Una efeméride perdida entre los papeles
Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
El
pasado domingo 23 de abril, se celebró Internacionalmente el Día del Libro que también
es el Día Mundial del Idioma español, un homenaje a la memoria del gran
escritor Miguel de Cervantes Saavedra, quien
contribuyera al engrandecimiento de la lengua española. Aunque el día del libro comenzó a celebrarse en el
mundo a principios del siglo XX, el día del idioma español se celebra desde el
año 1702.
Cuando
se desmoronó el Imperio Romano los pueblos siguieron utilizando el latín pero
cada región lo fue adaptando, tanto que aparecieron las lenguas romances o
neolatinas. El castellano es una lengua romance que se ha expandido por todo el
mundo. Se originó en España en la provincia de Castilla y se consolidó con la
unión de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los reyes Católicos. También
fue muy importante la publicación de la primera gramática castellana por Antonio
de Nebrija. Luego en 1492, llegó a América con Cristóbal Colón, extendiéndose
por el continente americano gracias a sus viajes y a la –mal llamada- Conquista de América.
Pero,
¿Quién se acuerda de cosas y casos que acumulan tantos años y tanto polvo? Unas
se traspapelaron y los otros cayeron en el olvido, como ocurre con los fondos de cualquier estantería de
libros.
El
azaroso ritmo del tiempo en que vivimos todo es actualidad, nada queda de ayer,
mucho menos del pasado, ahora toda la información debe entrar con la imagen y
no a través de mil palabras. ¿Cuántos niños, jóvenes y mayores podemos
encontrar en una biblioteca si no es por necesidad del estudio, la formación o
el trabajo? Sin embargo, durante el tiempo libre y de ocio, estos mismos se pasan
horas frente a cualquier dispositivo emisor de imágenes, léase móvil, tablet,
ordenador y televisión.
En
nuestra localidad, en lo que se refiere a los actos culturales organizados
desde el Ayuntamiento, la celebración del Día Internacional del Libro ha tenido
años buenos y otros no tanto. Este evento, como otros que organiza el
consistorio, requiere dedicación, trabajo y presupuesto para llevarlo a cabo y,
lo que es primordial, que tenga respuesta por parte de la ciudadanía a quien va
dirigido y esto no siempre es así. Todos debemos reconocer que no hay nada más
lamentable que una sala vacía en la que se está celebrando un acto cultural o
de cualquier estilo. Quizás por ello, al igual que en los últimos cinco años ya
han pasado dos sin acordarnos del libro y su efeméride, este 2017 será el
tercer año que pasará como un libro en blanco.
Al
hablar de sala vacía me lleva a recordar los
conciertos del pasado año al que solo acudieron una docena de personas a cada evento. Pues bien esto es cultura (a la música me refiero) y no a la
apatía de la ciudadanía de no acudir a un acto público montado en favor del arte y la cultura.
Si
en el pasado fin de semana el protagonista fue el teatro, este viernes 28 y el
domingo día 30, el Centro Cultural María Moliner volverá a llenarse de arte con
dos conciertos musicales. Esperemos que podamos decir que se llenó de arte, de
música y de la cultura de un pueblo. La cultura de sus vecinos.
Opinión
del Cronista 029
Castilleja
del Campo, lunes 24 de abril de 2017