Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
La
historia de Tejada, apasionante por el cambio radical que sufre en la Baja Edad
Media, ha sido tratada en multitud de ocasiones, aunque en la actualidad ha dejado
ya de ser una incógnita. Con esta pincelada historiográfica pondremos luz en la
cristianización y el despoblamiento de la ciudad de Tejada, (siglos XIV al XVI).
Hay
documentación que atestigua que Tejada tuvo más de un templo –tuvo dos, uno
dedicado a Santa María y otro a San Jorge– que ya existían en 1346. Esto denota
la prosperidad y la economía de la ciudad. Tal eran los beneficios de Tejada que
a mediados del siglo XIV concedió al obispo de Cádiz, don Bartolomé, mil
maravedís anuales situándolos sobre las rentas de este Campo (1) y se erigió como cabeza de una vicaría eclesiástica del
arzobispado sevillano.
En
1352 ya aparece un vicario de Tejada, llamado Juan Simón, entre los asistentes
al primer concilio provincial de Sevilla. En la segunda mitad del siglo
siguiente la posesión y disfrute de las tercias reales de los diezmos de su
vicaría provocaría más de un conflicto, que daría lugar a diferentes litigios
con individuos de la familia Zúñiga, señores por un tiempo de la villa de
Tejada.
A
fines del siglo XV Andrés de Segura pintó un retablo para una de aquellas
iglesias, quien, al morir en 1507, aún no había cobrado su obra (2).
La
iglesia con su notable conservadurismo, mantendría la denominación de esta
vicaría largo tiempo durante el antiguo régimen, a pesar del lento pero
inexorable proceso decadente de Tejada. En 1532 era vicario un tal Luis Camargo
y en el siglo XVIII la cabeza de la vicaría pasó oficialmente a Paterna del
Campo.
Tejada,
que a pesar de las circunstancias históricas, de una posición de importancia y
un extenso campo que producía notorios beneficios, finalmente se vio
involucrada en una paulatina decadencia.
Nos
hallamos ante un tipo de despoblación muy común en la zona, aunque en ningún
momento significó un abandono del territorio por parte de los habitantes del
mismo, sino sólo un cambio de ubicación.
En el caso concreto de Tejada incide además de forma directa un factor endémico
de primer orden: la insalubridad del enclave. Ciertamente, en el siglo XVI, una
descripción del mismo nos habla de la existencia de un estancamiento de aguas
malas que lo hace muy doliente sitio (3).
Si
bien no podemos fechar con exactitud el inicio de este despoblamiento, sabemos
que se acentúa a mediados del siglo XIV y sobre todo a lo largo de XV, para
acabar a principios del siglo XVI como despoblado.
Los
beneficios de las huertas y fincas del Campo de Tejada ya no recaían sobre los
habitantes de esta Villa, cada vez menos numerosos, y se dispersaban en los
vecinos de la próximas villas de Escacena, Paterna y Castilleja que todas ellas
llevaban el apellido del Campo y que, junto a Manzanilla, –como dijo Juan de
Mal Lara- <<se poblaron con la ruina de Tejada y se repartieron en sus
respectivos términos concejiles la extensión de aquel campo, sus huertas,
tierras de pan, viñas, olivares y tierras de pastoreo y caza>> (3).
A
pesar de todo hay estudios que afirman que otras causas políticas-económicas
debieron influir en este proceso. Entre los siglos XV y XVI se transformaron
muchas estructuras y se crearon nuevos condicionamientos en la zona,
directamente relacionada con Sevilla. Como la utilización del camino más rápido
para los vinos del Condado en su conducción a dicha ciudad y su puerto, las
mejores condiciones agrícolas y topográficas de Escacena, Paterna, Castilleja y
otras localidades, y sobre todo, los intereses señoriales de los Guzmanes. En
su conjunto estos pudieron tener tanta o más fuerza que las aguas maloliente y
los lagos sin fondo en el proceso despoblador de Tejada.
Resumiendo:
Tejada,
ciudad amurallada y con rey propio, reconquistada por las huestes de Alfonso X
en 1253. (Su padre, Fernando III ya la conquistó, junto a Sevilla 5 años antes). Tras esta reconquista definitiva,
el día 10 de mayo de 1291 comienza el repartimiento de Tejada. Participaron en
el mismo don Remondo, obispo de Segovia, Ruy de Mendoza, Gonzalo García de
Torquemada, Pedro Blanco y el adalid Fernando Servicial (4).
Quiere
decir que Tejada y las alquerías de los límites de su “Campo” entraron en el
reparto en beneficio de ella, sin identificar como villas dichas alquerías
árabes aún.
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(1)
ORTIZ DE ZÚNIGA, ob. cit., II. 116
(2)
Documentos para la Historia del Arte en
Andalucía. Laboratorio del Arte de la Univ. De Sevilla, vol. VIII.
(3)
MAL-LARA, Juan. Recibimiento que hizo la muy
noble y muy leal ciudad de Sevilla a la C:R:M: del Rey Felipe II. Sevilla,1570
(4)
GONZALES Y GONZÁLEZ j. Repartimiento de
Sevilla.
Historia
063. Castilleja del Campo, miércoles 4 de octubre de 2019