El
ADN de aquellas víctimas sigue vivo
Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
El
30 de septiembre de 2016 se inauguró en Castilleja del Campo la exposición
fotográfica “EL ADN DE LA MEMORIA. Fosas
del franquismo: semilla de la memoria.”
El
objetivo que la Asociación “Nuestra Memoria” espera alcanzar con esta
itinerante exposición es visibilizar la lucha contra el olvido y la constante
labor que las asociaciones realizan para recuperar lo que se les debe a las
víctimas del franquismo.
La
exposición consta de 39 fotografías de 70 x 50 con una temática muy familiar. En
el encuadre de cada una de las instantáneas
destaca, por su creativa composición, la
generación y la vida fluyendo alrededor
de su desaparecido antecesor.
El
Centro Cultural María Moliner, como espacio multiusos que es, acogió dicha
exposición cuya inauguración corrió a
cargo de Noelia Rodríguez Escobar. Comenzó
agradeciendo a Paqui Maqueda Fernández, Presidenta de la Asociación “Nuestra
Memoria” su presencia y la posibilidad de dar a conocer esta exposición en nuestro pueblo. Continuó
informando sobre el mensaje de las fotografías, que estarían expuestas al
público hasta el sábado día 15 de octubre, y
la temática de los actos que se
iban a desarrollar.
El
emotivo acto central toco la “fibra” en los asistentes y resultó sumamente
impactante por el estilo de su presentación. Las intervenciones corrieron a
cargo de siete vecinos de nuestra localidad que, desde el lugar que ocupaban en
la sala de butacas, se metieron en la piel de otros tantos de aquellos
desaparecidos tras la represión de los golpistas. Durante el relato de las vicisitudes vividas hasta su
asesinato, la imagen del correspondiente familiar desaparecido se materializaba
en la pantalla del teatro.
Comenzó
Ana García Daza, que dirigiéndose a la boca del escenario, fue la primera en
intervenir. Ella, encarnándose en su tío Lutgardo García Ramírez, puso voz para revivir aquella fatídica fecha de un
prendimiento y asesinato que no tuvo juicio ni sentencia.
Le
siguió Manuel Vicente Zaragozá García
que, levantándose de la butaca y mirando al público, relató la memoria de Manuel
España Gil de Lantejuela.
José
Ramírez Rufino (Joselito el barbero), Alcalde republicano de Castilleja del
Campo, tomó vida gracias a su biznieto Francisco Manuel Rivera, que
adelantándose al proscenio del escenario, alzó la voz de Joselito para recordar
a los presentes su encuentro con
aquellos golpistas que le prendieron en
el mismo Ayuntamiento. Sus tres semanas de vejaciones y terror hasta que, un
mes después y atado a su sobrino José
María Ramírez Mauricio, fueron los dos asesinados en una vereda cerca de
Espartinas.
Almudena Muñoz Rivera recordó a otra víctima,
esta vez una mujer de Guillena, Ramona
Navarro Ibáñez.
De
la primera fila de butacas se levantó Isabelo Rebollo Tebas que, metido en la
persona de su abuelo Manuel Tebas Escobar
y dirigiéndose a los asistentes dijo:
<<Soy
Manuel Tebas Escobar, hijo de Elías Tebas y
de Rosario Escobar (la picarita). Cuando el 24 de julio de 1936, mi
pueblo fue tomado por los fascistas, me marché al campo temiendo represalias al
ser concejal del Ayuntamiento.
Llevaría unos cuarenta días en
ese exilio cuando me enteré que mi esposa se hallaba presa y a mi madre y otras
mujeres más estaban sometidas a terribles vejaciones. En ese instante me
entregue a los golpistas y fui encarcelado en el calabozo municipal junto a
otros vecinos. La noche del 14 de septiembre unos falangistas y gente armada
nos sacaron de la prisión y nos metieron en un camión. Nunca amanecería para
nosotros.>>
A
otro desaparecido foráneo lo encarnó el actor de nuestra localidad, Antonio
Luque que colocándose a mitad de uno de los pasillos interpretó el sentimiento
de aquel maestro de escuela sevillano: Joaquín León Trejo, un profesor de
primeras letras que impartió la enseñanza en Castilleja del Campo desde 1932.
