Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Con
lamentos de bronce las campanas de la parroquia de San Miguel, -sus campanas- tañeron para despedir al campanero.
Siempre tendré en la memoria sus mejores sones, ya fuesen de gloria o duelo.
Miguel
Luque Rodríguez, conocido familiarmente por “Miguelito el carpintero”, ha
fallecido el 3 de julio de 2021, a la
edad de 88 años. Hoy nos toca recordar a Miguel por su labor de ayer. Por su generosidad
y amabilidad ante el contratiempo de cualquier vecino. Por su inestimable aportación
en multitud de eventos y actividades que se han venido realizando en nuestro
pueblo, actuando con agrado y dedicación digno todo elogio. Y por haber sido la
piedra angular de la que hoy es la Hermandad del Santísimo Sacramento, San
Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del Buen Suceso. Un trascendental legado para su
pueblo que merece el reconocimiento de la sociedad castillejina.
Una
persona a la que no le hace falta (como a ninguna otra) un homenaje póstumo,
porque los pocos reconocimientos que se les otorgaron ya lo disfrutó en vida,
como tiene que ser. Los reconocimientos si no se hacen en vida, ¿de qué les
sirven a los homenajeados? Es por ello que remito a los lectores de Cronista de Castilleja del Campo al
artículo publicado el día 1 de agosto de
2020 con motivo de la calle que el Ayuntamiento rotuló a su nombre en 2018
y la medalla “Pro Ecclesia Hispalense” recibida en julio del 2020. Una
crónica viva de su larga trayectoria.
Nos
ha dejado un buen ciudadano, buen vecino y buen amigo de todos. Miguel Luque
Rodríguez un ejemplo y una institución, pero a la vez un hombre cercano,
sencillo y de indiscutible valor humano, que pudo presumir -en vida- de tener
rotulada con su nombre la calle donde se ubicaba su taller de carpintería y
lucir, por méritos, la medalla “Pro Ecclesia Hispalense” que recibió un año
antes de fallecer.
Opinión
047. Castilleja del Campo, sábado 3 de julio de 2021