martes, 27 de febrero de 2018

BLAS INFANTE NOS HABLA DE ANDALUCÍA


Conmemorando el 28 de Febrero

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Desde Cronista de la Villa queremos, como siempre en esta fecha, meditar y analizar algunos aspectos de la historia de nuestra comunidad andaluza. Este año basándonos en unas pinceladas del legado del insigne andaluz: D. Blas Infante Pérez de Vargas.

 <<…Tuvimos que fundamentar doblemente a Andalucía, como Nación o Región, al uso, conforme al principio de las Nacionalidades y, como ser o genio -término que llegamos a emplear entonces- demostrando mediante positivas revoluciones culturales de idéntica inspiración la existencia y la continuidad a través de los milenios de un mismo estilo en Andalucía. Estilo tan diferente del resto peninsular, que bien pudiera aparecer cierto el dicho de Ganivet: en España, hay dos naciones, una al Norte, España; otra al Sur, Andalucía>>. (Blas Infante)

Y es así, porque la historia de Andalucía, siempre ha sido contada por elementos ajenos a nuestra tierra, interpretada fuera de nuestras fronteras en base a intereses nacionalistas (españoles), religiosos y económicos, extraños a nuestra realidad. Por este motivo, en nuestras escuelas, institutos y universidades se ha estudiado siempre la historia de Castilla, de España en Andalucía, como si Andalucía no tuviera historia anterior a la conquista Castellana. Ya lo advirtió Fernando El Católico después de la conquista de Granada, con motivo de la promulgación de las pragmáticas de conversión de los moriscos al catolicismo: “Estos no serán buenos cristianos, pero sus hijos y nietos si lo serán”.
En esta corta frase, se podría resumir la política asimilista de España en Andalucía, encaminada a borrar toda reminiscencia de Identidad andaluza, para adoptar la identidad Castellana.
Desde muy diversos frentes, nos han querido hacer creer que el andalucismo o Nacionalismo andaluz nace con Blas Infante y las Juntas Liberalitas, siendo producto de la moda de la época –los nacionalismos vasco, catalán y gallego estaban en su apogeo, preparando sus respectivos Estatutos de Autonomía- y de la oportunidad política del momento.
Nada más lejos de la realidad. Blas Infante fundamenta Andalucía en una continuidad histórica  desde las primeras civilizaciones que poblaron nuestro suelo. De ahí su siguiente mensaje:

<<El Regionalismo andaluz no fue obra de alguien, sino un resultado natural expresivo de la Historia de Andalucía. Los regionalistas o nacionalistas andaluces nada vinimos a inventar: nos hubimos de limitar, simplemente a reconocer en este orden lo creado por nuestro pueblo, en justificación de nuestra Historia>>.

Para llegar a esta interpretación, genuina y multicultural de Andalucía, Infante bebe de las fuentes más abundantes de su época y obtiene la convicción de que la historia andaluza tiene una antigüedad de un millón de años y, siguiendo con las primeras manifestaciones de elementos socioculturales en el Neolítico, denota ya una fuerte organización social, exteriorizada en algunos ejemplos como Los Millares en Almería, Cueva de la Pastora en Sevilla, Cueva de Menga en Málaga, o la Cueva de los Murciélagos en Granada.
Ante estas primeras manifestaciones civilizatorias andaluzas, Blas Infante las considera con las siguientes palabras.

<<Conscientes de la actividad de unas gentes que llevan en ellas mismas el germen del progreso…La cultura primitiva andaluza fue, pues, una cultura directora del mundo.
La cultura ante histórica más temprana de Occidente, la denominada del “vaso campaniforme”, fue creada por Andalucía, y ella la irradió por Europa central, meridional (incluido el resto ibérico) y occidental (incluyendo la moderna Inglaterra).
Por cierto, que esta cultura que Andalucía llega a difundir hasta Francia (entrando por el Noroeste), Holanda y Alemania, y desde Dinamarca a Suecia (siempre cerca de las costas y vías fluviales), alcanzando hasta el Asia Menor y Grecia y Tirrenia, no llega a traspasar la Marianica; es decir, Andalucía se encuentra absolutamente aislada de la España central y norteña; mientras que comunica por mar con países lejanos.
Mediante estas dos culturas, Andalucía descubre el uso del cobre, que llega a perfeccionar; durante la segunda de entre ellas, enseña a sentir y a cultivar el arte desinteresadamente, sin finalidades prácticas, mágicas o de conjuro, y durante la cuculiforme, además, inventa la bóveda, la escritura con signos alfabetiformes, ensaya el uso del hierro, etc.>>.

En el estudio de Tartessos, -representado cerca de nuestra localidad por el asentamiento conocido como Tejada la Vieja- Infante encuentra las similitudes y relaciones de Andalucía con las culturas Orientales, en cuyo ámbito inserta la cultura y el hecho civilizador andaluz con el siguiente pensamiento:

<<La primera cultura histórica, también es creación de Andalucía. Es la cultura de Tartessos. Inventa el bronce, perfecciona la navegación y elabora el primer estado político de occidente; Tartesia, cuyos límites eran coincidentes con los de la Andalucía actual, excepto por Levante, que comprendía hasta cerca de Villajoyosa, en la provincia de Alicante, y por Poniente, que se extendía hasta llegar a incluir Mérida y Badajoz dentro de sus fronteras. Cultura refinada en todos los aspectos de la creación espiritual, como las anteriores directoras del mundo, a lo menos en sus inicios…>>.

Resume lo expuesto y el pensamiento de Blas Infante la leyenda del escudo andaluz:
ANDALUCÍA POR SÍ PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD”

Opinión del cronista 033
Castilleja del Campo, martes 27 de febrero de 2018