miércoles, 17 de agosto de 2011

PUNTO Y FINAL DE LAS FIESTAS 2011



 
TRES ANÉCDOTAS TRES
Por Juan Carmelo Luque, Cronista Oficial de la Villa
PRIMERA.- Ni tan siquiera “La Gran Mojá” organizada por el Excmo. Ayuntamiento, que el sábado día 6 levantó ánimos, refrescó ideas y empapó resacas, no hubiera calmado los nervios y rebajado las tensiones que se vivieron a las 5:25 horas en la “Velá”.
La juventud se lo estaba temiendo, se veía venir. En tanto se corría el “toro-fuego”, los técnicos de Calvario Producciones –que no se olvide el nombre para no volver a contratarlos- aprovecharon para desmostar los equipos de la orquesta, ante la sorpresa general. Finalizada la fugaz corrida del único e incandescente astado, se confirmó lo peor: la orquesta había dado, unilateralmente, por finalizada su actuación.
Momentos después, los jóvenes y los no tanto, que también disfrutaban bailando las canciones y con la música del grupo, comenzaron a increpar y pedir explicaciones y responsabilidades. Podía montarse la gorda, porque, la no menos… y responsable de Calvario sin dar explicaciones, continuaba desmontando sus equipos. El clímax subió en los asistentes al ver el camión que subía por la calle Antonio Machado con la intención de cargar los bártulos. Inmediatamente cotaron dicha vía con una multitudinaria sentada, impidiendo así el paso al vehículo. Tras el consejo de la autoridad, que presenciaba los incidentes sin tomar partido, la citada responsable, dando marcha atrás, intentó “colar” el camión por la calle que baja de la plaza de la Iglesia. La nueva sentada de los jóvenes en esta dirección chafó los planes de la señora Calvario, que ya estaba pasando el ídem.
A estas alturas miembros de la Junta de la Hermandad dialogaban con la responsable, intercambiaban impresiones e intentaron hacerla razonar. Solo obtuvieron una contestación de la tal: -los músicos ya han realizado los pases contratados-. Ante tan desagradable espectáculo y temiendo que el asunto llegara a más, el Hermano Mayor y el secretario de la Hermandad, contrato en mano, demostraron que la orquesta tenía que actuar desde las 24 horas y finalizaba a la 6 de la mañana. Como no se llegó a ningún acuerdo, la Hermandad, acogiéndose a su derecho por incumplimiento de contrato, no abonó los honorarios acordados.
Finalmente, primó el civismo de la juventud castillejina frente a la cerril y falta de ética de unos que dicen ser profesionales y, con el apoyo de la Policía Local, consiguieron dar la “espantá” terminando así el calvario de producciones Calvario.
Repito para que no se olvide el nombre: C A L V A R I O-.

SEGUNDA.- Pero en Castilleja sabemos estar y nos reinventamos, sin agriar los ánimos, ante adversidades como la descrita. Solo una hora después del incidente, los mismos implicados, (todos los jóvenes de Castilleja unidos) ya estaban disfrutando ante la presentación y estreno en exclusiva mundial del pasacalle que realizaría la banda de tambores y cornetas “El Cohetero”. Que, al final solo tocaron con el 50% de las cornetas, ya que Alberto Luque Fernández estaba de baja.
Componen la banda: Pablo Vera Luque, corneta; Santos Monge (Jr.) platillos; Manolo Flores, Juan Francisco Luque y Wescenlao Romero, cajas; Alberto García Vázquez, bombo y un jovencito Alexis Rodríguez tocando la tamborilla. Completa el grupo Ismael Fernández como el abanderado y gastador, Juan Antonio Luque Criado como cohetero, con su ayudante Ángel Medina Monge. Los integrantes uniformados, tocaban sus cabezas con el cono que forma un paquete de cohetes, como no podía ser de otra forma.
El grupo recorrió las principales calles llevando la diversión y la hilaridad en los espectadores y seguidores. Abría la comitiva Manuel Monge con rumiante en ristre (la cabra de nombre Antonia), en un remedo militar de la Legión Española; cubriendo la retaguardia, Jesús Delgado como Cohetero Mayor; solo faltaba, para completar el trío, el otro componente de la banda “M.D.M.”, José Santos Monge.
En las Plazas más importantes de la localidad se hacia parada obligada y los seguidores y acompañantes de tan peculiar banda bailan al ritmo de sevillanas –no sería al 3x4, pero algo es algo-. Una fotografía para la posteridad, realizada en la escalinata de la Iglesia, inmortalizará para la historia el día de la presentación de una banda a la que se le augura grandes éxitos. Ojo que tomen nota y cumpla sus contratos, no caigan ellos en otro calvario.

Y TERCERA.- El punto y final a estos siete días de actos religiosos y festejos populares lo puso una explosión de luz y color, de fuegos artificiales aéreos que, sin solución de continuidad, se convirtió en un fuego terrestre. La cantidad de pirotecnia empleada, el calor y la cercanía de una ladera de pastos secos, fue la combinación idónea para que se declarara un incendio en el antiguo barrero que, aunque muy aparatoso no llegó a dañar el olivar de la cercana meseta. Más que daño lo que hizo fue beneficiar la zona limpiándola de malezas.
Tanto el incidente de la “Velá” como este del fuego, terminaron con final feliz. Por ello podemos contar que, en las fiestas de este año, además de la diversión asegurada, se han vivido tres anécdotas con repercusión popular. Lógicamente como vivencias personal y en los diferentes grupos habrán surgidos muchas anécdotas pero esas son privadas y cada uno cuenta las suyas.
Al cierre de esta crónica recibí una carta del castillejino Juan A. L. V. donde me expresaba sus sentimientos sobre la Procesión del pasado domingo, 7 de agosto. Yo, tomándome la licencia, y por considerarlo como un homenaje a la Hermandad, me permito compartirla con todos ustedes.
Cuando el viejo (nuevo reloj) de la torre estaba dando la repetición de las campanadas –diez de la noche agosteña- comenzaba el repique de campanas que parecían hubieran embadurnados sus ejes con betún de Judea, por la nitidez con que sonaban. No daban abastos de subir cohetes al limpio cielo de mi pueblo, y antes de escucharse en la lejanía el eco del anterior ya iba subiendo, con tu típico zig – zag, el siguiente.
Y, como si de la más puntual hermandad cofradiera se tratara, las restauradas y repintadas puertas de la iglesia se fueron abriendo lentamente ante las miradas ansiosas de todos los paisanos que llenábamos la explanada de la plaza.
Tras recorrer calles y plazuelas, con cronometrada puntualidad, a su hora fijada, tras la emotiva entrada de nuestro Patrón, continuó Ella con aquel giro en todo lo alto del porche, despidiéndose de sus hijos, mientras en nuestros subconscientes ese pesar intimo. ¡Hasta el año que viene!”

Mientras tanto la Hermandad, sin descanso, ya está trabajando y preparándonos las fiestas de 2012. Año de una importante conmemoración: se cumplen 50 años desde la reorganización de 1962. “El Cincuentenario”

¡Hasta el próximo año! -Aquí nos veremos. –Tú... no faltes.

Crónica 013. Castilleja del Campo, 16.08.2011