jueves, 23 de enero de 2020

CEMENTERIO DE CASTILLEJA DEL CAMPO (1)


Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
El día de Navidad de 1873 fue grande para la historia  de Castilleja del Campo y sus vecinos. Gracias a la aportación  de todos ellos se hizo realidad el proyecto de construir un nuevo cementerio. El Ayuntamiento declaro carecer de fondos para hacer frente a la obra.

La efervescencia de las obras ejecutadas entre 1760 y 1762, para la reedificación de la nueva iglesia,  arruinada en 1755 por el terremoto de Lisboa, dio lugar a diferentes problemas para continuar con las inhumaciones. Hasta entonces eran tres los espacios destinados a los enterramientos: el interior de la Iglesia, el solar que circundaba el edificio por las zonas sur y este (en la actualidad patio y salón parroquial) y el pequeño cementerio anexo a la mencionada parroquia por su lado norte (en la actualidad patio de la cruz por todos los caídos en la guerra civil). A final de este siglo se  permitían inhumaciones en el interior de la iglesia previo pago de un impuesto. (1)

Por aquellos años, la Real Cédula de Carlos III de 3 de Abril de 1787 vino a cambiar en España los lugares de enterramientos situadas dentro de los núcleos urbanos. La falta de higiene y salubridad características de las inhumaciones, provocaban la aparición de enfermedades que se propagaban rápidamente entre la población, debido a la cercanía de las viviendas con las Iglesias, documentadas por la cantidad de epidemias que mermaron la población del Reino durante el siglo XVIII y anteriores.
Tras la inmediata promulgación de la cédula, el monarca encargara al Consejo, mediante Real Orden, la búsqueda de métodos para solucionar la situación de grave riesgo que existía para la salud pública y adecuarse a países como Alemania, Inglaterra o Francia que ya habían construido cementerios civiles fuera de las ciudades.
Aún así, un documento fechado en 1831 denuncia que, en Castilleja del Campo continúan realizando inhumaciones en el interior de la Iglesia. Se trata del informe realizado por don Santiago de Llosa y don Francisco Pérez, maestros mayores en obras de albañilería y carpintería del Arzobispado de Sevilla, sobre la Iglesia parroquial de Castilleja del Campo. Al final del mismo puntualizan: <<…De la solería no se habla, a pesar de estar muy mala, porque están haciendo los enterramientos  dentro de la iglesia; teniendo un cementerio que, aunque no muy grande, es suficiente para el vecindario que tiene el pueblo>>.  (1)
Por fin, tras más de un siglo arrastrando la precaria saturación de los espacios destinados a enterramientos, la Junta local de Sanidad dictamina sacarlos fuera del casco urbano. Esto desembocó en la urgente necesidad de construir un nuevo cementerio ubicado extramuros de la villa.