Su ideal republicano y su enseñanza laica le granjearon la admiración de unos y
el odio de otros. El 22 de agosto fue asesinado en Castilblanco de los Arroyos.
Según consta en el Archivo Judicial, se le aplicó el Bando de Guerra por
extremista peligroso.
Para
terminar este desgarrador acto, Noelia Rodríguez Escobar, levantándose del
asiento que ocupaba al final de la sala de butacas, se encarnó en la persona de
su abuelo y dándole vida dijo:
<<Me
llamo Manuel Escobar Moreno tengo 30 años, soy de Castilleja del Campo y soy
hijo de José Escobar y de Patrocinio Moreno. Días después del levantamiento
golpista de 1936 fui detenido por unos
vecinos de mi mismo pueblo, solamente por estar afiliado al Sindicato Autónomo
de Campesinos de Castilleja. Días después otros compañeros y yo fuimos
trasladados a una prisión en Sanlúcar la Mayor. Fueron semanas de angustias,
miedos y humillaciones hasta que en la madrugada del 27 de agosto de 1936 nos
sacaron para trasladarnos a la vereda de la Venta el Repudio de Espartinas. Nos
tiran del camión a patadas y nos matan a tiros como animales.>>
<<Mi
familia y la familia de todos los que fuimos asesinados, hoy es nuestra
semilla, nuestro ADN y estamos aquí para pedir que nuestros nombres no se
borren de la memoria, no se borren de la historia.>>
Las
siete personas recordadas fue solo una muestra. Finalizado el acto, los
intervinientes subieron al escenario para dedicar un pequeño homenaje a todas y cada una de las víctimas de Castilleja del
Campo en 1936, sin distinción de bandos ni ideales. Mientras tanto, en una
proyección aparecían las fotos de aquellos asesinados.
En
el siguiente acto y tras unas palabras
sobre la asociación, Noelia Rodríguez cedió la palabra a Paqui Maqueda que
disertó sobre los fines de la asociación y el proyecto de la exposición. Entre
otras cosas dijo:
<<La
Asociación por los derechos humanos y de las víctimas del franquismo “Nuestra Memoria”,
es una asociación sin ánimo de lucro que se creó, entre otros, con los
siguientes fines.
* Apoyar a todas las víctimas del
franquismo en la reivindicación y consecución de
sus derechos de memoria, verdad, justicia y reparación.
* Impulsar el estudio y la difusión de
los conocimientos sobre las mencionadas víctimas.
* Promover, estimular y apoyar cuantas
acciones culturales, en los términos más altos, tengan relación con la misión y
actividad.
Los
descendientes de nuestros familiares asesinados, sin Juicios, ni abogados, ni
sentencias, buscamos la verdad, la justicia y la reparación. ¿Hasta cuándo?
Con
motivo del 80 aniversario del Golpe Militar del 18 de julio de 1936, la
asociación ha organizado esta exposición, consistente en personas desaparecidas
tras el golpe de estado cuyos cuerpos están en fosas comunes, y de los
familiares de estas personas que a día de hoy forman parte del movimiento
Memoria Histórica.
Con
la exposición de estas fotografías queremos transmitir un mensaje: los
familiares hemos recogido el testigo de los nuestros, para que sus historias no
caigan en el olvido.
La
fotografía, la imagen ha tenido una importancia vital en todo lo relacionado
con la recuperación de la Memoria Histórica y el movimiento memorialista desde
su nacimiento en el año 2000. La visualización de los huesos de los nuestros en
los procesos exhumatorios de las fosas comunes, junto a los propios rostros de
esas víctimas que por primera vez salían
del interior de nuestras casas, ha roto los silencios de miles de ciudadanos y
ciudadanas, más allá del ámbito familiar.
Esta
exposición, además de las 39 fotografías, viene acompañada de un video con
testimonios de los familiares. Un proyecto que ha sido posible gracias al
trabajo desinteresado de más de treinta profesionales de la fotografía y medios
audiovisuales de Sevilla y provincia.>>
La
Presidenta de la Asociación “Nuestra Memoria”, Paqui Maqueda Fernández, terminó
su intervención agradeciendo su presencia a los asistentes y les invitó a la proyección que complementa la exposición
fotográfica.
El
pase del audiovisual puso el punto final a este reivindicativo acto social.
Crónica
087, Castilleja del Campo, jueves 13 de octubre de 2016