miércoles, 4 de diciembre de 2019

DECADENCIA DE TEJADA Y SUS RAÍCES CRISTIANAS


Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
La historia de Tejada, apasionante por el cambio radical que sufre en la Baja Edad Media, ha sido tratada en multitud de ocasiones, aunque en la actualidad ha dejado ya de ser una incógnita. Con esta pincelada historiográfica pondremos luz en la cristianización y el despoblamiento de la ciudad de Tejada, (siglos XIV al XVI).

Hay documentación que atestigua que Tejada tuvo más de un templo –tuvo dos, uno dedicado a Santa María y otro a San Jorge– que ya existían en 1346. Esto denota la prosperidad y la economía de la ciudad. Tal eran los beneficios de Tejada que a mediados del siglo XIV concedió al obispo de Cádiz, don Bartolomé, mil maravedís anuales situándolos sobre las rentas de este Campo (1) y se erigió como  cabeza de una vicaría eclesiástica del arzobispado  sevillano.
En 1352 ya aparece un vicario de Tejada, llamado Juan Simón, entre los asistentes al primer concilio provincial de Sevilla. En la segunda mitad del siglo siguiente la posesión y disfrute de las tercias reales de los diezmos de su vicaría provocaría más de un conflicto, que daría lugar a diferentes litigios con individuos de la familia Zúñiga, señores por un tiempo de la villa de Tejada.
A fines del siglo XV Andrés de Segura pintó un retablo para una de aquellas iglesias, quien, al morir en 1507, aún no había cobrado su obra (2).
La iglesia con su notable conservadurismo, mantendría la denominación de esta vicaría largo tiempo durante el antiguo régimen, a pesar del lento pero inexorable proceso decadente de Tejada. En 1532 era vicario un tal Luis Camargo y en el siglo XVIII la cabeza de la vicaría pasó oficialmente a Paterna del Campo.

Tejada, que a pesar de las circunstancias históricas, de una posición de importancia y un extenso campo que producía notorios beneficios, finalmente se vio involucrada en una paulatina decadencia.
Nos hallamos ante un tipo de despoblación muy común en la zona, aunque en ningún momento significó un abandono del territorio por parte de los habitantes del mismo, sino sólo un cambio  de ubicación. En el caso concreto de Tejada incide además de forma directa un factor endémico de primer orden: la insalubridad del enclave. Ciertamente, en el siglo XVI, una descripción del mismo nos habla de la existencia de un estancamiento de aguas malas que lo hace muy doliente sitio (3).
Si bien no podemos fechar con exactitud el inicio de este despoblamiento, sabemos que se acentúa a mediados del siglo XIV y sobre todo a lo largo de XV, para acabar a principios del siglo XVI como despoblado.
Los beneficios de las huertas y fincas del Campo de Tejada ya no recaían sobre los habitantes de esta Villa, cada vez menos numerosos, y se dispersaban en los vecinos de la próximas villas de Escacena, Paterna y Castilleja que todas ellas llevaban el apellido del Campo y que, junto a Manzanilla, –como dijo Juan de Mal Lara- <<se poblaron con la ruina de Tejada y se repartieron en sus respectivos términos concejiles la extensión de aquel campo, sus huertas, tierras de pan, viñas, olivares y tierras de pastoreo y caza>> (3).
A pesar de todo hay estudios que afirman que otras causas políticas-económicas debieron influir en este proceso. Entre los siglos XV y XVI se transformaron muchas estructuras y se crearon nuevos condicionamientos en la zona, directamente relacionada con Sevilla. Como la utilización del camino más rápido para los vinos del Condado en su conducción a dicha ciudad y su puerto, las mejores condiciones agrícolas y topográficas de Escacena, Paterna, Castilleja y otras localidades, y sobre todo, los intereses señoriales de los Guzmanes. En su conjunto estos pudieron tener tanta o más fuerza que las aguas maloliente y los lagos sin fondo en el proceso despoblador de Tejada.

Resumiendo:
Tejada, ciudad amurallada y con rey propio, reconquistada por las huestes de Alfonso X en 1253. (Su padre, Fernando III ya la conquistó, junto a  Sevilla 5 años antes). Tras esta reconquista definitiva, el día 10 de mayo de 1291 comienza el repartimiento de Tejada. Participaron en el mismo don Remondo, obispo de Segovia, Ruy de Mendoza, Gonzalo García de Torquemada, Pedro Blanco y el adalid Fernando Servicial (4).
Quiere decir que Tejada y las alquerías de los límites de su “Campo” entraron en el reparto en beneficio de ella, sin identificar como villas dichas alquerías árabes aún.
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(1)    ORTIZ DE ZÚNIGA, ob. cit., II. 116
(2)    Documentos para la Historia del Arte en Andalucía. Laboratorio del Arte de la Univ. De Sevilla, vol. VIII.
(3)    MAL-LARA, Juan. Recibimiento que hizo la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla a la C:R:M: del Rey Felipe II. Sevilla,1570
(4)    GONZALES Y GONZÁLEZ j. Repartimiento de Sevilla.

Historia 063. Castilleja del Campo, miércoles 4 de octubre de 2019