Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
En los diez primeros días de una
primavera niña aún, en el Centro Cultural María Moliner de Castilleja del Campo,
fueron noticias dos conciertos celebrados en los últimos sábados del mes, como preludio de la nueva estación musical.
El día 23 de marzo, el Trío Musical
Flamenco, del guitarrista y arreglista
Fernando Larios, inauguró el ciclo de Conciertos Primaverales. Fernando, que ya
había pisado las tablas de este escenario anunciado la navidad 2018, ha
repetido esa fusión única e instrumental
con la que consigue creaciones de exquisita musicalidad. Este ha sido
el caso del concierto “Semana Santa” que ofreció en la noche de sábado 23.
El entrante no pudo ser más apetitoso
–como diría un restaurador de catering–. Y es que, si exquisita fue la
intervención de entrada que nos regaló David Fadrique al piano, el dúo formado
con su hermana María y su flauta
travesera, interpretando la partitura “Caminando van por tientos”, consiguieron
despertar los sentidos de los espectadores.
Después la “Esencia Flamenca”. El trío
de cuerdas, que forman Fernando Larios y su guitarra y los violines de Claudia
Alcántara y Laura Carmona, interpretaron el místico Ave María de Giulio
Caccini. Esta sería la “Cuaresma”, la preparación del espíritu, al concierto “Semana
Santa” que estaba por llegar.
Siempre la Esperanza, Madre Hiniesta, el
Amor y La Madrugá. Cuatro partituras de marchas procesionales que llenaron el
teatro de notas musicales sin necesidad de tambores ni metales.
A continuación otra cita con el
misticismo. Otro Ave María –este de Schubert–. Fusión con el flamenco resuelto por Sonia Cascabel y su potente voz.
El público, que no se cansaba de
aplaudir, una tras otra, las intervenciones de los músicos, apagaron con su
ovación las últimas notas del Ave.
A esta altura del Concierto ya había
sido presentado Víctor Jiménez, un virtuoso del clarinete, que se incorporó
nuevamente, así como los hermanos María y David Fadrique.
La recta final comenzó con la
interpretación del arreglo de la marcha “Costalero de Soberano”, acompañada con
las palmas de Sonia y la percusión de David sobre el cajón. Seguida por “Caridad
del Guadalquivir”, con la voz de Sonia y todo el elenco instrumental.
Una larga “chicotá”, acompañada por cuatro marchas de Pasión, puso el punto y final a
este primer concierto de primavera 2019.
El último sábado, día 30 de marzo,
segundo de los conciertos programados por el Área de Cultura del Ayuntamiento
local. En él se bebió del único leguaje universal que es la música –en este
caso de Falla y Lorca– y de los textos de Federico García Lorca. Música y poesía en un maridaje perfecto para alimentar los
sentidos de cultura y armonía.
Bajo el título “Entre Falla y Lorca”, el
grupo “LA TRAVESÍA” estrenó un nuevo proyecto en el que reúne a cuatro reconocidos intérpretes del
panorama musical y escénico: Aníbal Soriano, piano y guitarra; César Carazo,
cantante, Álvaro Garrido percusionista y la polifacética actriz y
cantante Cynthia Luque.
Un concierto cuyo objetivo es crear
propuestas donde prime la idea del viaje sonoro no solo a nivel musical, sino
también cultural, literario, humano y social alrededor de la amistad de García
Lorca con el maestro Manuel de Falla.
Con música y voz en acústico, los
artistas desgranaron su arte con una pureza natural, al prescindir de
amplificaciones y técnicas añadidas. Un
concierto cálido y envolvente que
consiguió, con una sutil conexión, la empatía con el público, afectando
agradablemente su nivel emocional.
Y dio comienzo este concierto de
primavera con la intervención de Cynthia Luque. Ella fue la voz de la memoria y, con sus relatos, iba
teatralizando aquella relación de amistad que
nació entre Falla y Lorca. Un recorrido a través de cartas y situaciones
históricas, desde el momento en el que
se conocieron allá por 1919 hasta que fue asesinado el 18 de agosto de 1936.
A continuación la canción popular “El
paño moruno”, interpretada por César Carazo, acompañado por Aníbal Soriano al
piano y la percusión de Álvaro Garrido, seguido de “Los pelegrinitos” (como lo
escribió Lorca) cantado a dúo por Cesar y Cynthia.
Después llegarían canciones como “Anda jaleo” y “Zorongo”, coreadas por
Cynthia y la popular “Seguidilla murciana”, con música de Falla.
Mientras que Aníbal interpretaba
partituras con sus tres guitarras, además del piano, Álvaro, con más de una
docena elementos de percusión y sonido, acompañaba con ritmos y
acústicos tanto las canciones de César como los relatos de Cynthia. Con
ellos, la actriz entretejía poemas poco
conocidos de Federico con otros más cercanos al público habitual.
Entre piezas de Falla y canciones
populares de Lorca, César Carazo, con exquisita voz, nos
cantó “Son de negros en Cuba”. Una composición armonizada por Aníbal.
Otras dos canciones, “La tarara” y “El
café de chinitas”. La primera interpretada con tintes de Jazz por Cynthia Luque y a dúo con César la
segunda.
Para cerrar el estreno de este
trabajo, César Carazo realizó una cálida y entrañable interpretación de la nana “Duérmete niño” del maestro Falla.
El público, que premió con
ovaciones todas las intervenciones,
alargando el aplauso final se resistía a creer que el concierto había concluido
–la verdad que resultó corto– consiguiendo como regalo “Los cuatro muleros” de
Lorca interpretado por todo el elenco.
“Entre Falla y Lorca”, ha sido un
espectáculo en el que el teatro, la música de Falla y Lorca y la poesía lorquina
se dan la mano en un viaje que consigue desentrañar la relación entre
compositor y poeta. Una amistad que convirtió a Manuel de Falla en uno de los
ejes de la vida cultural de Granada.
–Una noche mágica, emotiva y poética, donde se cantaron textos de Lorca
con música que refleja la colaboración musical del maestro Falla–.
Crónica 128. Castilleja del Campo, martes 2 de abril de 2019