Por Juan C. Luque Varela, Cronista
oficial de la Villa
Continuamos con la trayectoria histórica del nuevo cementerio de
Castilleja del Campo. En esta publicación abordaremos la problemática que
suscitó la elección del terreno para su construcción, la labor de la Comisión,
el informe de la Junta local de Sanidad y la inauguración del mismo. También
sacamos a la luz el plano de la obra, bocetos de la cancela y de los adornos
que remataban la portada.
Aquel mismo día, 20 de diciembre de 1873, fecha en la que el Pleno del
Ayuntamiento, en sesión extraordinaria y de urgencia llegó al acuerdo de
construir un nuevo cementerio, la Comisión municipal de seguimiento se puso en
marcha e inició las gestiones que les fueron encomendadas. Entre otras, examinar
los cuatro espacios públicos propuestos en el pleno y presentarlos ante la
Junta de Sanidad. Unos terrenos que a juicio de todos eran los más adecuados
para levantar el proyectado cementerio.
Por su lado el secretario del Ayuntamiento y de dicha comisión, don Mariano
López, hizo entrega de un oficio a la Junta Local de Sanidad firmado por el
alcalde, don Manuel Luque Díaz. En el mismo se le requiere al citado organismo
de sanidad, se sirva informar y autorizar el comienzo de las obras los antes
posible, dada la urgencia del caso. Tanto sobre el emplazamiento del nuevo
cementerio, como de otras cuestiones que se les ofrezcan.
La urgencia de iniciar las obras de construcción de un nuevo
cementerio en esta villa estaba impuesta en virtud de que, el actual, además de
no reunir las condiciones higiénicas, tampoco contaba con espacio donde
practicar dignamente las inhumaciones que se pudieran presentar.
La Comisión de seguimiento, tras la inspección ocular de los terrenos,
presentó a la Junta de Sanidad un documento con la relación de los cuatro
lugares propuestos por el Municipio.
La contestación de la Junta local de Sanidad no se hizo esperar. Tres
días después, el 23 de diciembre, emitió el informe solicitado por el
Ayuntamiento, respecto al emplazamiento del cementerio que se pretende
construir.
En el mismo, la Junta indica que la higiene pública aconseja que este
género de construcciones se ubique al norte o cuadrante más inmediato, respecto
al núcleo de población, dado que los vientos son menos generales y, por su
condición de frío, se opone a la rápida descomposición de los cadáveres y desprende menos miasmas
infectantes.
Una vez reconocidos los terrenos indicados por la Junta de Seguimiento
y ajustándose a las normas establecidas, dictaminan lo siguiente:
El lugar conocido “El Barrero” es inaceptable por hallarse al oeste.
“La Erilla” también es desestimada por pertenecer al cuadrante del este y estar
muy cercano al núcleo urbano. “El Prado”, junto al “Mesoncillo”, aunque se
halla en el cuadrante norte, no es
adecuado por quedar muy próximo a la carretera Sevilla-Huelva.
Solo quedaba la parcela señalada como “El Prado”, lindante al cercado
de Antonio (el de Juan Daza). Esta sí reunía las condiciones adecuadas para el emplazamiento
del cementerio. Se halla al norte, en el cuadrante noreste, el terreno es bueno
y está a suficiente distancia de la Villa, con lo cual cumple las normas de
higiene pública y de salubridad.
El informe termina con un apartado de agradecimiento que copiamos
literalmente: <<Damos las gracias a esa Corporación Municipal por que ha
sabido, llevada de apremiante necesidad, atender la higiene pública de los
vecinos que vivían en un foco de
infecciones dentro del pueblo y contar
con un cementerio fuera del mismo>>.
Y llegó tan anhelada fecha. Comenzaba la obra de un nuevo cementerio
financiado en su totalidad por el
vecindario. La ciudadanía local, respondiendo al llamamiento de inauguración,
se agrupó alrededor del acto que se iba a celebrar. Este fue el inicio de una
importante obra que hacía realidad el
esfuerzo de todo un pueblo.
En aquella parcela de “El Prado Municipal”, en el margen izquierdo del
antiguo camino de Sevilla; se edificó, con fachada principal y portada de
entrada al sur, el que fue conocido durante muchos años “El nuevo cementerio”.
Aún se conservan los muros
norte, sur y oeste. Del muro del este solo prevalecen dos tramos, que en la
actualidad están ocupados por los panteones (bloque 7) y un pequeño grupo de 12
nichos junto al muro sur (bloque 5), lo demás se derribó en el último tercio
del siglo XX para permitir la ampliación
hacia la zona de levante. En la
fachada principal (sur) se mantiene intacta la portada, esta sin los adornos
que remataba la parte superior. La carpintería metálica de entrada perdió el medio punto superior y
solo se conservan las dos hojas del
cancel.
Del discurso que para tal efecto pronunció el secretario del
Ayuntamiento, don Mariano López Suárez, extraemos los siguientes pasajes:
<<Honrados habitantes de la villa de Castilleja del Campo, el
día 25 de diciembre del año de gracia de 1873, pasará a la historia de esta
digna villa. (…)
Merced a los grandes esfuerzos empleados por la Corporación Municipal
que nos representa y, especialmente, por
los honrados trabajadores y demás vecinos, hoy se hace realidad el nuevo cementerio.
Una importante obra llenará un vacío que se dejaba sentir en esta villa desde
hacía muchos años. Esta, la última morada de nuestros restos que hoy se
inaugura, será la noble casa donde se depositarán para dormir el sueño eterno.
(…)
Mirad a todos los que nos rodean, personificación de la actividad
ciudadana y símbolo de la riqueza pública, cuyos afanes en pro de la
realización de esta obra, son de sobra conocidos por todos vosotros, y que han
comparecidos gustosos para dar brillantez al acto de inauguración de un nuevo cementerio con propiedad de eterno>>.
–Y continuó con el siguiente apartado de agradecimientos:
<<Llegados a este punto tenemos que agradecer el esfuerzo de
todos los vecinos, puesto que sin su colaboración no sería posible esta digna
obra. Merece una mención señalada la Sra. viuda doña Pilar Jiménez, que no ha
podido asistir al acto por no estar recuperada. Gracias a ella y a sus hijas
por su aportación para esta causa. Gracias también al venerable sacerdote don
Ramón de Paz Gómez, que ha demostrado en
todo momento su interés y apoyo en pro de la ejecución del proyecto.
Para finalizar, el agradecimiento al Sr. Marqués de Castilleja del
Campo, por su aportación y por honrarnos con su presencia colocando la primera
piedra>>.
–Del final del discurso extraemos la frase siguiente:
<<Las generaciones venideras conservarán en su memoria este
grandioso día y vosotros, al terminar vuestras vidas en esta villa, tendréis un
lugar digno para el descanso eterno>>.
Historia 067. Castilleja del Campo, jueves 6 de febrero
de 2020