1980. Última Cabalgata sobre
caballerías
Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa

Los
hermanos Rivera Luque, Francisco Manuel y Raúl, afirman que en dos de las
cabalgatas organizadas entre 1978 y 1980 ellos, primero Francisco Manuel y Raúl
al otro año, formaron parte de la carroza que representaba el portal donde
nació Jesús –El Nacimiento-, recreando la imagen de San José. La figura de La
Virgen María la encarnaron las hermanas Luque Monge, Raquel y Nuria. Aunque
este dato, aportado por los mismos protagonistas, no está avalado por ningún
documento que lo atestigua, es sobradamente válido ya que fue contrastado por
otras personas. Como no se ha encontrado
documento alguno que afirme –tampoco nadie lo niega- que en las cabalgatas de estos años se incorporase esta novedad, hemos pasado de largo por
el tema. Aprovecharemos el año 1980 que, en este sí, en la cabalgata,
acompañando a los reyes, discurría una carroza con el portal de Belén.
En
el atardecer de aquel sábado 5 de enero de 1980, la que sería la última cabalgata
donde el cortejo real realizaría su recorrido sobre cabalgadura animal ya
estaba en la calle. Un grupo de amigos, con
escaso apoyo municipal pero con mucha ilusión y trabajo por parte de
ellos, hicieron posible que los niños disfrutaran de su Reyes Magos. Una Cabalgata en la que, además
de los Reyes y la Estrella que desfilaron
montados en caballos, participaban dos carrozas tirada por sendos
tractores.
José
Luque Monje (recordado José de Margarita); José Luis Luque Sánchez (ex-cartero)
y Amador Muñoz Moreno, metidos en la piel de Melchor, Gaspar y Baltasar, fueron
los encargados de repartir la alegría y la ilusión a los niños, niñas y demás
vecinos del pueblo. Precedía la comitiva una joven y hermosa Araceli Monge Rodríguez
(hija de Ernestino y María Josefa) que, montando una yegua blanca controlada
por su padre, encarnaba la simbólica
figura de la “Estrella de la Ilusión”.
La
carroza que recreaba el Nacimiento, al igual que la que acompañaba a los reyes
de 1973, también sería obra de Macedonio. Según lo expuesto por los hermanos
Rivera Luque, representaba a la Virgen la niña Nuria Luque y Raúl Rivera a San
José. En la carroza de este año, “El Misterio”, se reforzaba con niños que
representaban la adoración de los pastores al Niño Jesús.
La
Cabalgata desfilaba con la siguiente formación: abriendo la comitiva La Estrella de guía, a continuación la
carroza del Nacimiento y detrás los tres monarcas. Cerrando el cortejo una
carroza que se hacía sentir desde lejos, allí se vivía una animada algarabía
por la presencia de los niños, ya que la
misión de este vehículo en la cabalgata era la de recoger los regalos
que, a lo largo del recorrido, depositaban los padres. Regalos y juguetes que,
al final del desfile, los Reyes Magos entregaron personalmente a cada niño, a
cada niña y, también a algunos padres… si se habían portado bien, en este caso
con los más pequeños. Niños, jóvenes y vecinos se echaron a la calle para
recibir a los Magos de Oriente y entregarles la mejor de sus sonrisas. Era la
tarde de emociones y sorpresas que antecede a lo que habrá de venir cuando
caiga la noche en Castilleja del Campo.
Una
costumbre que cumplía una década que comenzó con sus majestades a caballos, y
aunque en los años centrales sus realezas consintieran cabalgar sobre monturas
menos egregias, nuevamente volvieron a salir sobre aquellos elegantes equinos.
Esta
cabalgata cerró un ciclo y con ella se perdió la costumbre del nacimiento
viviente que acompañaba la comitiva. Aquellos misterios representados con niños
de corta edad que hacían de María y José
y las figuras de pastores.
-El
esfuerzo que requiere la organización, la falta de medios y, principalmente, el
fuerte desembolso económico que es
necesario realizar, sumado a las inclemencias meteorológicas, hicieron que, el día 5 de enero del año siguiente, los
Reyes Magos faltaran a su cita anual con los niños-.
Historia
051. Castilleja del Campo, martes 9 de enero de 2018