martes, 1 de diciembre de 2015

EL APOYO DE LOS PAISANOS AL CLUB (12)


Jugadores, colaboradores y la afición

Por Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
El Club Deportivo San Miguel  continuó su trayectoria liguera, siempre arropado por sus más de 50 socios  y una afición de incondicionales que no solamente le animaba en los partidos en casa,  también le acompañaba en sus desplazamientos para ver sus encuentros en otras localidades. Para ello, el Club organizaba  viajes en autobús para todo aficionado y aficionada (que eran muchas) que quisieran acompañar al equipo. Eran las esperadas  mañanas de  domingo, un partido dentro y otro fuera.
–El domingo que viene vamos a… ¿te vienes?
-¡No voy a ir! Además no conozco el pueblo y como salimos temprano da tiempo de tomar café y darse una vuelta.
Una ilusión que rompía la monotonía semanal de la afición y demás vecinos, que a su vez, contribuían a sufragar los gastos del Club, tanto con su aportación en la taquilla local,  como pagando su plaza en el bus de los desplazamientos.
Para los partidos que se disputaban contra pueblos de la sierra, como Santa Olalla, El Ronquillo y Castillo de las Guardas, que se jugaban en la tarde de los domingos; Se salía a primera hora de la tarde, aproximadamente sobre la 14:00 horas haciendo una paradita en los Lagos del Serrano. Una vez llegado al destino y antes de disfrutar del partido, había tiempo para comprar chacinas y otros manjares propios del lugar. Después se ganaría o no, pero la tarde estaba echada, como se decía por aquí.
El Club Deportivo San Miguel era uno de los equipos que más público llevaba a esos campos de fútbol, favoreciendo bares y tiendas de las localidades visitadas.  Tanto éxito tenía estos viajecitos que desde el lunes, o todo lo más el martes de la semana del partido ya estaban vendidos todos los asientos para ir en el autobús.

Antes de continuar avanzando por la historia del fútbol local, trataremos en  este capítulo dos apartados, uno dedicado las personas que en la sombra dejaron su impronta en el  Club y, en el otro, descubriremos la documentación del Comité de Competición Provincial referente a las actas arbitrales, que afectaron a los jugadores y  al Club Deportivo San Miguel,  en la temporada 1982-83.


Jornada del  26 de Septiembre de 1982.
Suspender un partido al jugador Antonio Romero Moreno por procedimientos violentos hacia un contrario.
Jornada del 10 de octubre de 1982. C.D.-San Miguel – Almensilla.
Amonestación a los jugadores Jesús Delgado Rodríguez y Manuel Macías Vargas por entradas con el pie en alto. En el mismo partido el Club sufrió dos sanciones económicas. Por no atender la reclamación de un jugador del Almensilla, sanción 200 ptas. La otra sanción de 500 ptas., por incidentes del público hacia el equipo arbitral.
            Jornada 17 de octubre de 1982. Partido U.D. Valencina – C.D. San Miguel.
Primera amonestación a Manuel Rodríguez Ramírez y 2ª amonestación a Antonio Arévalo Martínez. Los dos por incurrir en juego peligroso.
            Jornada del 7 de noviembre de 1982.
Suspender un partido a Manuel Montellano García por desconsideración pública hacia el árbitro.
            Jornada 14 de noviembre de 1982.
Suspender un partido al jugador Manuel Rodríguez Ramírez por acumulación de amonestaciones. Y al Club Deportivo San Miguel Sanción de 500 ptas., por no enviar la hora del partido con la debida antelación.
            Jornada del 28 de noviembre de 1982.
Primera amonestación, por incurrir en juego peligroso, a los jugadores Agustín Martínez Gómez (Roque) y  Manuel Castellano García. Al jugador A Arnedo Martínez 3ª amonestación por la misma falta.
            Primera jornada de 1983, día 2 de enero.  Carrión - San Miguel (0 - 1).
Partido de rivalidad, comentado en el capítulo anterior. El Comité de Competición desestima la reclamación formulada por el Carrión contra un jugador del San Miguel (Jesús), puesto que dicho jugador se encontraba debidamente alineado en su Club.
            Jornada 22 de mayo de 1983.
Suspensión de 2 partidos a José Campos Valladares por agresión a un contrario.