El Cementerio de Castilleja del Campo se construyó entre final de 1873 y principio de 1874, según el expediente municipal fechado el 20.12.1873. Una obra presupuestada en 1.419 pesetas llevada a cabo con el apoyo económico del vecindario. En el expediente del mismo aparece un plano en planta de la construcción perimetral con sus correspondientes mediciones, sin referencias ni planos de alzados de nichos construidos o por construir. (2)
Tampoco se han podido cotejar estos datos con las sesiones de aquellos años, dado que faltan las actas capitulares comprendidas entre 1792 y 1888. Llegados a este punto y después de investigar en la documentación sobre actas de posteriores  sesiones, (3) fichas y licencias de sepulturas, etc., (4) podemos aventurar que los primeros nichos del cementerio se levantaron sobre el muro del norte y quedaron vacíos los testeros del sur, levante y poniente.
En sesión extraordinaria del Ayuntamiento pleno, de 20 de diciembre de 1873, presidida por el Alcalde don Manuel Luque Díaz se aprobó la construcción de un nuevo cementerio, dadas las necesidades que el pueblo exigía. Una obra que necesariamente tenían que ejecutar con urgencia dado que, el cementerio junto a la iglesia además de halarse dentro del pueblo, contra lo prevenido por las normas y leyes –de aquellos años– referentes a la salud ambiental, tampoco ofrecía garantía ni decencia para practicar con el debido decoro las inhumaciones que pudieran presentarse.
Con antelación, la ciudadanía, informada del problema y conociendo la exigua economía del Ayuntamiento, se ofreció gustosa para sufragar el presupuesto de la obra.
En primer lugar pasaron a analizar los planos y presupuesto aportados por el maestro de obras José de Paz Gómez, cuyo importe de 1.419 pesetas ya ha sido indicado. El mismo, fechado el día 18 de diciembre,  exponía el siguiente desglose por partidas:
            Excavación de 25 m3 de cimientos y rellenados de mortero.
            Materiales 125 pesetas. Mano de obra 75 pesetas.
            Construcción del muro perimetral, portada, colocación de cancela y otros.
Materiales 775 pesetas. Mano de obra 225 pesetas.
            Cancela de entrada y cruz de hierro 90 pesetas.
            Impuestos 129 pesetas.
El plano en planta del muro del cementerio lo formaba un cuadrado de 20 metros de lado en un solar de 400 m2, con fachada de entrada al sur. Adjunto al mismo, el maestro de obras aportó dibujos de la portada de entrada, de la cancela y  de una cruz de forja. (2)
El ayuntamiento, después de discutir detenidamente las proposiciones y examinados los planos y presupuesto que entregó el maestro de obras, acordó otorgarles su aprobación a los puntos tratados y que la construcción se ajustase estrictamente a los planos presentados.
Para no grabar con más gastos a los vecinos se propuso que la construcción se realizase en una de las siguientes zonas del territorio concejil: “El Barrero”, “La Erilla”, “El Prado” junto al “Mesoncillo” y “El Prado” próximo al cercado de Antonio el de Juan Daza. Todas ellas se consideraban muy apropiadas para el emplazamiento del cementerio. Por su parte, la corporación nombró una comisión municipal de seguimiento a fin de agilizar todos los pasos posibles para la pronta ejecución de la misma, dada la apremiante necesidad de contar con un nuevo cementerio.
Componían dicha comisión: don José Luque Muñoz, don Francisco Luque Cruz, don Cristóbal Moreno y don José Mª Casado. Siendo  asistidos por don Juan Delgado, profesor de medicina y cirugía y don Eustaquio Pacheco, abogado. Depositario  don Severo Arenas Jiménez y  secretario el mismo del Ayuntamiento, don Mariano López Suarez. Entre otras gestiones, tenían asignado el reconocimiento de los diferentes espacios citados y determinar  el más indicado para el emplazamiento de la obra.

Finalmente don José  María Casado intervino con dos proposiciones al pleno. En primer lugar propuso el 25 de diciembre, día para la inauguración de las obras. Considerando que esta fecha, primera de Pascuas, era la más indicada con motivo de la fiesta de Navidad y día de descanso general. De esta forma  todo el vecindario podría asistir al acto. Por otro lado y con el fin de guardar la debida solemnidad, propuso que se pronunciase un discurso de inauguración. Para ello se nombró a don Mariano López, secretario del Ayuntamiento que aceptó con sumo gusto.
Quedaba pendiente, a cargo de la Comisión Municipal la recaudación de las aportaciones del vecindario, el seguimiento, el emplazamiento definitivo del nuevo cementerio y el informe de la Junta local de Sanidad.
Aprobadas las propuestas, el Sr. Alcalde dispuso que se sacara copia del acta de la presente sesión para depositarla en el lugar donde haya de colocarse la primera piedra, como memoria de tan importante obra.
Continuará en próximas publicaciones.

1.- LUQUE VARELA, J.C. Crónica de un fiesta viva, Castilleja del Campo 1999. Capítulo VI, páginas  69 a 71.
2.- Archivo Histórico Municipal. Obras municipales, clasificación 3.01, legajo 200.
3.-  Archivo Histórico Municipal. Actas capitulares, clasificación 1.01, libros  del nº 4 al 9 y del 13 al 17
4.-  Archivo Histórico Municipal. Licencias de sepulturas, clasificación 3.06.3,  legajo 177

Historia 066. Castilleja del Campo, jueves 23 de enero de 2020