lunes, 18 de abril de 2022

QUEMAR A JUDAS, UNA TRADICIÓN PERDIDA

 

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

Finalizada la Semana Santa vamos a sacar a la luz, aunque de forma resumida, un festejo entre religioso y  pagano. Un rito que se celebraba en nuestra localidad todos los domingos de Pascua para recordar el discípulo traidor que acabo ahorcándose. 
La Función del Judas o la quema de Judas, que se celebraba todos los años por Pascua de Resurrección, fue una representación muy popular en muchas localidades españolas en tiempos pasados y, aunque tenía un profundo sentido religioso la presencia de elementos paganos la convirtió en protagonista de la fiesta. Una costumbre o tradición que entró  en desuso a mediados del siglo XX, impuesto por una sensibilidad religiosa que se fue introduciendo hasta conseguir la eliminación de este rito de las costumbres y tradiciones de muchos pueblos.
En Castilleja del Campo se desconoce cuando tuvo su origen la tradición de quemar al judas, pero sí que desapareció en 1963. Una costumbre que aún sobrevive en algunas provincias de Cataluña y Navarra y algunos municipios serranos de la provincia de Sevilla.

Concluida la misa dominical, sobre medio día, la “bulla” con  el Judas se trasladaba al lugar conocido como “La erilla”, cerca de la Cruz del Plato, o a la era de Adolfo, junto a campo de futbol. Alguna vez también se tiroteo el Judas a la salida de la calle Ramón y Cajal, cerca del almiar del Palacio.

Una alegre y bullanguera comitiva, portando al judas como protagonista y un largo mástil con travesaño en la parte superior para colgarlo, partía con dirección a una de las localizaciones descritas donde se cumpliría la sentencia.
El Judas estaba representado por un muñeco a tamaño real, confeccionado con un pantalón y camisa de adulto, rellenos de paja y una chaqueta o chalequillo del popular tejido de paten. Unas veces tocado con gorra y con sombreo otras. La recreación simboliza la efímera vida del hombre frente a la eterna existencia que representa la Resurrección del Señor.
Una vez en el lugar escogido, el judas era colgado del mástil. Los encargados y responsables del espectáculo, todos cazadores, marcaban un límite de seguridad para que los espectadores, niños y mayores, no corrieran peligro. Finalmente un nutrido tiroteo va acabando con el Judas hasta que, finalmente, se le prende fuego a los restos. Y es así para cumplir con el rito que supone quemar lo malo para dar paso al inicio de una vida nueva. 

Siguiendo una tradición que, en Castilleja del Campo data desde 1860, cuando  Mariano de Luque fundó la Hermandad de la Santa Resurrección de Ntro. Señor Jesucristo. Cada domingo de Pascua de Resurrección, por la tarde, se celebraba la procesión de Gloria de la Santa  Resurrección, representada en nuestro pueblo por la imagen del “Niño del Espino”. Años más tarde la citada Hermandad de Resurrección fue adherida a la Hermandad de la Vera Cruz que continuó celebrando la procesión del Resucitado, clausurando así sus cultos y procesiones de la Semana Santa. 

Costumbres y tradiciones 071. Castilleja del Campo, lunes 18 de abril de 2022