lunes, 8 de julio de 2024

ADIÓS AL BAR LA GASOLINERA

 

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa 

El bar “La Gasolinera” cierra sus puertas cuando estaba a dos años de cumplir un siglo de vida. El día 30 de Junio de 2024 La Gasolinera de José Calero, con licencia fechada en julio de 1926, dijo adiós a su clientela. 

Para entrar en el tema me he permitido comenzar con la primera estrofa de las famosas  “Sevillanas del Adiós” del compositor y letrista de sevillanas Manuel Garrido López: “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va”. Eso mismo pasa en los trozos del alma de Castilleja del Campo, que te llegan hondo cuando ves que se acaban de ir.

Profundos pensamientos que me llegaron al pasar por su puerta y ver que había cerrado un antiguo comercio, tradicional donde los hubiera. No ponía “se alquila” ni “se vende”, era mucho más deprimente, tuve la sensación de estar junto al cuerpo presente de alguien conocido.
Desde un rincón del alma  dije adiós al bar “La Gasolinera” y continué mi camino. 

<<“La Gasolinera”, después  de 50 años en nuestra familia, tres generaciones: nuestros abuelos, nuestros padres y ahora nosotros, (Ángel, Francisco Manuel y Natividad, Fernández Rodríguez “Nati”) lamentándolo mucho, nos toca despedirnos>>.

-Esta y las siguientes son algunas de las frases que “Nati”, en nombre de sus hermanos, ha vertido en su despedida.
<<Nuestros caminos han cambiado profesionalmente y ya no podemos seguir regentando nuestro querido bar. El Bar la Gasolinera o como muchos lo conocéis el bar “La Miguela” (por nuestra abuela) cierra sus puertas>>.
<<Este paso nos ha llevado mucho tiempo tomarlo porque nuestro bar es nuestra casa y nuestros clientes  nuestra familia, personas que conoces y sabes lo que quieren antes de que te lo pidan>>.
<<En los últimos años hemos visto crecer a nuestros clientes más jóvenes y como han ido formando sus familias y alcanzando logros compartidos. Con ellos y con todos los momentos buenos nos quedamos>>.
Despedida de los tres hermanos Fernández Rodríguez que finaliza con el agradecimiento a sus clientes y a todas las personas de Castilleja del Campo, su pueblo, por el apoyo incondicional que han recibido durante tantos años. Agradecimiento que hacen extensivo a los clientes de los pueblos vecinos, tanto del Aljarafe de Sevilla, como del Condado de Huelva.


Más que un bar, “La Gasolinera” de Calero, era un comercio adelantado a su época, prestaba los mismos servicios que las grades superficies de hoy. Allí  se encontraba  de todo, desde repuestos para automóviles, motos y bicicletas a ultramarinos y chacinas; además de ser cafetería con servicio de comidas  para viajeros de paso. En la calle, delante de su fachada principal,  los postes para el suministro de combustibles, de ahí el nombre comercial del bar: “La Gasolinera”. Por su situación a pié de la carretera Sevilla Huelva era el bar de los profesionales del transporte con servicio 24 horas, durante los años que la regentó su propietario, como en la actualidad ocurre en cualquier área de servicio de autopista. También fue la tienda de comestibles para el vecindario, donde una arqueológica registradora dejaba constancia de los pesos que la balanza realizaba a la vista del cliente, ubicada en el mostrador al  igual que la registradora. 

Fallecido José Calero, el bar es puesto en alquiler siendo arrendado por José Fernández Martínez (Dila) que lo mantiene abierto dos años. Posteriormente, a mediados de la década de los años 70 del pasado siglo XX, lo regentaría, también en régimen de alquiler, Miguela Tebas Muñoz, esposa de Manuel Rodríguez Fernández, quien impulsa el negocio como bar al servicio del viajero y profesionales del volante sirviendo bocadillos, tapas y  comidas.



Fue en 1988 cuando la hija de Miguela,  Natividad Rodríguez Tebas (Nati)  y su esposo  Manuel Fernández, adquirieron en propiedad el edificio-bar. Ente ambos consolidan el negocio como  bar y cafetería para atender, en horario  normal de hostelería, tanto al viajero de paso como a los clientes de la localidad. El matrimonio Fernández-Rodríguez mantuvo una fiel clientela local atendida diariamente durante todo el año y, además de tener la prensa  al servicio de los clientes, eran permitidos algunos juegos de naipes y las partidas de dominó. 

En 2017 sus hijos, Ángel, Francisco Manuel y Nati, tomando las riendas del negocio, hicieron  reformas y mejoras, hasta en la  decoración, para conseguir una imagen nueva. También adoptaron algunas normativas actualizadas a los nuevos tiempos y, aunque  siguieron manteniendo el juego del dominó, dejaron  de tener la prensa diaria. Este negocio y la tercera generación de la familia, igual que toda España, también sufrieron la pandemia “Covid-19”, entre 2020 y 2022 y los 115 días de obligado cierre por el confinamiento. Ahora la clausura no es impuesta ni pasajera, es el portazo definitivo. 

Demasiadas ausencias, ahora el centenario bar “La Gasolinera”. Aunque siempre queda la esperanza de que alguien venga a abrir sus puestas a las frescas noches del tórrido verano. 

Opinión del cronista 058

Castilleja del Campo, lunes 8 de julio de 2024