Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Este
artículo sobre Tejada la Vieja nos acerca a la arquitectura y el urbanismo de
la urbe de la mano de dos especialistas en arqueología, Carmen García Sanz y
Jesús Fernández Jurado, director del proyecto. (Sección de Arqueología de la Diputación de Huelva).
A
pesar de las sucesivas excavaciones llevadas a cabo en este yacimiento
protohistórico solo se conoce el último momento de la ocupación. La situación
geográfica del asentamiento explica el porqué de las dimensiones que presenta
el yacimiento de Tejada la Vieja. Desde sus inicios, uno de los ejes de la
actividad económica de sus habitantes, estaba relacionado con las actividades
de la minería y metalúrgica efectuadas en el área de Aznalcollar. Por lo tanto
el núcleo de la población se situó en el paso entre la zona minera y el ámbito
costero donde se localizaban los centros metalúrgicos y comerciales (1).
Sin
más dilación vamos a conocer la arquitectura de Tejada, comenzando por los Edificios
viviendas. Según el estudio de los arqueólogos citados, los tipos de
edificios poseen habitaciones cuadrangulares con estructuras construidas con
piedras, pizarras o calizas, poco trabajadas, sin que pueda afirmarse la
utilización de mortero en su construcción, aunque no se descarta el uso de la arcilla. La Cimentación de los
zócalos de los muros, de aproximadamente un metro de altura por 50 cm. de grueso,
consiste en el embutido en tierra de la primera hilada de piedras, levantando a
continuación del zócalo las paredes de tapial o adobes. Un tipo de construcción
similar a otros yacimientos de época tartésica. En cuanto a los pavimentos, en
general se encuentran realizados con tierra batida, aunque en otros se
encontraron pavimentados con pequeñas lajas
de pizarra, un material que abunda en la
zona. Sus dimensiones, aspecto exterior y la presencia de abundante número de
ánforas en su interior, descubre la posibilidad de considerar estas
construcciones como viviendas.
Las
cubierta de las edificaciones, de las no se conservan restos, estarían formadas
con materiales vegetales y, en otras ocasiones, con lajas. Evidencia lo dicho
la cantidad de pizarras halladas en el interior de algunas viviendas. Este caso
explica la construcción de pilares construidos en piedra dentro de las
estancias para soportar el mayor peso de este estilo de techumbre. Estos
pilares de planta cuadrada también se localizan en la calle, como una especie de galería cubierta
en un
espacio de la vía pública, junto
a los muros de las edificaciones. La
organización interior de estas viviendas, al parecer, contaba con un espacio
abierto interior de donde se accede a las estancias mediante vanos, definidos
por los umbrales construidos con lajas de pizarra de gran tamaño.
Edificios almacenes. Además de estas
“viviendas” aparecen otras construcciones realizadas en piedra y
pizarras muy bien trabajadas, de mejor y más cuidada factura. Tienen planta
rectangular, siendo mayores que las citadas viviendas, con muros de mayor
anchura a los descubiertos hasta la actualidad en este yacimiento. En su
interior se hallaron restos de piedras posiblemente de los pilares citados anteriormente en las viviendas.
Este tipo de habitaciones ocupa una zona excavada por el Dr. Blanco en 1974, sacando
a la luz un edificio de 19,50 metros de largo por 16,50 de ancho, siendo
interpretada la construcción como un edificio tipo almacén (2). A partir de la excavación en otra área
por el arqueólogo Fernández Jurado en 1986, el hallazgo de abundantes ánforas y
las mayores dimensiones que presentaban, estas edificaciones pueden
considerarse que su función era el almacenaje o de un edificio multiusos. Estas
estancias se comunican entre ellas a través de vanos interiores, en una
distribución interna cerrada al exterior.
Estructuras circulares. En una zona de paso y uso público se encontraron estructuras de planta circular, construidas con zócalos de piedra, pizarra y cantos. Al encontrase en su interior gran cantidad de elementos cerámicos se considera que pudiera ser hornos de producción cerámica. La ubicación de estos hornos en la calle y sus características, confirma su uso alfarero. Y aunque su forma y dimensiones son similares a los hornos metalúrgicos, no se hallaron en el entorno restos de mineral ni escoria de fundición. Por otro lado, tampoco hay restos de cenizas, tierra quemada, etc. Esto hace pensar que los posibles hornos de ceramistas pudiera tener otros usos, así que no se descarta la de ser silos.
Tahonas. Entre las actividades cotidianas de
las que se realizaban fuera de las viviendas, estaban las propias de
manutención, como atestiguan unos hogares circulares de unos 90 cm. de diámetro,
formado con arcilla rojiza muy limpia
que pudieron corresponder a tahonas. Igual que los hornos no se han
conservado las cúpulas que cubrición. Al encontrarse ubicadas fuera de las viviendas indica que era una
actividad domestica de uso comunitario.
Lavadero de mineral. Junto a las anteriores estructuras analizadas, en una
zona hacia el sur y cerca de la muralla, aparecen otras construcciones muy
anchas dispuestas en paralelo y cercanas entre sí, formando un espacio
rectangular dedicado a las actividades minero-metalúrgicas que puede
interpretarse como “lavadero de mineral”. Una construcción que presenta una
estructura similar a las encontradas en las viviendas.
El urbanismo de Tejada. La ciudad presenta un urbanismo planificado que se desarrolla en base de las vías públicas que delimitas las distintas manzanas y otros edificios que componían la ciudad. Las calles presentan una anchura variable, alcanzando una de ellas los siete metros y no parece que estuvieran empedradas. Tan solo en las zonas de acceso a las viviendas aparecen lajas de pizarra que pudieran corresponder a estos empedrados, el resto están pavimentadas de tierra en las que se hallaron bastantes restos de material arqueológico. Al menos este pudo haber sido el entramado urbano a finales de la ocupación Turdetana en el siglo IV a.C. Por otro lado existen áreas especializadas y definidas por la actividad que en ellas prevalecen, definidas también por la propia planificación urbana. Por ejemplo hay zonas dedicadas a almacenes, separadas de las manzanas de viviendas y las zonas metalúrgicas cerca de la muralla. Por lo tanto, en el ordenamiento urbano llevado a cabo en Tejada la Vieja, parece definirse en áreas con funciones concretas en el entramado económico y social. Manzanas de viviendas, zona de almacenes, edificios públicos, y el entramado industrial. Una estructura urbanística que refleja una importante organización social y especialización laboral entre sus pobladores, pero no nos permite conocer el mayor o menor rango de sus ocupantes.
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1.- FERNÁNDEZ JURADO, Jesús / GARCÍA
SANZ, Carmen. “Arquitectura y Urbanismo de Tejada la Vieja”, (1989)
2.- A. BLANCO y B. ROTHEMERG.
“Excavaciones de Tejada la Vieja”. Barcelona 1982.
Nuestro
agradecimiento a Damián Fernández-Gil Aguilar por cedernos sus fotografías
Historia
076. Castilleja del Campo, martes 10 de noviembre de 2020