Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Finalizando
el primer mes de la primavera 2024 la Comunidad Parroquial de Castilleja del
Campo rendía un sencillo pero entrañable y merecido homenaje a una de sus
parroquianas, en agradecimiento por su continuada participación en actividades de
solidaridad que organiza esta iglesia de San Miguel Arcángel.
Aunque
el acto se celebró el domingo 21 de abril, me he permitido publicarlo en mayo
para hacerlo coincidir con la fecha que compara
la belleza de la Virgen María con el mes que, además de ser de las
flores, celebra el día de la madre.
Concluida
la liturgia dominical el celebrante, D. Manuel Martín Riego, se dirigió a los
feligreses presentes para informar del acuerdo tomado por el Consejo Parroquial:
“rendir un homenaje a Doña Sara Tebas Rodríguez, nacida en 1932, como signo de agradecimiento por su
labor desinteresada al servicio de la parroquia”.
A
continuación, dirigiéndose a Sara y a sus hijos que la acompañaba, el párroco
pidió que se acercaran al altar para hacerle entrega de un documento enmarcado,
en reconocimiento y dedicación con la parroquia de San Miguel y en agradecimiento
por su labor desinteresada al servicio de los más necesitados como responsable
de Cáritas de la parroquia. Pero, sobre todo, por su trabajo en la organización
del bocadillo solidario en las campañas de Manos Unidas.
Tras
el acto, D. Manuel, dirigiéndose a la
Comunidad Parroquial, recordó su encuentro con Sara.
<<Desde
que tomé posesión de la parroquia, el 29 de septiembre de 2013, percibí la
valía de Sara y su servicio a la comunidad parroquial. A los pocos días,
después de una misa, entró en la sacristía y riéndose me dijo: “Ya tenemos aquí
a nuestro Papa Francisco”. No lo olvidaré y recordé las palabras de Jesús:
“Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, si has escondido estas
cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla; sí,
Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien” (Mt 11, 25-26). No
olvidemos que Dios se manifiesta y nos habla por la gente humilde y sencilla.
Esta es la gran lección que nos da Sara.
La
parroquia de San Miguel Arcángel cuenta con una comunidad formada por personas
muy solidarias, colaboradoras y serviciales, dando lo mejor de sí mismas al
servicio del pueblo.
Felicitamos
a Sara, a sus hijos, nietos, familiares y a la comunidad parroquial, a la vez
que tenemos un recuerdo cariñoso para Isabelo, su difunto esposo>>.
Terminó
el Sr. Párroco cediendo la palabra a la hija de Sara.
Ella,
que también se llama Sara, descubrió a los asistentes una pincelada de la
solidaridad de su madre:
<<En
la plenitud de su vida y, sobre todo, después de jubilarse, siempre disponía de
tiempo para visitar a personas enfermas
e impedidas. Ella cogía una bolsita de papel y se marchaba para hacer su ronda
de visitas, primero a Carmen, la mujer
de su tío Manuel Rodríguez (el Ganga), después
a su prima Carmela, hija de la anterior, madre de Pepito, Carmen y
Jesús. También visitaba a Rosaura y a su hijo “Severito”, al primo Rubio de la
sevillana y a otras personas más. En aquella bolsa siempre llevaba un pequeño
detalle para ellos: un dulce u otra cosa. Era su particular pastoral de la
salud.
Un
día, cuando irremediablemente ya faltaban algunos de aquellos enfermos, me
dijo.”Se me están muriendo todos, ¿qué voy hacer yo después?”. Entonces serán otras las personas que vendrán a visitarte, le dije>>.
Según
nos trasladó su hija Sara Rebollo Tebas,
ella ha sido siempre una persona muy disciplinada en todos los aspectos de su
vida. Entregada a todo lo que hacía, super activa, inquieta e incansable. Esa
actitud también se reflejaba en su
compromiso con las cosas de su parroquia
y con su compañera Catalina.
Sara
y Catalina, pioneras junto a Paquita Hierro y Amadora Luque, han dedicado
muchos años organizando el bocadillo solidario para las campañas de Manos
Unidas. Ambas formaban un tándem perfecto de solidaridad y entrega en todas las
tareas que emprendían relacionadas con la parroquia: Cáritas, Manos Unidas,
Pastoral de la Salud, etc., siempre en ayuda a los más necesitados. De ahí este
reconocimiento, del que también Catalina
Fernández es merecedora.
Reconocimiento
que a Sara le ha llegado un poco tarde
dadas sus mermadas facultadas psíquicas. Aún así, ella, en su limitada
situación, seguramente en su mundo continuará elaborando solidarios bocadillos
de amor para aquellas personas desfavorecidas y excluidas de la sociedad.
Crónica
202
Castilleja
del Campo, lunes 06 de mayo de 2024