A lo largo de sus temporadas en la  Federación Andaluza de Fútbol, el Club Deportivo San Miguel, contó con una larga lista de personas que, de una u otra forma colaboraron y contribuyeron para que su equipo jugara todos los domingos. Como ya conocemos, por los artículos publicados anteriormente, el trabajo, la dedicación y las aportaciones económicas que algunos miembros de la Junta Directiva tuvieron  que hacer para mantener el estatus del Club en la liga de aficionados, ahora dejaremos constancia de unas personas que tenían asumido un compromiso de colaboración con el Club.

Castilleja del Campo podía estar orgullosa de su campo de fútbol y la conservación del mismo. En este sentido no podemos pasar por alto a la persona que se encargaba del mantenimiento, no solo del terreno de juego, sino de todas las instalaciones, Manuel Díaz Laforet (Manolo el matulao). Tanto el cuidado del césped que comenzó a enraizar, manteniéndolo bien cortado y con excelente aspecto, como la limpieza y decoro de todo el recinto, era de su voluntaria y altruista responsabilidad. -Se podría aposta que ningún otro campo estaba como el nuestro-.
Su labor, que comenzaba una vez finalizado el encuentro, a medio día del martes lo más tardar ya tenía todas las instalaciones deportivas “de dulce”. Tanto es así que se apostaba con quien fuese que daría un premio a aquel que encontrase una colilla en las gradas o en cualquier espacio del campo.
-Recordamos que solamente la banda refería y algunas en el gol sur tenía disponibilidad para espectadores sentados, la banda de levante y el gol norte eran localidades de pie-.

Al  referir el gol norte recordamos a dos personas colaboradoras con el Club, Damián Delgado y su esposa María Rosario Rivera. Ellos eran los encargados del ambigú del campo de fútbol, reponían existencias, mantenía la limpieza del mismo y, sobre todo, eran los mejores detrás de una barra atendiendo la clientela. Gracias a este servicio, la dedicación de Damián y su esposa y los incondicionales que se acercaban al bar los días de partido, se conseguía otra inestimable ayuda económica para el Club.


El  campo de fútbol, de nombre original: <<Pozo aguao>>, -se llamaba así desde que comenzó a practicarse este deporte en las eras del prao-.  El topónimo de Campo Municipal “El Prado” fue adoptado por la Corporación Municipal en 1981, apareciendo por primera vez en el documento de cesión del mismo al Club Deportivo San Miguel. Ya que estamos en él, trataremos  otra de las muchas actuaciones de nivelación acometidas en el terreno de juego. Habían transcurrido tres años desde  las últimas obras en el Campo Municipal El Prado y alguna que otra nivelación, hasta que a final de 1984  se realizó un nuevo rebaje en el terreno de juego, según cuenta Jesús Delgado.
<<No sé si sería la última nivelación del campo o hubo otra después, –relata Jesús-. Si recuerdo que Vicente el Alcalde habló con unas personas que estaban reparando los caminos de Escacena con una máquina niveladora para que vinieran a ver el terreno. Días después, una tarde se presentaron en el campo de futbol y rebajando desde el gol sur, rellenaron desde la línea del centro hacia el gol norte.  Antes de marcharse, el hombre de la máquina nos dijo que, tal como había quedado el relleno, lo que  necesitaba era  mucha agua y compactar. Nos reunimos unos cuantos, yo con el tractor de mi padre, con una biga grande enchanchada con cadenas dando vueltas y los demás iban regando. Así estuvimos varias tardes hasta conseguir compactar el rellano. Tanta agua se le echó que en unos días comenzó a nacer  hierba. Vamos que de mitad de campo al gol norte parecía sembrado de césped>>.

Historia 038. Castilleja del Campo, martes 1 de diciembre de 2015