lunes, 16 de enero de 2012

PINCELADAS DE LA HISTORIA (3)


CASTILLEJA EN LA HISTORIA ANTIGUA
Por Juan C. Luque Varela, Cronista Oficial de la Villa
       Nunca mejor escrito quedará el título genérico <Pinceladas de la Historia>, como en este artículo que vamos a tratar; porque la escasez de testimonios y la imposibilidad de realizar una recreación del pasado histórico de Castilleja del Campo, solo puede ofrecerse así, en forma de pinceladas parciales, ya que las dificultades y lo limitado de las fuentes impresas que aporten datos suficientes como para reconstruir la gran historia lo hace imposible. Mucho más para este cronista, por mucha tendencia que tenga a la erudición y el patriotismo local. Pero es mi compromiso al título honorífico de Cronista Oficial de la Villa de Castilleja del Campo el que me mueve a realizar esta humilde aportación a nuestra historia más antigua.

         La única referencia que hemos encontrado sobre antiguos asentamientos y despoblados –no siempre a extramuros de Castilleja del Campo- y que, de alguna manera, pueda aportar alguna luz a nuestra historia, la encontré en la obra de Juan Agustín Ceán Bermúdez “Sumario de la antigüedades romanas de España” (Madrid 1832). Este autor, además  de citar, entre otros, el hallazgo de una lápida sepulcral romana, afirma lo siguiente: “En Castilleja del Campo se hallan restos y reliquias de construcciones turdetanas”.  Esta escueta descripción, además sin localizar su situación, ¿puede documentar las raíces de la historia local?
         Pero veamos quiénes fueron los turdetanos. El pueblo llamado Turdetania podemos definirlo como una etnia de los tartessos y hederos de esta civilización que desapareció paulatinamente a medida que los cartagineses invadieron parte de la península Ibérica en el año 239 a.C.
         Tartessos fue la primera cultura de la península de la que se encuentran datos históricos en la Biblia (libro de Isaías y libro de los Reyes) donde, en varios pasajes, se alude  “La lejana Tarschisch”, identificada como Tartessos, aunque, con anterioridad, en la historia de Herótodo, se  cita al rey Tartesio Argantónio  (el hombre de plata) que gobernó 100 años. La teórica invasión de Tartessos en la península se localizaba en la desembocadura del Guadalquivir, rodeando el “Lacus Ligustinus”  y extendiendo sus dominios entre Huelva, Sevilla y Cádiz. El asentamiento tartesio más  cercano a nuestra localidad estaba enclavado en lo que hoy conocemos como Tejada la Vieja. Allí, esta civilización de la protohistoria, desarrolló una intensa actividad metalúrgica que desembocó en la construcción de una importante ciudad amurallada en siglo VIII a. C. Con la llegada de los fenicios, además de intensificarse la minería se desarrolló una importante cerámica, organización interna, reparto de tareas y transformaciones urbanas y sociales. En el siglo VI a.C. se producen cambios sustanciales en el tráfico comercial, modificándose las rutas del transporte del material y los tartessos de Tejada la Vieja ven como su minería cae en declive y se mantienen gracias a los productos agropecuarios procedente de la campiña que poco a poco se va poblando.
                                            Muralla de Tarsessos en Tejada la Nueva
         Está fuera de dudas que Tejada y consecuentemente todo el aljarafe fue poblado desde tiempos prehistóricos, dado los abundantes datos arqueológicos datados en el neolítico, entre ellos el más importante y famoso es el <<Tesoro del Carambolo>>. Esta afluencia de asentamientos se debió, sin duda, a la riqueza agrícola del suelo de la meseta aljarefeña y la campiña de Tejada, así como el descubrimiento y explotación del mineral que se encontraba en las estribaciones de la serranía. Todo ello, unido a la disponibilidad de comunicación por vía fluvial que aportaba la cercanía  del río Guadiamar y el lago con el golfo  de Tartessos, para el comercio y  transporte tanto del mineral como, posteriormente de sus elaboradas cerámicas y productos procedentes de la agricultura, hizo de esta comarca un enclave  importante.
         El antiguo reino Tartesso, a la caída del poder monárquico, se disgrega y pasó a llamarse Turdetania. Es difícil seguir esta monarquía hasta la llegada de los romanos  y si hubo alianzas con otras ciudades. Si embargo, hay quien cita y nombra los reyes que tuvieron algún tipo de relación  en las guerras Púnicas, como es el caso el Rey turdetano Culchas, que tuvo cierta implicación en las mismas, a pesar del carácter pacífico de este pueblo  heredero de Tartessos.
         Los turdetanos habitaron casi toda la zona del antiguo reino Tartesso, extendiéndose por la campiña de Tejada en concentraciones, más o menos grande en población, formando  familias dedicadas a la agricultura, la ganadería y el pastoreo. Las practicas agrícolas, ganaderas y mineras que recibieron los turdetanos de sus antecesores los convirtieron en la civilización de íberos más avanzada a la llegada de los romanos.

         Ante lo descrito podemos aventurar el asentamiento de turdetanos  en Castilleja del Campo como una posibilidad y, por lo tanto, que nuestras raíces se hunden en la historia más antigua ya que el reino de Turdetania se fundó en el siglo IV a. C.

Historia 003. Castilleja del Campo, lunes 16 de enero de 2012