Castillo de Alpizar (Paterna del
Campo)
Castilleja Islámica
Por
Juan C. Luque Varela, Cronista Oficial de la Villa
Tras la
caída de la mayor parte de la Hispania Romana en manos de los pueblos
bárbaros (409/410 d. C.), Tucci/Ituci
(Tejada) y toda su comarca entró en un periodo histórico de franca decadencia.
Dicho periodo, que se prolongó durante el reinado Visigodo (416/429-711/712 d.
C.), no ha sacado a la luz, hasta el momento, ninguna noticia o referencias de
si se dieron avances, transformaciones o hechos históricos relevantes en los
núcleos de población de la zona.
Lo que
quedaba de la Tucci/Ituci
hispano visigoda fue conquistada por Abén Meruán, según señala Abén Alcotía, a
principios del siglo VIII (la conquista del Campo de Tejada se inició en el año
713), pasando a denominarse con el topónimo de Talyata. Subyugada por
los árabes, siendo gobernador de Sevilla Abdalaziz, Talyata ganó en
potencia, riqueza y cultura bajo su dominio, quizás más que en tiempos de los romanos.
Como
se viene desarrollando en anteriores artículos, citados genéricamente
como “Pinceladas de la Historia”, nuestra Castilleja del Campo ha formado parte
del denominado Campo de Tejada, que, a su vez, ha sido considerado una zona
especial dentro de la comarca natural del Aljarafe. Dicha comarca, aunque
preexistente, toma personalidad propia en época de la dominación musulmana,
cuyos geógrafos e historiadores son quienes le han dado su nombre y
singularidad geográfico-histórica y, seguramente, también fueron los
responsables de dar corporeidad al territorio que los reconquistadores
cristianos han denominado, hasta nuestros días, como Campo de Tejada.
Y es que Tejada, conminada “la Nueva” para
distinguirla de la ciudad prerromana que ya existiera tiempo atrás, fue algo más que uno de tantos
poblamientos existentes en la Península Ibérica de época preislámica, cuyos
conquistadores árabes y norteafricanos la reconocieron como un lugar importante,
tanto en lo poblacional como en lo económico, entendiendo que toda la tierra a
su alrededor formaba una unidad. Llamaron a dicho territorio al-Basal, o lo que es lo mismo, “la
(tierra) cebollera”, por los muchos y excelentes cultivos que de esta suculenta
y nutritiva planta en ella se realizaban y que aquellos conquistadores
mantuvieron.
Es cierto que Tejada era su cabecera, pero
dicha población nunca habría alcanzado tan altas cotas de importancia, si no
hubiese sido por la riqueza que le aportaban todas y cada una de las pequeñas
alquerías rurales existentes en sus inmediaciones. Sería largo citar los
nombres de todas y cada una de ellas, y que los musulmanes seguramente
aumentaron. Fuentes de época inmediata a la Reconquista citan Escasena (actual Escacena del Campo), Machaniella/Mançaniella (Manzanilla), Chuçena
(Chucena), Paterna Fábula
(Paterna del Campo), Onuius (actual
Hinojos), Bulules (Bollullos del
Condado). Conociéndose también Bulchena;
Alcalá de Tejada; Benafic; Lapiçar; Ontugena; Bardajena; Carranchena; Espechilla; Leyrena; Gelorauz; Villanova o Villanueva de Anogaychet; Calabana; Yungar; Gerençena; Biçena; Xanis; Petronila; Sufre; Muçina; Cocaena; Sietfio; y Bilbiana, a las que, por descontado, habría que añadir otras
muchas. Queriendo resaltar a nuestra Castilleja, no más importante que otras,
pero ni mucho menos de menor entidad.
Castilleja, como se acaba de señalar era
una más de aquellas alquerías, con pocos habitantes, rodeada de tierras de
cultivo, donde abundaban olivares, higuerales y tierras calmas destinadas
principalmente a la siembra del trigo. Pero su importancia no residía en sus
campos ni en su riqueza agrícola; fundamentalmente era su ubicación estratégica la que le confería
su verdadero valor. Situada en lo alto de un cerro que domina buena parte de la
zona suroriental del Campo de Tejada, fue elegida para albergar un castillo -de
ahí su nombre-, no de excesivas dimensiones, desde el cual vigilar la seguridad
de la tan importante Talyata, y controlar el tránsito de gente que transcurría
por el no menos destacado camino que atravesaba sus tierras, comunicando las
cercanas urbes de Isbiliya (actual
Sevilla) y Labla (Niebla).
En principio llamaron
“al-Qala” o “al-Bury Ibn Sumayd” a aquel lugar, en honor del posible constructor,
o último poseedor, de tan destacada edificación, que era la realmente señera de
aquel enclave, de quien desgraciadamente nada se sabe hoy día (ni siquiera
estamos seguros de su verdadero nombre, mucho menos de que fuese quien
financiase la construcción de aquella pequeña fortaleza, o se tratase de su
último señor). Para hacernos una idea del tipo de castillo que pudo haber sido,
nos remitiremos al castillo de Alpízar, en el cercano término de Paterna del Campo, pues si ambos hubiesen sido construidos al mismo tiempo, sería del siglo
Xl. El cuerpo lo forman una edificación de planta cuadrada con dos patios de
armas en el interior y cuatro torreones flaqueados en los vértices. Destaca en
la fachada principal una bellísima portada de estilo Almohade.
Vista lateral de Alpizar
El antiguo lagar y bodega de Manolo, “el
Talabartero”, señalado en la actualidad con el número 20 de la C/ Antonio
Machado, posiblemente la edificación más antigua de Castilleja del Campo, fue
demolida a principio del año 2000, para construir su residencia los actuales
propietarios. En la excavación aparecieron restos de antiguas construcciones:
gruesos muros, cimentaciones y una pieza de considerable tamaño parecida a una
gran roca que se dejó enterrada (posiblemente un sillar de construcción, aunque
no se realizaron estudios ni análisis sobre lo descubierto). ¿Podríamos señalar
este lugar como parte del solar sobre el que se levantaba aquel pequeño
castillo que dio nombre a nuestro pueblo? Ya nada se puede hacer. Ceán
Bermúdez, en su obra Antigüedades romanas de España (1832), afirma lo
siguiente: <<La
Villa de Castilleja del Campo tiene reliquias de población turdetana>>. Con más razón podemos aventurar la
existencia de aquel castillo en lo que hoy es su casco urbano.
Estos novedosos artículos -y los que se
continuarán publicando- con el título genérico: “Pinceladas de la Historia”,
son una pequeña aportación, un avance, un boceto de nuestras raíces; la obra
que descubra nuestra historia en profundidad está por hacer, es un compromiso
que El Cronista tiene marcado. Para ello se ha puesto en marcha un proyecto con
el fin de realizar el estudio e investigación que saque a la luz,
definitivamente, la historia de nuestro pueblo. “La historia de Castilleja del
Campo de Tejada”.
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Historia
008. Castilleja del Campo, lunes 04 de febrero de 2013