miércoles, 10 de agosto de 2016

CUANDO SE ACERCA EL DOGMA DE MARÍA


UNA PROCESIÓN EN EL ESPEJO DE LA NOCHE

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
La semana pasada nuestro pueblo celebró sus Fiestas Patronales. Como de costumbre, cuando llega la ocasión y sin escatimar detalles,   se vistió de fiesta, se echó a la calle para  disfrutar con sus vecinos y acoger al visitante que también llegaría para honrar a los Titulares. Era en los días cercanos al dogma mariano del 15 de agosto

<<Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza>> (Ap.12.1).
Según la interpretación que hacen los estudiosos de la Biblia, esta revelación del último libro del Nuevo Testamento representa la verdadera Iglesia Cristiana.
Para mí, esta cita del Apocalipsis fue la fuente de inspiración para transmitir las vivencias que me aportó la virgen del Buen Suceso en su recorrido procesional del pasado domingo.
Una procesión en la que Ella vestida de blanco proclamaba su dogma inmaculado en Castilleja del Campo. La luna bajo sus pies llenaba de luz la oscuridad de esta noche de puertas abiertas. La corona sobre su cabeza porque es Reina y Madre de este pueblo, y las doce estrellas que rematan dicha corona, los doce meses que pasarán hasta verse de nuevo entre sus hijos.

En  la noche del pasado domingo, 7 de agosto de 2016, de nuevo se juntaron los astros para que  todo saliera a pedir de boca. Día grande en Castilleja del Campo,  día grande para los hermanos del Santísimo Sacramento, San Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del Buen Suceso. Vítores, himno y salves, mezclados con la alegría del momento  y la emoción extrema, esa que consigue que se abran algunos lagrimales, despertaron los sentimientos de todo de un pueblo volcado con sus imágenes.
El Patrón y la Señora salieron al porche y se hizo el silencio de oración en una bulla abanicada que pretendía aliviar el calor de la noche. El Arcángel y la Virgen, mirando a los que llenaban la plaza de la iglesia, pasaron lista a los que habían venido a verles porque, en  esa noche de agosto, en Castilleja del Campo el protagonismo es de Él y de Ella. Y es que en tal día  como el pasado no hay ojos más que para quienes representan el patronazgo de la localidad,  que se acercan a sus devotos en la medida  perfecta. Estos, sabiendo estar a la altura del significado de la celebración, acuerdan citas de visiones íntimas para paladares exquisitos, como siempre, o eso nos parece a todos los castillejinos.



Pero por encima de todo están los titulares de la Hermandad: el Arcángel San Miguel y la Virgen del Buen Suceso, dominadores del tiempo en esa noche infinita de flores y cohetes y campanas y  música y abanicos. Porque si el Patrón sale desde la memoria de Castilleja del Campo intentando apresar la historia, La Madre de Dios domina el tiempo y se lo cuenta a su Niño que sonríe con sus zapatitos nuevos entre flores de nardos reflejados en la profundidad de un cielo estrellado.
El propio cortejo, aunque sin Cruz Parroquial (¿?), fue un ejemplo, en el sentido figurado de la palabra, de tacto. Cuatro horas bastaron para culminar el itinerario de una procesión donde, la impresión que queda es la de  mesura con sonidos de  marchas. Bucle perfecto de la vida que sigue de la eternidad que nace en una noche de agosto como esta.
Ante lo vivido, si borráramos el resto del  año y nos quedáramos con esta noche, no solamente seguiría existiendo el pueblo sino que tendríamos la clave de su existencia: el reflejo de una procesión  en el espejo de la noche de puertas abiertas en Castilleja del Campo.

-Por ser la Madre más buena / la que llegaste a este sitio / después de ser la alquería / de aquellos viejos moriscos.
Sitio de lucha y dolor / trajiste tú, Madre mía / la paz y el Buen Suceso / en nombre de nuestro Señor-.

 Opinión del Cronista 027
Castilleja del Campo, miércoles 10 de agosto de 2016