Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Cada año más temprano los turrones,
mantecados y polvorones llegan a los
expositores de los comercios para reclamar su lugar en el calendario de los
sabores de Navidad. Son los duces típicos que llegan con los fríos y chaparrones
de otoño, ante un invierno que está tras los visillos de unos días. El sábado
21 de diciembre, a las 10:21 horas, entrará el solsticio de invierno.
Pero aquí vamos a referirnos a
otros dulces más nuestros, más cercanos: los olores y sabores de nuestro
pueblo. ¿Quién, al abrir la ventana al nuevo día no se les despiertan los
sentidos con el dulzón aroma que emana la Confitería Artesana San Miguel? Son
los dulces de Castilleja del Campo: rosas y pestiños en navidad y torrijas en cuaresma. Aunque el que endulza
los paladares durante todo el año es el “Rosco Petaca”. Este dulce tradicional,
con más de cien años de trayectoria, prevalece gracias al esmero de Isabel Fernández
(Isabelita de Casildo) que mantiene la artesanal receta en elaboración.
Otro de los símbolos
tradicionales que anuncia la festividad de diciembre no se dejó esperar. Fue un
concierto Navideño que el domingo día 1 de diciembre ejecutó el grupo “Esencia
Flamenca”. El Centro Cultural María
Moliner, por gentileza de la Diputación de Sevilla, ofreció a los asistentes que ocupaban dos tercios del patio butacas un espectáculo que levantó el espíritu
del adviento.
El comienzo, el pistoletazo que
anuncia la Navidad esta dado, en
principio con el olor y el sabor de los dulces tradicionales. Por otro lado ha
sido el sonido: la música y cante, para
terminar con el baile, regalo para la vista y los sentidos.