como dijo el rey Felipe VI en su intervención televisiva,
el miércoles 18 de marzo―. “Este virus no nos vencerá. Al contrario, nos va a hacer
más fuertes como sociedad”.
Opinión
del Cronista 043
Castilleja
del Campo, viernes 27 de marzo de 2020