viernes, 21 de junio de 2019

EL CORPUS DE LA MEMORIA Y LOS SENTIDOS


Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Finalizó la primavera y cuando hizo su entrada el solsticio de verano, el trigo había sido recolectado del campo. Aún así, muchas de aquellas  espigas de cereal tostado lograron estar presentes en el Corpus Christi de Castilleja del Campo.

El Corpus una fiesta de recuerdos, guardados en nuestra memoria desde la infancia, donde antes como ahora las calles del pueblo se envuelven con invisibles vaharadas de fragancias que viajan con la brisa de la mañana: la juncia y el romero que  alfombran el pavimento y los inconfundibles álamos y eucaliptos situados en las fachadas.  Y en los altares pan y vino, símbolos que se repiten en todas estas estaciones de oración, como si el hombre quisiera dejar constancia de los frutos que ha dado su trabajo.
Sacrificio verde del campo / ramos de espigas y de uvas / que del pueblo a la iglesia subía / para ser testigo al paso de la Eucaristía. (1)
Permíteme Señor, poder hablarte / dispóngame a decir a mis hermanos / aquello que a los vientos pregonamos / que cada primavera me enseñaste.

El pueblo se engalana con las mismas colgaduras de antaño: colchas y mantones. Con las mismas flores de los patios: pilistras, calas, hortensias, helechos y geranios; que hacen de las aceras efímeros jardines.  Se levantan altares –un  total de siete–. Los mismos que en el pasado levantaron otras manos para recibir, también, a Jesús Sacramentado.
Cuando la procesión, acompañada de mantillas, fieles y niños de comunión, pasa hollando la juncia y el romero, nos queda el aroma de los campos y del incienso. Sólo incienso que en esas navetas arden conteniendo la memoria de los tiempos y los deseos de los humanos.
Un radiante  sol, llenando de luz lo imposible, saca destellos de oro y plata en todas partes. En la custodia que porta el Cuerpo de Jesús, en las varas del palio, en las cadenas del incensario, en los libros de los niños de  primera comunión, en el nácar de las mantillas y en las blancas fachadas, encaladas con dos manos de nieve que ahora calienta la mañana popular.
Es la misma mañana que siendo niño al Corpus acompañaba entre aromas, sonidos y recuerdos. Los mismos truenos de cohetes, los sonidos de la gaita y el tamboril, la misma diana y procesión, los cántico e himnos y la imagen en sepia del pueblo, el juez y el alcalde tras el palio.
¡Todo es poco para acompañar al Santísimo Sacramento por las calles!

El Corpus Christi, la festividad de religiosidad popular más antigua que se recuerda en Castilleja del Campo que, como en Toledo, Granada, Sevilla y Carrión, se celebra en jueves manteniendo viva la tradición.

 (1) La palabra Eucaristía, derivada del griego εὐχαριστία (eucharistía), significa "Acción de gracias".

Opinión del Cronista 036
Castilleja del Campo, viernes 21 de junio de 2019