Castilleja del Campo y el Teatro
Por Juan C. Luque Varela, Cronista Oficial de la Villa
Hoy, que tan de moda están los sondeos de opinión, se me ocurre realizar una encuesta en nuestra localidad con la siguiente pregunta: ¿Fue usted actor en alguna obra de teatro? Sorprendentemente la respuesta será afirmativa en un elevado porcentaje. ¿Quedará en Castilleja del Campo alguna persona que no haya intervenido, con más o menos relevancia, en un montaje teatral? La afición tradicional por el teatro lo sabían hasta los comediantes nómadas que tanto nos visitaban a mediados del pasado siglo.
Este cronista recuerda como, siendo un niño de apenas 7 años, sus tías de la Cruz del Plato -revindico este nombre para aquella plaza- le llevaron por primera vez al teatro para ver una dramática obra: “La Pasión”, que se representó en el patio trasero del bar “La Granja”. El patio de Enrique Fernández, al igual que el de la casa de Baldomero, fueron los más utilizados por <<los cómicos de la legua>>, como se conocían aquellas compañías de teatro. Unos espacios que la magia de la noche y el teatro transformaban en salas de espectáculos. Salas de terrizo pavimento que presumían de cubrir a sus espectadores con una estrellada bóveda azul.
Estas compañías itinerantes llegaban en la camioneta de línea, en tren y en carromatos donde transportaban su exigua escenografía, el vestuario, sus enseres domésticos y... su prole. Entremezclaban el trabajo con el amor, los problemas económicos con los familiares y el hambre con el triunfo. Una vez que se instalaban y sacudían el polvo del trotar por los caminos, se olvidaban de todo lo suyo, escondían el hambre debajo de las pinturas del maquillaje frente unos espejos apulgarados, para dedicarse a hacer felices a los demás. Bien se merecían el pan que con su arte ganaban. Unos cortos ingresos que revertían al pueblo, si prolongaban la estancia esperando mejores tiempos. Así te podrías encontrar con ellos, como un vecino más, en la tienda de comestibles de Miguel y María; o junto al carro del pescado de “El Leo”; en la carnicería de Amparo la de Frasquito, o compartiendo vasos de vino en la barra de aquellos “casinos” de Anastasio y de Lucas. Para nosotros siempre serían los personajes de la historia y la dramaturgia que recreaban: Jesús de Nazaret, Poncio Pilatos, Marcelino -el de pan y vino-; la loca del subterráneo y otros tantos, que sin la magia de las luces y el maquillaje, alternaban a nuestro lado como un vecino más.
La primera y más antigua mención, referente a nuestra histórica afición por el teatro, dice así: <<En la primavera de 1921, en el patio de la casa de la Señora Marquesa, se organizaron varias proyecciones de cinematógrafo y se representó una obra de teatro>>. El documento no aporta datos de que la obra fuera representada por aficionados de la localidad, sin embargo deja constancia de que, a principio de los años 20 del siglo XX, se estrenó el novedoso séptimo arte en Castilleja del Campo.
Crónica 016. Castilleja del Campo, 11.11.2011