Tras siete décadas, la Imagen alcanza su fin
Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Finalizado
el Triduo en honor de la Virgen los Dolores, como preludio de su salida
procesional el próximo sábado día 17, la Agrupación Parroquial Santísimo Cristo
de la Vera Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores declara este 2018 año del 75
aniversario de dicha imagen dolorosa.
Desde
1944 la Virgen de los Dolores preside el altar del muro de la epístola de la
Parroquia de San Miguel Arcángel de Castilleja del Campo. Una imagen que salió de la gubia del imaginero Castillo
Lastruci en 1943, tallada gracia a la aportación popular de los vecinos, previas
gestiones de Trinidad Carretero (la Trini) y las hermanas Luque Rodríguez,
Suceso y Mª Josefa (la Chica).De ahí que se le conozca como la imagen del
pueblo
Desde
entonces muchas han sido las décadas transcurridas sin que nadie se acordara de
una imagen, que veía pasar los años tras el cristal de la hornacina de su altar,
sin un culto que venerara su dolorosa advocación. Tantos que aquella devota, Mª
Josefa Luque (la Chica), en la
postrimería de su vida y dolida en su fervor, lo expresó con estas palabras que
extraemos de sus escritos:
<<…Esa
Virgen tan bonita / que el pueblo tiene en olvido / en tiempos de Cuaresma /
¿No se merece, al menos, un Triduo?>>
“Recuerdos
y Añoranzas” Mª Josefa Luque Rodríguez (la Chica). Córdoba 1978.
La
Virgen de los Dolores lleva siete décadas
sin culto. Esto no eximió para que algunas personas gestionaran actuaciones por mejorar su vestuario
y otros trabajos dignos de mención que descubriremos a continuación.
A
finales de los años 40 y según informaciones de Miguel Luque Rodríguez
(carpintero), obtenidas a final del siglo XX, el altar del Señor San José,
donde se ubicó la nueva Dolorosa, presentaba en su frente y bajo la mesa de
altar la talla de una sierra de carpintero en clara simbología al Santo Varón,
lógicamente esto desentonaba con la nueva imagen.
Miguel
Luque con grandes dosis de paciencia extrajo dicha talla, aunque a trozos y la
guardó en su taller. Posteriormente, después del ensamble de las piezas que
conformaría la sierra y la confección de una nueva cuerda para la misma, obra
de Juan José Rivera, Miguel Luque volvió
a colocar aquel símbolo en el retablo
donde, desde entonces, se venera la imagen de San José.
Después
de esta actuación no se han hallado datos, documentos, ni transmisiones orales,
que hagan referencia a donaciones, adquisiciones
sobre vestuario de la imagen y enseres para el culto. Si se sabe que Trinidad
Carretero (la Trini) aportó a la Virgen prendas de su propio vestuario. Corrían
los primeros años de la década de los 50.
Tuvo
que pasar más de medio siglo para que entre sus devotos se despertara el
interés, el culto –que nunca se le había ofrecido- y la veneración a la Virgen
de los Dolores. Para informarse sobre este asunto, a principios del 2018
Cronista de la Villa mantuvo entrevistas
con Juan José Rivera, su esposa Adoración Luque
y con sus hijos Francisco Manuel y Raúl.
Finalizada
la obra acometida en la iglesia Parroquial, entre julio y diciembre de 1997,
las imágenes regresan al templo, entre ellas la Virgen de los Dolores que,
junto a la Virgen del Rosario, habían sido depositadas en la casa de Isabela,
madre de Diego y Gonzalo Luque.
A
la vista del escaso y deteriorado vestuario de la dolorosa, Adoración Luque
(Dora) y sus hijos Francisco Manuel y Raúl Rivera Luque comenzaron por limpiar,
adecentar, incluso restaurar en lo
posible, las pocas prendas con las que contaba la imagen. Confeccionaron un
manto con un resto de paño rojo, una toquilla y adquirieron una blonda.
María
Josefa Rodríguez también colaboró con el proyecto donando algunos objetos y
adornos de bisutería fina con las que se reparó alguna prenda y sirvieron de
adorno para la imagen.
A
comienzo del siglo XXI, los hermanos Rivera Luque, que con anterioridad habían
conocido a Diego Colchero, un bordador de Pilas y vestidor de la Virgen de las
Mercedes de la Hdad. de Pasión de Sevilla, le pidieron que viniera para vestir
la dolorosa.
Diego
exige saya, un manto, blonda y que la imagen estuviese previamente vestida
con la ropa de interior. Dora y Lola
Cuevas fueron las encargadas de poner la ropa interior a la imagen. Así fue
como la imagen salió por primera vez,
tras 56 años, de su acristalada clausura.
Una
vez vestida con las nuevas prendas y restauradas otras, la Virgen de los
dolores volvió nuevamente a su altar.
Una
década después, con la ilusión y único fin de la familia Rivera Luque de poner
en valor la imagen y ofrecerle el culto que merecía, la
Virgen Dolorosa fue trasladada al altar mayor, para la cuaresma de 2010, tal y como se vistió para estrenar
el manto rojo, aunque con los retoques de Antonio Rodríguez Sánchez (Antonio de
Rita) que desde este año y en adelante sería él el vestidor de Ntra. Sra. de
los Dolores. Pero los años pasaban y el culto no llegaba.
En
una fría tarde del 5 de febrero de 2011, Dora y sus hijos visitaron los hogares
de Castilleja del Campo, para solicitar de sus vecinos un donativo para la
adquisición de un tejido negro para un nuevo y más decente manto de altar para
la Virgen. Con la recaudación compraron la tela, encaje, galón y una toquilla.
Las diferentes prendas fueron confeccionadas por la misma familia Rivera Luque.
En
la primavera del mismo año, el párroco D. Fermín Muñoz Domínguez alienta a los
hermanos Rivera Luque, Raúl y Francisco
Manuel para que pusieran en el altar de Cuaresma al Crucificado junto a la Virgen de los Dolores. Ellos toman
en cuenta la iniciativa del Sr. Párroco y levantan un artístico plan de altar,
presidido por el Cristo, titular de la antigua –aunque extinguida- Hermandad de
Vera Cruz. A sus pies la imagen de Ntra.
Sra. de los Dolores que estrenó el manto negro y otras prendas de interior
confeccionadas por Dora Luque. De fondo y cerrando esta composición, el palio
negro del paso de procesión de la Dolorosa de la citada Hdad. Un plan de altar
que continuó montándose en los años siguientes, con un derroche de arte y
trabajo, cuyo único fin era el de crear un cuadro plástico para la Cuaresma.
Los
cultos a las imágenes representadas por fin llegaron en 2013, gracias a la
Agrupación Parroquial Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Ntra. Sra. de los
Dolores. Un grupo de jóvenes ilusionados con un proyecto que tuvo sus inicios a
principios del año anterior, promoviendo cultos
y veneración a la Virgen de los Dolores, y cada año sacarla en procesión. Esto
es, 70 años después de su llegada a la parroquia San Miguel Arcángel de
Castilleja del Campo.
Crónica
110. Castilleja del Campo, lunes 12 de marzo de 2018