Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Hasta
los Reyes Magos de 1989 llegaron las salpicaduras del vertedero. Un proyecto que
en la temporada 1988-89 ya había liquidado la tradicional afición por el fútbol
local y al Club Deportivo San Miguel. Una fecha que marcó un antes y un después
en las vidas y las relaciones de amigos, convecinos y familiares. Unos y otros
enfrentados ante el proyecto de la Diputación Provincial de Sevilla para
instalar una planta de tratamiento de residuos urbanos en nuestro término
Municipal.
Mi
intención no es de remover el recuerdo de aquel lamentable suceso –como apunté en los
artículos publicados sobre la historia del fútbol local–. Esto llevaría a
reabrir viejas cicatrices de forma gratuita, haciendo más daño que beneficio a
las personas y, sobre todo, a quienes va dirigido este festejo: los niños.
¿Cómo organizar un evento para niños, cuando los mayores se encuentran
enfrentados? Y precisamente en los meses en que la paz, el amor y la concordia
y otros valores, –bases de la convivencia– se viven con más intensidad entre
amigos, vecinos y en el seno de las familias.
Pero,
con toda rotundidad, como también fue
parte de la historia y de alguna manera salpicó la celebración de Reyes Magos,
llegando incluso a poner en peligro su continuidad; me encuentro en la
obligación de dejar constancia de los intentos, por ambas partes, de celebrar
el evento.
Por
su lado, la Delegación de Cultura del Ayuntamiento y la Asociación juvenil “El
Porche”, entidades con posturas a favor del “vertedero” y responsables de
organizar la cabalgata, el día 9 de enero de 1989 emitieron conjuntamente un
comunicado dirigido a los ciudadanos, con el que se excusaron de no haber podido
realizar la Cabalgata de los Reyes Magos por falta de colaboración, de tiempo y
por amenazas de algunas personas que estaban en contra de la instalación
del vertedero. Las 43.450 pesetas, recaudadas para la Cabalgata de Reyes, fueron depositadas en una cuenta a nombre del presidente de la Asociación y del concejal de Cultura.
Por
su parte, la “Comisión anti-vertedero”, que contaba con la mayoría del apoyo
ciudadano, tenía acceso a las estructuras de las carrozas y disponía de medios
para ello, tampoco organizó la Cabalgata, quizá para evitar males mayores.
Aún
así, al atardecer de aquel jueves 5 de enero de 1989, la citada comisión
organizó en las caballerizas del Palacio una recepción de los Magos de Oriente
para niños y mayores. Los tres reyes y
la estrella repartieron caramelos, golosinas y los juguetes aportados por sus
padres.
María
Irene Luque Borrego, en la imagen de La Estrella y Antonio López Adorna como
Baltasar repitieron en sus figuras del año anterior, siendo Antonio Gómez y
Manuel Cabello quienes representaron a
los monarcas Melchor y Gaspar en el día de la alegría de aquel triste año.
Esta, que tenía que haber sido una
festividad donde los niños, como sus padres y los padres de sus padres,
entraran de una manera especial en el sueño de la noche de ilusiones, el sueño la noche de Reyes Magos, se vio empañada por un
desagradable asunto entre adultos, cuyas consecuencias repercutieron y
sufrieron los más inocentes, quienes no tomaron parte en aquella historia, los
niños y niñas de Castilleja del Campo.
Historia
065. Castilleja del Campo, jueves 2 de enero de 2020