lunes, 12 de marzo de 2018

75 ANIVERSARIO NTRA. SRA. DE LOS DOLORES



Tras siete décadas, la Imagen alcanza su fin

Por Juan Carmelo Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
Finalizado el Triduo en honor de la Virgen los Dolores, como preludio de su salida procesional el próximo sábado día 17, la Agrupación Parroquial Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores declara este 2018 año del 75 aniversario de dicha imagen dolorosa.

Desde 1944 la Virgen de los Dolores preside el altar del muro de la epístola de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Castilleja del Campo. Una imagen  que salió de la gubia del imaginero Castillo Lastruci en 1943, tallada gracia a la aportación popular de los vecinos, previas gestiones de Trinidad Carretero (la Trini) y las hermanas Luque Rodríguez, Suceso y Mª Josefa (la Chica).De ahí que se le conozca como la imagen del pueblo
Desde entonces muchas han sido las décadas transcurridas sin que nadie se acordara de una imagen, que veía pasar los años tras el cristal de la hornacina de su altar, sin un culto que venerara su dolorosa advocación. Tantos que aquella devota, Mª Josefa Luque (la Chica),  en la postrimería de su vida y dolida en su fervor, lo expresó con estas palabras que extraemos de sus escritos:
<<…Esa Virgen tan bonita / que el pueblo tiene en olvido / en tiempos de Cuaresma / ¿No se merece, al menos, un Triduo?>>
 “Recuerdos y Añoranzas” Mª Josefa Luque Rodríguez (la Chica). Córdoba 1978.

La Virgen de los Dolores lleva  siete décadas sin culto. Esto no eximió para que algunas personas  gestionaran actuaciones por mejorar su vestuario y otros trabajos dignos de mención que descubriremos a continuación.
A finales de los años 40 y según informaciones de Miguel Luque Rodríguez (carpintero), obtenidas a final del siglo XX, el altar del Señor San José, donde se ubicó la nueva Dolorosa, presentaba en su frente y bajo la mesa de altar la talla de una sierra de carpintero en clara simbología al Santo Varón, lógicamente esto desentonaba con la nueva imagen. 
Miguel Luque con grandes dosis de paciencia extrajo dicha talla, aunque a trozos y la guardó en su taller. Posteriormente, después del ensamble de las piezas que conformaría la sierra y la confección de una nueva cuerda para la misma, obra de Juan José Rivera, Miguel Luque  volvió a colocar aquel símbolo en el  retablo donde, desde entonces, se venera la imagen de San José.
Después de esta actuación no se han hallado datos, documentos, ni transmisiones orales, que hagan referencia a  donaciones, adquisiciones sobre vestuario de la imagen y enseres para el culto. Si se sabe que Trinidad Carretero (la Trini) aportó a la Virgen prendas de su propio vestuario. Corrían los primeros años de la década de los 50.

Tuvo que pasar más de medio siglo para que entre sus devotos se despertara el interés, el culto –que nunca se le había ofrecido- y la veneración a la Virgen de los Dolores. Para informarse sobre este asunto, a principios del 2018 Cronista de la Villa mantuvo  entrevistas con Juan José Rivera, su esposa Adoración Luque  y con sus hijos Francisco Manuel y Raúl.
Finalizada la obra acometida en la iglesia Parroquial, entre julio y diciembre de 1997, las imágenes regresan al templo, entre ellas la Virgen de los Dolores que, junto a la Virgen del Rosario, habían sido depositadas en la casa de Isabela, madre de Diego y Gonzalo Luque.
A la vista del escaso y deteriorado vestuario de la dolorosa, Adoración Luque (Dora) y sus hijos Francisco Manuel y Raúl Rivera Luque comenzaron por limpiar, adecentar, incluso restaurar  en lo posible, las pocas prendas con las que contaba la imagen. Confeccionaron un manto con un resto de paño rojo, una toquilla y adquirieron una blonda.
María Josefa Rodríguez también colaboró con el proyecto donando algunos objetos y adornos de bisutería fina con las que se reparó alguna prenda y sirvieron de adorno para la imagen.

A comienzo del siglo XXI, los hermanos Rivera Luque, que con anterioridad habían conocido a Diego Colchero, un bordador de Pilas y vestidor de la Virgen de las Mercedes de la Hdad. de Pasión de Sevilla, le pidieron que viniera para vestir la dolorosa.
Diego exige saya, un manto, blonda y que la imagen estuviese previamente vestida con  la ropa de interior. Dora y Lola Cuevas fueron las encargadas de poner la ropa interior a la imagen. Así fue como la imagen  salió por primera vez, tras 56 años, de su acristalada clausura.
Una vez vestida con las nuevas prendas y restauradas otras, la Virgen de los dolores volvió nuevamente a su altar.

Una década después, con la ilusión y único fin de la familia Rivera Luque de poner en valor la imagen y ofrecerle el culto que merecía,  la  Virgen Dolorosa fue trasladada al altar mayor, para la cuaresma  de 2010, tal y como se vistió para estrenar el manto rojo, aunque con los retoques de Antonio Rodríguez Sánchez (Antonio de Rita) que desde este año y en adelante sería él el vestidor de Ntra. Sra. de los Dolores. Pero los años pasaban y el culto no llegaba.

En una fría tarde del 5 de febrero de 2011, Dora y sus hijos visitaron los hogares de Castilleja del Campo, para solicitar de sus vecinos un donativo para la adquisición de un tejido negro para un nuevo y más decente manto de altar para la Virgen. Con la recaudación compraron la tela, encaje, galón y una toquilla. Las diferentes prendas fueron confeccionadas por la misma familia Rivera Luque.
En la primavera del mismo año, el párroco D. Fermín Muñoz Domínguez alienta a los hermanos Rivera Luque,  Raúl y Francisco Manuel para que pusieran en el altar de Cuaresma al Crucificado  junto a la Virgen de los Dolores. Ellos toman en cuenta la iniciativa del Sr. Párroco y levantan un artístico plan de altar, presidido por el Cristo, titular de la antigua –aunque extinguida- Hermandad de Vera Cruz. A sus pies la  imagen de Ntra. Sra. de los Dolores que estrenó el manto negro y otras prendas de interior confeccionadas por Dora Luque. De fondo y cerrando esta composición, el palio negro del paso de procesión de la Dolorosa de la citada Hdad. Un plan de altar que continuó montándose en los años siguientes, con un derroche de arte y trabajo, cuyo único  fin era el de  crear un cuadro plástico para la Cuaresma.

Los cultos a las imágenes representadas por fin llegaron en 2013, gracias a la Agrupación Parroquial Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores. Un grupo de jóvenes ilusionados con un proyecto que tuvo sus inicios a principios del año anterior, promoviendo cultos y veneración a la Virgen de los Dolores, y cada año sacarla en procesión. Esto es, 70 años después de su llegada a la parroquia San Miguel Arcángel de Castilleja del Campo.

Crónica 110. Castilleja del Campo, lunes 12 de marzo de 2018