Por
Juan C. Luque Varela, Cronista oficial de la Villa
La
conmemoración de los XXV años de Hermandad nos trae recuerdos de un pasado que,
aunque no muy lejano, se agradece desempolvarlo. Como los acontecimientos
ocurridos en la segunda mitad de 1997.
Entre
al verano y el otoño de aquel año se ejecutaron las obras en la iglesia y la
organización de las populares fiestas patronales entró en decadencia.
Por
otro lado, la junta o comisión llamada
de “la hermandad” o de “Festejos”, que desde 1982 estuvo vigente durante
14 años, se disolvió una vez finalizadas las fiestas de 1986. El recordado Manuel
Monge Luque, responsable de aquella junta, se reunió con este que suscribe,
Juan C. Luque, para que buscara algunas personas y le ayudáramos a organizar las
fiestas de 1997.
En
esa fecha y a la vista de la decadencia del equipo que había estado organizando
las fiestas patronales hasta el año anterior,
un pequeño grupo de personas, independiente de los anteriores, alarmados
de que se rompiera otra vez la tradición de celebrar las populares Fiestas
Patronales, acuerdan colaborar con Manuel
Monje y organizar las fiestas de aquel
año, con el compromiso de convocar una
asamblea general con todos los vecinos
de Castilleja del Campo.
Este
grupo, que desde julio estaba trabajando en la redacción de las reglas,
formalizaron una Comisión Gestora para solicitar la legalización de la que
sería Hermandad del Santísimo Sacramento, San Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del
Buen Suceso. Este sería el futuro para la continuidad de las Fiestas
Patronales, puesto que si estuvo viva hasta 1996, no deberíamos permitir que
otra vez desapareciera, después de los últimos treinta y cinco años continuados
y más de un siglo de referencia.
Volviendo
al templo parroquial, vamos a rememorar la obra que sufrió entre los meses de
julio a diciembre siendo párroco D. Ángel Antonio Failde Rodríguez: la
restauración más importante de las realizadas en el siglo XX.
Un
proyecto cuyo presupuesto ascendió a 13 millones de pesetas, de las que
4.700.000 fueron aportadas por el arzobispado y el resto se consiguió gracias a
las donaciones de los vecinos, rifas, la aportación del Ayuntamiento local y un
crédito bancario.
Se
procedió al levantamiento total de la cubierta de tejas en toda la nave, capilla
Mayor y Sagrario; capilla bautismal, sacristía y cuarto almacén. La capilla del
Buen Suceso, que no fue afectada por la obra al presentar buen estado de
conservación, sirvió de depósito para algunas imágenes y enseres de culto.
En
las cartelas metálicas, fijadas al zuncho en 1947, va soldada una estructura
metálica, conformada por cerchas unidas con vigas y correas. Armadura que
soporta un bajo-techo de rasillones y, sobre este, la cubierta de tejas. Este
sistema, a la vez que da aislamiento, evita el peso de la cubierta sobre el
artesonado. Obra profesionalmente
ejecutada por la empresa de montaje de Jesús Delgado. Este, al igual que Eloy
Delgado el encargado de la obra, fueron miembros de la Comisión de Fiestas
entre 1982 y 1996.
La
torre campanario fue sometida a una restauración integral en su exterior:
reponiendo los paños de cerámica del chapitel y los remates decorativos que
faltaban o estaban deteriorados por las inclemencias del tiempo y el paso de
los años.
Hasta
la veleta de 1761 llegó la restauración. Una pieza formada por la figura del
Arcángel San Miguel pisando una serpiente que hace las veces de flecha para la
indicación de los vientos. Una vez desmontada y depositada en el taller de
Miguel Luque, este procedió a su restauración, reponiendo las piezas
deterioradas y adaptando un nuevo sistema de la rotación sobre el eje.
Se
picaron los muros de la torre y todos
los del edificio. Una vez enfoscados y
enlucidos, se procedió a pintar toda la iglesia, recuperando su tradicional
combinación de colores: blanco y rojo teja.
El
artesonado del siglo XVIII también fue restaurado en las partes afectadas por
las lluvias y filtraciones.
El
encalado y pintado del interior así como la limpieza hecha en profundidad, hizo
resaltar la nueva puerta del cuarto de los
pasos. Una cancela de dos hojas y remate superior de medio punto, copia fiel de
las existentes en las capillas del Sagrario y Bautismo. Fabricada en madera y
conformada por palillería torneada, fue otra obra realizada de forma gratuita,
por Miguel Luque Rodríguez.
Este
era el panorama que presentaba la iglesia para la celebración de las Fiestas Patronales.
Durante
los seis meses de la restauración, los oficios religiosos se trasladaron al
salón parroquial y los cultos de las fiestas se celebraron en el porche de la
iglesia. El domingo 21 de diciembre se ofició la última misa en el salón, y el
día 24, para celebrar la Nochebuena, la
Misa del Gallo se dijo en el templo ya restaurado y terminado.
Durante
la obra, la mayoría de los enseres, así
como la Virgen de los Dolores y la del Rosario, se custodiaron en la casa de
Dª. Isabela Reinoso, madre de Diego y Gonzalo. Otras Imágenes de menor tamaño
se distribuyeron por otras casas del pueblo. Las demás imágenes quedaron, como
anteriormente se ha dicho, en la capilla del Buen Suceso cuyo acceso fue
sellado.
El
domingo 22 de febrero de 1998, según documenta el acta adjunta, el Arzobispo de
Sevilla, monseñor D. Carlos Amigo Vallejo, bendijo la parroquia tras la
reciente finalización de las obras, oficiando una solemne misa de acción de gracias
cantada por Coral Polifónica de la
Catedral de Sevilla, que intervino en el acto gracias a las gestiones de
Maribel Cuevas Fernández, componente por aquellos años de la citada Coral
Polifónica.
Historia
089. Castilleja del Campo, martes 18 de marzo de 2025