Castilleja
del Campo se precia de fomentar una afición en la que el arte y la cultura van
de la mano: el teatro. Una tradición que en este 2021 celebra su centenario. Aunque
la afición por el teatro y las artes escénicas, cuyas representaciones se
encuentran fechadas a comienzo del pasado siglo XX, su época más floreciente transcurrió
entre 1950 y 1970, según los datos y documentos que lo atestigua. Cabe destacar que los inicios del
cinematógrafo con proyecciones, en nuestra localidad, se remontan a 1917 [1].
Por
su parte, el teatro como afición no se consolidó hasta 1921 y a partir de los
años setenta la juventud retomó el testigo montando puestas en escenas, con nuevas tendencias y
más frescura que fueron muy bien acogidas por el público. Quizás no podremos
hablar de un teatro puro, aunque también hubo
algunos montajes de obras
cómicas y dramáticas de cierta envergadura, entre ellas “El idiota” de Dostoyevski,
si podemos referirnos a las “Artes
escénicas” en general, que llevaban el sello de la moda y los gustos de la España
de aquellos años. Eran los conocidos “Teatros de Variedades”, montajes donde se
alternaba la canción española y la copla con entremeses, generalmente de los
Quinteros y de Muñoz y Pavón. Cuadros flamencos, y un espacio para la lírica
poética. Un estilo de representación muy aplaudido.
Espectáculos
que llenaban los espacios donde se representaban que, según la época del año,
unos al aire libre (patios del palacio, de la casa de la marquesa, de los
colegios y en el corral de Baldomero). Patios de pavimentos empedrados,
adoquinados y terrizos otros, que presumían de cubrir a sus espectadores bajo
una estrellada bóveda azul. En estaciones de otoño e invierno se representaban
en el interior del colegio de niños, almacenes de la casa de marqués, etc. Tanto
unos como otros eran espacios que la magia del teatro transformaba en salas de
espectáculos. Otros estilos muy aplaudidos eran los musicales, en ellos, además
de canciones famosas se interpretaron zarzuelas y cortes de alguna que otra
ópera. Ante lo expuesto, podemos
presumir que la afición al teatro y los espectáculos de artes escénicas es una
tradición centenaria de Castilleja del Campo.
La
primera y más antigua mención, referente a nuestra histórica afición por el
teatro la documenta Antonio Luque Ramírez en sus escritos y actas como
secretario de la Hermandad de Vera Cruz y de la “Junta del Buen Suceso” como
era conocida la Hdad. En su manuscrito dice así: <<Como desde 1917 conocíamos la
existencia del proyector de cine del Sr. Marques, en 1921 se le pidió que
realizara unas proyecciones a beneficio de la Vera Cruz y de la nueva “Junta
del buen Suceso”, junto a unas representaciones de teatro>> [2]. Así, en la primavera de aquel año,
en el patio de la casa del marqués, se repitieron varias proyecciones de aquel
cine mudo de 1917 y se representó una obra de teatro. El documento no aporta
datos de que la obra fuera representada
por aficionados de la localidad.
Tres
años después y a la vista de la novedosa afición por el cinematógrafo,
Baldomero Ramírez Rufino solicita por escrito al Ayuntamiento que le alquilen
el piso alto del mismo para celebrar sesiones de cine. En sesión ordinaria del
9 de febrero de 1924, siendo alcalde D. Antonio Rodríguez Luque, se acuerda por
unanimidad alquilar el local de la planta alta al citado Baldomero, fijando al
efecto la cantidad de 35 ptas., en concepto del arrendamiento durante el plazo,
desde el día de la fecha hasta el 31 de marzo [3].
Afición que tuvo su continuidad con unas sesiones de cine del marqués en
los años cuarenta a beneficio de la “Comisión” que organizó las fiestas de agosto
[4]. Una década después, una “troupe”
itinerante realizaría varias proyecciones esporádicas, bajo unas lonas, en espacios
públicos conocidos: “El Cañito”, “El Patio” y “La Cruz del Plato”. En los
primeros años de la década de los 60 (siglo XX) nuevamente resurgió el
cinematógrafo en Castilleja del Campo. Fueron proyecciones programadas todos
los fines de semanas. El empresario y operador con su esposa, como ayudante y taquillera, el proyector y el
equipo de sonido, llegaban todos los fines de semana montados en una “Vespa”. En época de invierno las
proyecciones se efectuaban en una parte de la antigua bodega de Rosarito
Rivera, madre de Mª Josefa y Angélica. El joven Enrique Ramírez (hijo de la
”Quiqui”) era el encargado de la limpieza y ordenar las sillas del “patio de
butacas”. En tiempo estival del “cine de verano” se disfrutaba en el patio de la
casa de José el de Torcuato, en la
actualidad de Isabelo y Sara. Este y otros documentos confirman que el novedoso
séptimo arte, se estrenó en Castilleja del Campo en 1917, manteniendo con una
precaria continuidad hasta 1964.
En
este 2021, segundo año de la pandemia de coronavirus, no solo celebramos el
centenario de la afición por el teatro, también en este mismo año cumple su
primera década el Centro Cultural María Moliner y del Taller de Teatro
Municipal, eventos que trataremos próximamente.
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1.- Según documenta una de las primeras actas, redactada por Antonio Luque Ramírez, secretario de la nueva “Junta del Buen Suceso”. Junta que comenzó a reorganizar las fiestas de agosto en 1917.
Tradiciones
070. Castilleja del Campo, miércoles 2 de junio de 2021