20 de abril, un sábado especial
Por Juan Carmelo Luque, Cronista oficial de la
Villa
Sí que
tiene mucho de especial este sábado 20 de abril. Porque es ahora, un mes
después de entrar el equinoccio, cuando verdaderamente estamos en primavera.
Antes todo fue silbos de vientos, vísperas de chaparrones y besos fríos que
traían los labios del alba. Ahora si llegó, aunque más que primavera parece que
entramos en el veranillo de San Miguel. –Siempre poniendo un pero-. Que verdad
la de aquel dicho: Nunca llueve a gusto de todos. Pero no es el capricho
meteorológico el protagonista de esta crónica, sino el contenido de este cálido
sábado primaveral, ya que en una sola jornada se han vivido en nuestra localidad
dos actos que llegan al corazón, uno poético y de solidaridad el otro. Demasiado contenido dada la cortedad
de nuestro vecindario porque, según dicen, no se puede estar en misa y
repicando. (El artículo va de refranes).
El nuevo equipo de capataces y la
cuadrilla de costaleros, también protagonista en es sábado, han tomado la
iniciativa de colaborar estrechamente con la Junta de Gobierno en todos los
actos con fines benéficos y solidarios. Ya en la pasada Fiesta de la tapa del
sábado día 6 metieron su hombro de voluntario, como ellos saben hacerlo, para
ayudar y prestar servicio en todo lo necesario. Y ahora a pedir pan con este
evento de ámbito popular y cierto contenido religioso. Un acto del grupo de
esforzados costaleros del paso de Ntra. Sra. del Buen Suceso, que en su primer
encuentro para la <<igualá>>, comenzó poniendo en la calle las
parihuelas de <<mudá>>
La idea, que nació en aquella Fiesta de
la tapa, sugerida a los costaleros por el Capataz Antonio Manuel Galeano Monge,
se hizo realidad cuando un repique de campanas y lanzamientos de cohetes
anunciaba, a las 10 de la mañana del pasado sábado día 20, la salida de la
operación <<Échame Kilos al Hombro>> por calles y plazas de
Castilleja del Campo. El grupo de costaleros, capataces, Hermano Mayor y
Secretario de la Hermandad, arropando el paso de traslado, iniciaron el
recorrido oficial de la procesión en una comitiva de solidaridad y amor al prójimo. Se trataba de realizar una
campaña de recogida de alimentos para la obra social de la Hermandad. Una
avanzadilla de costaleros y otros hermanos con música y megafonía alertaban al
vecindario de la inminente llegada de la comitiva solidaria, para que depositaran
sus aportaciones en kilos de productos no perecederos. Cerraba la comitiva un
vehículo municipal para el transporte de la mercancía. Al llegar al
Ayuntamiento, que ya colaboró con la logística, también realizó su aportación
de comestibles adquiridos en los tres comercios del ramo. En su dilatado
discurrir fueron muchas las personas que sin pertenecer a la cuadrilla de
costaleros entraron bajo las andas, en apoyo a esta obra de caridad social, que
pasó por todas y cada una de las calles de la localidad, en recuerdo del antiguo recorrido de la Procesión
en agosto. El Párroco, don Antonio Romero Padilla, que acompañó el recorrido en
sus últimos tramos hasta que hizo la entrada en el templo, dirigió unas
palabras a los costaleros y una oración de acción de gracias. El reloj de la
torre marcaba las 13:45 horas.
¿Cuantas sensaciones vivirían estos costaleros, en esas horas de recorrido,
sabiendo, además, que estaban ejerciendo un acto tan humanitario? Porque, ¿hay
algo más humano que extender la mano para pedir por y para otro? Sí, para ese
hermano que está a tu lado necesitado de mucho.
Gracias a los costaleros, capataces, Hermandad y a los ciudadanos y ciudadanas de Castilleja
del Campo, a unos por su labor y por la colaboración de todos, nadie podrá
decir de nosotros aquel canto de campanilleros: <<Porque en esta tierra /
ya no hay caridad>>. Aquí si hay cristiana solidaridad, la vivida en este
luminoso sábado de abril, en el que,
como flores en primavera que ofrecen su polen, habéis abierto vuestros corazones para daros hoy
a los demás. Pero hay que seguir para evitar en lo posible lo que decía Miguel
Hernández: <<Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos / donde la
vida habita siniestramente sola…>>>
El contrapunto cultural se vivió, a partir de las
19:30 horas, en el Centro Cultural María Moliner. Allí se abrieron los sentidos
del espíritu para alimentarse de la obra de Federico García Lorca, que se hizo presente
en la sala, en el tiempo que duró un recorrido narrativo que definió su vida a
través de la poesía y el teatro del gran
poeta andaluz. Todo ello en una representación del grupo “Fabulando” de su
montaje: << ¡Agua!, ¡Aire!, ¡Tierra! y ¡Fuego! >>.
Crónica 038. Castilleja del Campo, lunes 22 de abril de 2013