Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
<<Vamos
pastores vamos, vamos para Belén…>>.
Aprovechamos estas entrañables fiestas navideñas para mencionar una costumbre
popular que aún prevalece en el seno de
algunos hogares de Castilleja del Campo: la
recreación de aquel portal, en el pueblecito de Belén, donde nació
Jesús.
Gracias
al celo de muchos vecinos y familias al
completo, montar el Portal de Belén, también conocido como “El Nacimiento”, es
una arraigada tradición que aún perdura en nuestra localidad.
Su
instalación, que ocupa un importante espacio, generalmente se ubica en un lugar principal de la vivienda, bien
sea en el comedor o en la sala de estar. Si la extensión lo requiere hay
familias que habilita toda una habitación en la que recrea no solo el pueblo de
Belén, sino parte de la comarca de Judá coronada
por el castillo del tetrarca Herodes Antipas. Un derroche de imaginación
creativa sin límites en la que, en otros tiempos pasados, se utilizaban
hiervas, plantas del campo y muchos elementos naturales y otros reciclados. Las
figuras de arcilla cocida y policromada, competían con las pequeñas casas
fabricadas artesanalmente de corcho o cartón. Un trozo de espejo, en un guiño
de río, atravesaba la llanura donde
pastaban las ovejas, mientras sus pastores se acercaban a adorar al Niño recién
nacido.
Este
era el centro familiar en el hogar, desde la noche del 24 de diciembre al día 6 de
enero. Cada tarde, en las casas que se montaban el Nacimiento, la familia
reunida en su entorno, recibía la visita de niños y mayores, vecinos todos,
donde improvisados campanilleros cantaban villancicos. Después de la cena,
antes de retirarse a descansar, se les avanzaban unos pasos a los Reyes Magos para que cada día se acercaran un
poco más al misterio del portal.
El
paso del tiempo, las nuevas tendencias y estilos de vida han moldeando, lenta
pero inexorablemente, infinidad de raíces, tradiciones y costumbres, no solo en
la sociedad, también en el ámbito
familiar. Es por ello que, en la mayoría de los hogares donde se mantenía la
tradición de montar el Portal de Belén
desde tiempo inmemorial, si no ha
desaparecido aún, ha quedado relegado a la mínima expresión y solo montan “El
Misterio”, eso sí en un espacio destacado de la estancia. Aunque estos pequeños
portales también se han visto colocados en cualquier mueble, compitiendo
espacio con un portafotos, una figurita o el receptor de Tv, como aberrantes
complementos decorativos.
¡Qué entrañable resulta una visita al Portal de
Belén, sobre todo si es con niños! Qué
ilusión para ellos es el descubrir, entre los rincones de aquel pueblecito en
miniatura, la magia donde no faltaba ni el hortelano que saca agua de un pozo. ¡Qué
suerte de vivir ese momento, esa estampa de sensibilidad e inocencia que se
produce en el niño en su encuentro con el Belén! Disfrutar con ellos y de su
gratificante sorpresa y ver sus inocentes ojos abiertos, al descubrir que Aquel
otro Niño solo tiene un pajar por aposento.
Tradicionales
Nacimientos, que nos traen el recuerdo de las costumbres populares de diciembre:
villancicos con zambombas, rin–rin de la botella y panderetas, aderezados con
buñuelos, anís y chocolate. Así continúan siendo el Nacimientos: una historia de
amor que ocurrió hace más de 2.000 años y aún se recrea y se renueva en cada
casa de buena voluntad.
Tradiciones
y costumbres 079.
Castilleja del Campo, miércoles 14 de
diciembre de 2022