Una
tradición que continúa viva
Por Juan C. Luque Varela, Cronista
oficial de la
Villa
Adelantándonos a los Reyes
que el próximo día 5 recorrerán las calles de nuestro pueblo, vamos a sacar a
la luz una pequeña pincelada de la historia reciente de nuestro pueblo. Los
Reyes Magos de hace cuarenta años.
Tras la investigación y
comparadas las fotografías existentes, valoradas las imágenes aportadas por la
familia de los interesados y cotejadas las fechas con otras fotos de la época,
podemos recrear la Cabalgata de 1977.
El sistema de organización
continuó más o menos con la misma fórmula. Un grupo de amigos reunidos para
organizar su diversión en las
fiestas navideñas, se plantean el reto
de sacar la Cabalgata de Reyes
Magos. Un proyecto como este, fraguado
con la urgencia de una semana en una tarde cualquiera por unos jóvenes en los
porches, al pie de la torre de la iglesia, puede resultar un tanto volátil y
poco serio para alguien que esté lejos de sus pocos años. Pero, ¿cómo
desfallecer cuando tu vida solo cuenta entre 15 y 17 años?
¡Manos a la obra! Estos
jóvenes comienzan como la anterior y todas las demás organizaciones: recaudando
donativos de casa en casa, más la aportación que entre ellos realizaran, con el
fin de financiar el proyecto.
El montante económico tiene
que dar para equipamiento (vestuario, pelucas, coronas y demás accesorios),
unos comprados (los menos) y otros alquilados. -Cuidado, hay que reservar una
cantidad para los caramelos-. No pueden faltar los caramelos, es el único
vínculo directo entre los Reyes y los niños. El medio de desplazamiento
seguirán siendo los asnos, como el año anterior.
Y en el vehículo de Manolo
Cabello, por aquellos años novio de Dolores Gómez, su esposa en la actualidad,
los futuros monarcas se desplazaron a la capital para adquirir y gestionar los
artículos arriba mencionados. La vuelta resultó algo accidentada y lenta por
aquello del peso de la carga amen de los cuatro ocupantes. En algunos momentos
pensaron que el pequeño “Seiscientos” se levantaría de manos como si de un
alazán se tratase.
Otra de las muchas anécdotas
fue protagonizada por uno de los animales de la comitiva, un
trío compuesto de dos machos y una hembra en celo. Fue el burro que
montaba Antonio Luque Cabrera, que animado por las insinuaciones de la burra,
quiso dejar en buen lugar su género y más
de una vez estuvo a punto de descabalgar a su regio ocupante. Por otro lado,
como no llevaba acompañamiento de paje alguno, se las tuvo que ingeniar solo para lidiar con aquel fogoso asno.
Así, al caer la tarde de
aquel miércoles 5 de enero de hace 40 años, tres jóvenes: Antonio Luque
Cabrera, Antonio Gómez Luque y Antonio Luque Caraballo representaron, con toda
vitalidad, a Melchor, Gaspar y Baltasar en una alegre y divertida Cabalgata,
aunque sin la figura de Estrella que les guiara. De esta guisa
transcurrieron los Reyes Magos por las
calles y plazas de Castilleja del Campo.
En la investigación para
documentar esta historia, solo se halló la presencia de dos personas que
encarnaron a otras tanta figuras de “Pajes”. Nena Monge ayudante del entonces
su novio Antonio Gómez (primito) y Ani García Daza (Anita de Félix) paje de
Baltasar (Caraballo). En una fotografía,
Anita aparece posando junto a unos niños, tras ellos se observa un tractor. Era
el vehículo que montaban niños y jóvenes del acompañamiento y donde se recogía,
a lo largo del recorrido de la comitiva, los regalos que posteriormente se les
repartirán a los niños, niñas y mayores en la plaza de la iglesia.
El nombre de la joven que
fuera Estrella de Guía no está documentado, ni ninguno de los componentes puede
aventurarlo. Nicolasa Rebollo (“la
Nico”) aporta una fotografía en la que aparece junto a la <<estrella
insignia>> en el interior de una casa. Este documento es de poco valor ya
que, al no aparecer montada sobre cabalgadura alguna o, al menos, integrando la
cabalgata, es poco fiable. Por otro lado podía pertenecer al grupo de jóvenes
que acompañaba montando una improvisada carroza. De todas maneras ahí queda el
dato.
-Sirvan estas líneas para poner
en valor el arrojo, la voluntad y el amor propio de unos jóvenes que se
propusieron una meta y la consiguieron: llevar la alegría y la ilusión a los
niños y niñas de su pueblo. La chiquillería de Castilleja del Campo-.
Historia 046. Castilleja del Campo,
martes 3 de enero de 2017