lunes, 18 de septiembre de 2017

TRAS LAS HUELLAS DE CONQUISTADORES


Castillejinos en las Indias en el siglo XVI
Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Hoy sabemos que fueron varias las personas, naturales o vecinas de Castilleja del Campo, que viajaron a las indias entre 1534 y 1602 siguiendo la huella de conquistadores como Francisco Pizarro, que también  partió de nuestra localidad  en 1502, según la historiadora María del Carmen Martin Rubio en su obra: “Francisco Pizarro, el hombre desconocido” (Madrid 2014).
Con anterioridad a Juan Gómez de Lara, tratado en la publicación anterior, cuatro castillejinos más se aventuraron en  aquellas lejanas tierras. Al menos y hasta la fecha, estas son las personas  encontradas en la investigación.
      
En el primer tercio del siglo XVI, cuando Francisco Pizarro llevaba tres décadas en aquellas lejanas tierras y se encontraba inmerso en la conquista de Perú, dos  vecinos de Castilleja del campo viajaron a las Indias respondiendo al llamamiento del Virrey de la Nueva España para repoblar  las tierras conquistadas. De ellos solamente hemos encontrado la escueta información que aportan sus inscripciones  registradas  en los “libros de asientos de pasajeros”.
Juan Rubio fue la primera persona de nuestra localidad que partió con destino a las Indias, según documenta uno de los libros citados en el folio 174. Se embarcó con destino Santo Domingo el 10 de abril de 1534. Hijo de Lorenzo Roldan y María Rubio, el castellano Juan, por aquellos años afincado en nuestra localidad, era natural de “El Perdigón”, municipio de la provincia de Zamora.  
Pedro Muñoz le siguió un año después. Hijo de Juan Muñoz y de Catalina de Herrera, era natural y vecino de Castilleja del Campo. La referencia sobre Pedro, documentada en el folio 334 de otro de los libros de asientos de pasajeros a las indias, está  fechada el 29 de julio de 1535 y confirma como  este ancestro nuestro se embarcó en una expedición con destino al virreinato  Rio de la Plata (jurisdicción antigua).

Medio siglo más tarde, un expediente de información documenta la licencia de pasajero a Indias a otro vecino de nuestra localidad, era un criado de Alonso Mejías que embarcó con destino a Perú el 20 de marzo de 1593. En dicho expediente, compuesto de 8 folios, se registran sus datos y las declaraciones que tuvo que hacer a un  interrogatorio previo a la licencia de viaje.
El en folio primero (referencia FY), fechado el 9 de febrero de 1593, consta la identificación del sujeto ante el escribano y la declaración de otros datos.
<<Bartolomé Hernández Gil es hijo legítimo de Juan Hernández del Caño (difunto) y de Barbola Hernández, su legítima mujer, todos naturales y vecinos de  Castilleja del Campo, los cuales [digo sus padres] fueron casados según ordena la Santa Madre Iglesia y durante su matrimonio, (…) sus hijos, padres y abuelos todos son cristianos viejos>>.
A continuación consta la declaración jurada de Bartolomé en los siguientes términos:
<<Dice ser cristiano viejo, de generación conocida, no ser de casta de moros ni judíos, no tener sentencias por el Santo Oficio de la Inquisición ni ser de los nuevos convertidos a nuestra Santa Fe Católica>>.
En el siguiente folio (FZ) el escribano registra los datos personales del criado.
<<Bartolomé Hernández Gil es mozo soltero y no casado ni sujeto a matrimonio de ninguna religión, según los testigos que le conocen desde que nació. Es hombre de 24 años y de buen cuerpo, ojos garzos y barbi-rubio>>.
En los cuatro folios siguiente (del G0 al G3), se hallan registrados los interrogatorios a que fueron sometidos  Bartolomé y los testigos presentados. Todas las preguntas se reiteran en la misma línea: identificar a padres y abuelos del sujeto como buena casta de cristianos viejos, de limpia generación y no de casta de moros ni judíos ni haber tenido sentencias por el Santo Oficio de la Inquisición. Juramento que estaba firmado y rubricado por el interesado y los testigos.
Los últimos folios (G4 y G5) terminan diciendo, refiriéndose al documento: <<…Es corregido, concertado y fiel con el original que queda en mí poder…>>,
El escribano y el representante oficial  firman y rubrican el presente documento <<…en la villa de Castilleja del Campo a diez  días del mes de febrero de mil e quinientos y noventa y tres años>>.
Se da la curiosidad en este expediente que, estando fechado  su encabezamiento en el día  9 de febrero de 1593, termina  con fecha de un día después.

Garci-Pérez de Vargas. Siguiendo el orden cronológico, a principios del siglo siguiente, encontramos un auto redactado en  seis folios  sobre unos bienes, dirigido a los herederos del difunto Garci-Pérez. Como portada  del auto, en un medio folio (referencia HO), encontramos la siguiente y escueta lectura: <<Herederos de Garci-Pérez de Vargas, difunto en indias. Legajo 2,5 de 5>>. (¿?).  Del segundo folio (HP), donde comienza la redacción del auto, solamente pudimos interpretar la fecha del mismo  <<En Sevilla a nueve días del mes de julio de mil y seiscientos y dos años, ante los señores…>>.
El folio tercero (HQ), entre otras cosas aparece la siguiente redacción textual: <<”Garci pérez de Bargas diffunto”, natural de Castilleja del Campo que falleció en las provincias de Perú el veinte de junio de mil seiscientos y dos años, (…) ciento treinta y dos mil trescientos y noventa cinco maravedís …>>.
Aunque redacción de los folios restantes (HR, HS y HT) es totalmente ilegible, si tenemos constancia que este vecino de nuestra localidad murió  en la ciudad de Los Reyes y  llevaba algunos años  en Lima, Perú.

Epílogo
El siglo de oro también se dejó sentir en Castilleja del Campo. Hasta tal punto tuvo su influencia en esta pequeña localidad que, según los documentos hallados hasta la fecha y que hemos sacado a la luz con estos artículos, fueron cinco  las personas  que llevaron el nombre de nuestra Villa a tierras de Nueva España, entre 1534 y 1664.
Juan Rubio que se embarcó hacia Santo Domingo en 1543.
Pedro Muñoz viajó en 1545 con destino a Rio de la Plata.
Bartolomé Hernández Gil se marchó a Perú en 1593.
Garci-Pérez de Vargas, que con anterioridad residía en Perú, falleció en  aquellas provincias de ultramar en 1602.
Juan Gómez de Lara volvió de las indias a Sevilla en 1664 para presentarse a examen de piloto y volver como navegante.

Historia 049. Castilleja del Campo, lunes 18 de septiembre de 2017