Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Para
finalizar este 2019, a nueve días vista para la festividad de la Epifanía, (la
adoración de los magos de Oriente a Jesús) refrescamos la memoria de muchos de
nuestros conciudadanos, y para otros más jóvenes, descubrimos los Reyes Magos
de treinta años atrás.
Aquella
Cabalgara de los Magos de Oriente de 1988, después de cuatro años saliendo sus
carrozas, propiedad de la “Comisión pro Reyes
de Castilleja del Campo”, entra en el
quirófano del artista Antonio de Rita para someterse un “lifting”
que cambiaría su imagen.
Antonio
Rodríguez Sánchez (Antonio de Rita) transformó las tres carrozas que habían llevado la ilusión infantil durante
los años de 1984 a 1987. Esta vez diseña una nueva decoración basada en motivos
infantiles, más acorde con la función de esos tronos reales, ya que su misión
es la de ilusionar y divertir a un público muy especial: los niños. De las
personas que en anteriores años llevaban el peso de organización solo quedaron
Bernardi Moreno Madrigal y Antonio L. Adorna. Ellos apoyaron al de Rita en su proyecto
de transformación y colaboraron en la nueva decoración de las mismas.
La
nueva imagen de la primera carroza real recuerda una suelta de globos. ¿Qué
niño no ha deseado alguna vez que al hombre de los globos se le soltasen hacia
el cielo, seguido de su cuerda que, ondulante, le preside irremediablemente?
Esta es la idea de Antonio, que cambia las cuerdas por finos listones y, a
continuación de ellos, confeccionados con cartulinas de distintos colores,
representaba los globos. Para la carroza de Gaspar diseñó unos originales
molinetes, con los que forma un abanico, detrás del trono real. Y, para
finalizar, para la última carroza de la comitiva, formando un fondo tras el
Rey, recrea un manto de piruletas y caramelos. La decoración de este trono, el de Baltasar –el Rey más admirado-,
hizo las delicias de los más pequeños. Las tres carrozas se ensamblaron, se
pintaron y decoraron en las caballerizas de “El Palacio” de donde partiría el
martes 5 de enero. Día de Reyes Magos.
Aquel
año también se estrenó una nueva carroza para la Estrella de guía. Construida
como las anteriores por el carpintero local, Miguel Luque Rodríguez, mantiene
la misma línea decorativa que las anteriores y el simbolismo de lo que
representa: la Estrella.
Melchor,
Gaspar y Baltasar, fueron personificados por Miguel Ángel Rodríguez Luque,
Antonio Rodríguez Sánchez (de Rita) y Antonio López Adorna. Ellos estrenaron
una nueva decoración en un grupo de carrozas que, en su anterior vida, lucieron
un diseño luminoso y celeste. Representan la estrella, la luna y el sol.
La
Estrella de guía la personalizó con toda su juventud y belleza María Irene
Luque Borrego, estando acompañada de las no menos jóvenes y bellas damas:
Guadalupe Luque Romero, Rocío García Daza, Eva Delgado Rivera, Fabiola Gómez
Lepe y Leonor Reinoso Muñoz (“Leo”).
Así,
en la tarde de aquel día 5 de enero, salía del Palacio la Cabalgata de 1988. El
tiempo y el trabajo realizado tenían su recompensa: la de hacer pasar a los
niños, padres y todos sus convecinos, una alegre y divertida tarde de Reyes.
Una tarde que es la antesala de la noche mágica: la noche de Reyes.
Y
en esa noche ¿Quién pone alas al sueño
de los niños? No son los padres, quienes ensimismados observan la maravilla del dulce sueño infantil. Niños que aprietan los ojos para
dormirse antes, temiendo y deseando que aparezcan las sombras de los Reyes
Magos. Temiendo y deseando que llegue la mañana para ver si sus cartas
encontraron respuestas.
Los
niños, esa noche, ¿qué soñarán, si duermen? Tal vez recuerden de otra forma el
cortejo que vivieron la tarde anterior:
la blanca Estrella que lo abría, en sus sueños la verán volando hacia un cielo
negro e infinito. O, tal vez, no duermen y estén pensando nerviosos,
intranquilos, que no podrán entrar los Reyes. Que se quedaron cerradas las
puertas y ventanas y pasarán de largo, porque alguien les dijo que los Magos no
llegan a las casas si los niños no duermen. ¿Será así es la noche de Reyes?
-La
gran noche, la más bonita y larga noche del año. Todo es como un juego, una ilusión, una luz de esperanza que
se nos abre ante el futuro de ese niño que duerme. Ese sueño de los niños que
por la mañana, en la alegría indefinible del despertar, nos entregarán un inmenso regalo, el haberles dado la vida-.
Historia
064. Castilleja de Campo, viernes 27 de diciembre de 2019