miércoles, 11 de mayo de 2016

CURIOSA HISTORIA DE FINALES DEL SIGLO XV


Posible huella de un conquistador en Castilleja del Campo

Por Juan C. Luque Varela, Cronista Oficial de la Villa
Nuestra localidad, que hunde sus raíces en la cultura tartesia asentada en Tejada la Vieja entre fines de siglo XII a. C. y mediados del siglo VI a. C., y se precia de haber sido turdetana, romana y árabe, tomó el nombre de Casti[e]lla de Albençameit tras la reconquista por las huestes de Alfonso X en 1253. Su nuevo topónimo, transformado en poco tiempo en “Castilleja del Campo”; 250 años después de su reconquista, y según la investigadora María del Carmen Martín Rubio, quedaría vinculado a la biografía de uno de los más afamados conquistadores de las Indias españolas.

Para doña María del Carmen, a finales del siglo XV, entre 1491 y 1493 más concretamente, llegó, con idea de afincarse en Castilleja del Campo, el matrimonio compuesto por Martín de Alcántara y Francisca González y Mateos, junto con un hijo de ella, de unos catorce o quince años de edad. Al poco, fruto del citado matrimonio nació otro varón, al que pusieron por nombre Francisco Martín(ez) de Alcántara y González (desgraciadamente, este dato no podemos corroborarlo, puesto que el Archivo Parroquial de Castilleja del Campo sólo conserva registros documentales a partir de mediados siglo XVI). No se sabe con exactitud, pero es probable, que el hijo mayor, también de nombre Francisco, conociera el nacimiento su hermanastro, catorce o quince años menor, y le viera crecer durante sus primeros meses y años de vida porque, según se dice en los textos de todos los cronistas, sintió por él un gran afecto.
Sin embargo, según el historiador peruano Raúl Porras Barrenechea (1897-1960), afirma en una de sus obras que, Francisco Pizarro vivió  en Trujillo hasta los catorce o quince años, es decir, hasta 1492 o 1493. Desde entonces, como ya se ha señalado, parece que radicó a unos treinta kilómetros de Sevilla   con su madre, el marido de esta y el hijo pequeño del matrimonio, Francisco Martín de Alcántara,  en un pueblo llamado Castilleja del Campo en la zona de Sanlúcar de Alpechín, hoy Sanlúcar la Mayor.
Que el segundo hijo de Francisca naciera o no en Castilleja no tiene relevancia alguna para esta historia. Aquí, de lo que se trata es de sacar a la luz que, posiblemente, un destacadísimo conquistador de las Américas fue, por unos años, vecino de nuestro pueblo.

Francisco Pizarro se sabe que nació en Trujillo (Cáceres) el 16 de marzo de entre 1476 y 1478 (las diferentes bibliografías difieren en el año su nacimiento [1473, 1476 y 1478], pero coincide en el día y en el mes). Hijo ilegítimo del capitán de los tercios españoles don Gonzalo Pizarro y Rodríguez de Aguilar (1446-1522), quien sirvió en las campañas de Italia bajo el mando de Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar, y de la menesterosa Francisca González y Mateos, dama de recámara de la noble doña Beatriz Pizarro, tía de don Gonzalo. Se cree haber dado con la supuesta partida de bautismo de Pizarro en la que se le consigna como Francisco González, pues no llevaría el apellido de su padre hasta los doce años de edad.
Se crió con su madre en casa de sus abuelos maternos, familia conocida como “los Roperos”, labradores pecheros de Trujillo. Su madre, cumplidos treinta años, contrajo matrimonio con el referido Martín de Alcántara. A partir de entonces se trasladó por un tiempo, o definitivamente, a vivir con su marido y su hijo Francisco, que ya tenía el apellido Pizarro, a Castilleja del Campo, pueblo situado a unos treinta kilómetros de Sevilla, como ya se ha señalado.

Francisco Pizarro iría con frecuencia a Sevilla, a pesar de que en aquella época el viaje hasta la ciudad suponía cabalgar muchas horas o viajar durante un día entero en incomodas condiciones por malos caminos; pero a Pizarro, que era joven, fuerte y lleno de ideales, no debían importarle las molestias del viaje, ya que tenía muy claro que ni en Trujillo, ni en Castilleja, se hallaban a su alcance los medios necesarios para iniciarse en la carrera de las armas y encontrar la ruta que le conduciría a su dorado objetivo. Es de suponer que el joven Pizarro debió quedar impresionado la primera vez que llegó a Sevilla y vio un mundo tan diferente al que hasta entonces había conocido, sin duda lugares de corte feudal en los que apenas existía clase media, ya que solo había poderosos señores y labriegos pobres.

Si bien algunos biógrafos dicen que Francisco, a la edad de diecisiete años, se alistó en los Tercios españoles, que a las órdenes del Gran Capitán luchaban en las campañas de Nápoles, otros aseguran que fue a los veinte. Algunos incluso afirman que, en 1499, partió con Alonso de Ojeda en su primer viaje a las Indias, formando parte de una expedición organizada por dicho navegante.
Sea como fuere, y siempre siguiendo la teoría de doña María del Carmen, es de suponer que Francisco Pizarro pasó su juventud entre Castilleja del Campo y Sevilla, hasta que en 1495 marchara a los Tercios. A su vuelta de Italia, a principios del siglo XVI, llegaría para despedirse de su madre y de su pequeño hermanastro Francisco hasta que, en 1502, embarcara junto a fray Nicolás de Ovando, que partía como Gobernador de la isla de La Española. En 1509 se alinea con el grupo de Alonso de Ojeda, que se disponía a poblar tierra firme y participó en la fundación de las villas de San Sebastián de Urabá y de Santa María la Antigua del Darién, en la actual Colombia.
Años más tarde, su hermanastro Francisco Martín(ez) de Alcántara también marchó en busca de fortuna a América donde, desde el principio de la conquista del Perú, fue uno de los hombres de mayor confianza de Pizarro. Francisco Pizarro era primo por vía paterna del conquistador del imperio azteca, Hernán Cortés.

NOTAS:
En una biografía de Pizarro publicada en internet:<<Busca biografías>>, dice que Francisco, que no destacó por su interés en la cultura, fue obligado por sus abuelos maternos a cuidar cerdos y otros animales. Se cuenta que a los pocos años los animales a su cuidado contrajeron una grave enfermedad y, por temor a ser culpado escapó,  con tan solo 15 años, hacia Sevilla, pero sin indicar su paradero final. 
Por otro lado, Cronista de la Villa se ha limitado a parafrasear la obra “Francisco Pizarro, el hombre desconocido”, sin tener datos que atestigua  la noticia que hemos planteado aquí. En este sentido, desconocemos la procedencia y la fuente de información de la Sra. Martín Rubio, para documentar que Francisco Pizarro vivió en Castilleja del Campo entre 1491 y 1502, con las ausencias descritas. 

BIBLIOGRAFÍA
MARTÍN RUBIO, Mª. CARMEN.  “Francisco Pizarro, el hombre desconocido”. Madrid, 2014.


Historia 045. Castilleja del Campo, miércoles 11 de mayo de 2016