Conmemorando el 28 de Febrero
Por
Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Desde
Cronista de la Villa queremos, como siempre en esta fecha, meditar y analizar
algunos aspectos de la historia de nuestra comunidad andaluza. Este año
basándonos en unas pinceladas del legado del insigne andaluz: D. Blas Infante
Pérez de Vargas.
<<…Tuvimos que fundamentar doblemente a
Andalucía, como Nación o Región, al uso, conforme al principio de las
Nacionalidades y, como ser o genio -término que llegamos a emplear entonces-
demostrando mediante positivas revoluciones culturales de idéntica inspiración
la existencia y la continuidad a través de los milenios de un mismo estilo en
Andalucía. Estilo tan diferente del resto peninsular, que bien pudiera aparecer
cierto el dicho de Ganivet: en España, hay dos naciones, una al Norte, España;
otra al Sur, Andalucía>>. (Blas Infante)
Y
es así, porque la historia de Andalucía, siempre ha sido contada por elementos
ajenos a nuestra tierra, interpretada fuera de nuestras fronteras en base a
intereses nacionalistas (españoles), religiosos y económicos, extraños a
nuestra realidad. Por este motivo, en nuestras escuelas, institutos y universidades
se ha estudiado siempre la historia de Castilla, de España en Andalucía, como
si Andalucía no tuviera historia anterior a la conquista Castellana. Ya lo
advirtió Fernando El Católico después de la conquista de Granada, con motivo de
la promulgación de las pragmáticas de conversión de los moriscos al
catolicismo: “Estos no serán buenos cristianos, pero sus hijos y nietos si lo
serán”.
En
esta corta frase, se podría resumir la política asimilista de España en
Andalucía, encaminada a borrar toda reminiscencia de Identidad andaluza, para adoptar
la identidad Castellana.
Desde
muy diversos frentes, nos han querido hacer creer que el andalucismo o
Nacionalismo andaluz nace con Blas Infante y las Juntas Liberalitas, siendo
producto de la moda de la época –los nacionalismos vasco, catalán y gallego
estaban en su apogeo, preparando sus respectivos Estatutos de Autonomía- y de
la oportunidad política del momento.
Nada
más lejos de la realidad. Blas Infante fundamenta Andalucía en una continuidad
histórica desde las primeras
civilizaciones que poblaron nuestro suelo. De ahí su siguiente mensaje:
<<El
Regionalismo andaluz no fue obra de alguien, sino un resultado natural expresivo
de la Historia de Andalucía. Los regionalistas o nacionalistas andaluces nada
vinimos a inventar: nos hubimos de limitar, simplemente a reconocer en este
orden lo creado por nuestro pueblo, en justificación de nuestra
Historia>>.
Para
llegar a esta interpretación, genuina y multicultural de Andalucía, Infante
bebe de las fuentes más abundantes de su época y obtiene la convicción de que la
historia andaluza tiene una antigüedad de un millón de años y, siguiendo con
las primeras manifestaciones de elementos socioculturales en el Neolítico,
denota ya una fuerte organización social, exteriorizada en algunos ejemplos
como Los Millares en Almería, Cueva de la Pastora en Sevilla, Cueva de Menga en
Málaga, o la Cueva de los Murciélagos en Granada.
Ante
estas primeras manifestaciones civilizatorias andaluzas, Blas Infante las
considera con las siguientes palabras.
<<Conscientes
de la actividad de unas gentes que llevan en ellas mismas el germen del
progreso…La cultura primitiva andaluza fue, pues, una cultura directora del
mundo.
La
cultura ante histórica más temprana de Occidente, la denominada del “vaso
campaniforme”, fue creada por Andalucía, y ella la irradió por Europa central,
meridional (incluido el resto ibérico) y occidental (incluyendo la moderna
Inglaterra).
Por
cierto, que esta cultura que Andalucía llega a difundir hasta Francia (entrando
por el Noroeste), Holanda y Alemania, y desde Dinamarca a Suecia (siempre cerca
de las costas y vías fluviales), alcanzando hasta el Asia Menor y Grecia y
Tirrenia, no llega a traspasar la Marianica; es decir, Andalucía se encuentra
absolutamente aislada de la España central y norteña; mientras que comunica por
mar con países lejanos.
Mediante
estas dos culturas, Andalucía descubre el uso del cobre, que llega a
perfeccionar; durante la segunda de entre ellas, enseña a sentir y a cultivar
el arte desinteresadamente, sin finalidades prácticas, mágicas o de conjuro, y
durante la cuculiforme, además, inventa la bóveda, la escritura con signos
alfabetiformes, ensaya el uso del hierro, etc.>>.
En
el estudio de Tartessos, -representado cerca de nuestra localidad por el
asentamiento conocido como Tejada la Vieja- Infante encuentra las similitudes y
relaciones de Andalucía con las culturas Orientales, en cuyo ámbito inserta la
cultura y el hecho civilizador andaluz con el siguiente pensamiento:

Resume
lo expuesto y el pensamiento de Blas Infante la leyenda del escudo andaluz:
“ANDALUCÍA POR SÍ PARA ESPAÑA Y LA HUMANIDAD”
Opinión
del cronista 033
Castilleja
del Campo, martes 27 de febrero de 2018